¿Imaginas una ciudad por y para las mujeres? Existe



 
Por Monserrat Bustelo*
Teresa descubrió que esperaba su cuarto hijo cuando estaba embarazada de seis meses. Ángela, de 35 años, tenía problemas en casa y ninguna ilusión sobre su vida profesional. Noelia tiene cinco hijos a su cargo tras abandonar a un marido que los maltrataba. Su fuerza y el deseo de mejorar su calidad de vida las llevó hasta los Centros Ciudad Mujer (CCM), espacios de atención integral a la mujer, atendidos por mujeres. Allí encontraron la ayuda que necesitaban.
El programa Ciudad Mujer busca mejorar la prestación de servicios públicos para las mujeres mediante la integración de servicios claves en centros de ventanilla única. Los CCM brindan, en un mismo espacio físico y de forma gratuita, servicios suministrados por múltiples instituciones públicas relacionados con la salud sexual y reproductiva, atención y prevención de violencia de género, empoderamiento económico y educación sobre los derechos de las mujeres. Y, para facilitar la visita de las usuarias, los centros también cuentan con cuidado infantil.
Con financiamiento y asistencia técnica del BID, El Salvador fue el país pionero en lanzar modelo Ciudad Mujer en el 2011. En los últimos 7 años, el BID ha apoyado la adaptación del modelo a las realidades y necesidades de varios países de la región incluyendo Honduras, Paraguay y, más recientemente, República Dominicana, en donde se abrirán dos centros que se estima que atenderán cerca de 252 mil mujeres.
Teresa, Ángela y Noelia son sólo tres de las tantas mujeres que han pasado por los centros para encontrar soluciones de calidad a múltiples problemas, evitando tener que peregrinar por diferentes instituciones. Este enfoque innovador tiene la potencialidad de: (i) reducir el costo económico de las beneficiarias al proporcionar múltiples servicios en un mismo espacio físico y (ii) prestar un conjunto de servicios coordinados y personalizados a las necesidades de cada beneficiaria, lo cual fomenta una coordinación interinstitucional eficaz, con alta potencialidad de aumentar la calidad de los servicios ofrecidos.
La implementación de Ciudad Mujer en El Salvador estuvo acompañada por una evaluación de impacto de corto plazo cuyo objetivo fue cuantificar los cambios generados en la utilización de servicios públicos entre 8 y 15 meses después de la inauguración de tres centros de los cinco que existen en ese país. Los resultados dan cuenta de que este modelo reduce las barreras para acceder a múltiples servicios. Los principales logros del modelo son:

Amplia el acceso a servicios públicos especializados. Las mujeres que visitaron Ciudad Mujer utilizaron casi el doble de servicios públicos relacionados con salud sexual y reproductiva, empoderamiento económico y apoyo a la violencia de género que aquellas que no lo hicieron. En particular, se intensifico el uso de servicios públicos de salud como citologías y mamografías o procesos legales referentes a empoderamiento económico y apoyo de violencia económica como obtención de Documento Único de Identidad, obtención de cuotas alimentarias y legalización de propiedades.
Influye de forma positiva sobre el estado de ánimo de las usuarias puesto que el 93% de las mujeres que visitaron los CCM reportó estar satisfecha con su vida en general, respecto al 85% de las que no visitaron los centros.

Resultados como estos respaldan el trabajo de estos centros, lo que no impide que, como todo programa público, existan áreas de mejora. Y uno de los principales retos de Ciudad Mujer parte de una de sus fortalezas: la consolidación a nivel político, técnico, territorial y financiero de los acuerdos que hacen posible el trabajo coordinado bajo un mismo techo de múltiples instituciones públicas.
Ciudad Mujer representa un enfoque sumamente innovador para la prestación de servicios públicos a las mujeres, abordando retos que aún afectan de forma importante el desarrollo de los países de la región: la brecha de género en el mercado laboral, la violencia contra las mujeres y la salud materna. La evaluación de impacto que capturo los primeros meses de vida de este programa nos permite ser optimistas en el camino hacia la mejora de los servicios públicos de calidad que ofrecen respuestas integrales y multidisciplinarias a las mujeres de la región, hacia un futuro en el que muchas mujeres como Teresa, Angela y Noelia encuentren la ayuda que necesitan.



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