¿Cómo reducir el delito urbano? Uruguay y el “leap frogging” inteligente



Todos queremos saber “qué es lo que funciona”, particularmente cuando se trata de resolver un problema tan serio como la inseguridad ciudadana. En América Latina, cada vez más, tenemos pistas y casos promisorios que nos ayudan a contestar esta pregunta. Hoy queremos contarles cómo una intervención en Uruguay está teniendo éxito en reducir la tasa de robos con violencia. Se trata del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), una iniciativa de policiamiento de puntos calientes del delito que se está implementado en Uruguay desde el año 2016.
Desde el Banco Interamericano de Desarrollo venimos promoviendo la vigilancia intensa de puntos calientes del crimen por dos razones:

Cuenta con evidencia científica sólida de su efectividad en países industrializados.
Su adopción en nuestra región es aún muy baja, dado que sigue predominando el patrullaje reactivo e intuitivo.

Que algo haya funcionado en países desarrollados no quiere decir que vaya a funcionar en nuestra región, pero vale la pena intentarlo. En el caso del PADO, ¿cuál ha sido su éxito? Una reducción del 22% en la tasa de incidencia de robos con violencia (o rapiñas, como se conocen en Uruguay).
El delito urbano y sus puntos clave
Para poder implementar el PADO, fue necesario generar previamente un conjunto de cambios. En nuestra reciente publicación conjunta con el Ministerio del Interior y la Policía Nacional de Uruguay  ¿Cómo reducir el delito urbano? les contamos cuales fueron esos cambios.
El libro fue escrito mayormente por los actores de gobierno involucrados en el programa. Esto no es común y vale la pena celebrarlo, ya que muestra el interés del Ministerio del Interior y la Policía por reflexionar sobre su propia práctica. De hecho, las policías más exitosas se distinguen por su capacidad de aprender, por estar permanentemente evaluando su desempeño y analizando cómo mejorar lo que están haciendo.
La capacidad de aprender fue, de hecho, clave para la construcción del PADO. La historia de ese aprendizaje se cuenta en el libro. Para construir el PADO, el Ministerio del Interior y la Policía Nacional de Uruguay tuvieron que aprender de distintos modelos de análisis criminal, de distintos tipos de patrullaje, y de distintas formas de reclutar y remunerar al personal policial.
Para animarlos a que lean el libro les compartimos alguna de las ideas destacadas:

Reforma policial gradual y sostenida. Desde el 2010, el Ministerio del Interior mantiene el mismo ministro y viceministro, quienes han liderado, junto con dos Directores de Policía, un proceso de reforma en prácticamente todos los aspectos de la organización policial, muchos de los cuales fueron claves para poder tener el PADO.
Zonas de alta prevalencia de delitos en Montevideo. Fuente: ¿Cómo evitar el delito urbano? El Programa de Alta Dedicación Operativa en la nueva Policía uruguaya, 2018.
¿Gestión por resultados en la policía? Introducir la gestión por resultados en un cuerpo policial es algo poco común en la región y nada fácil de lograr. En el caso de Uruguay, esto incluyó inversión en tecnología para controlar el recurso humano (relojes biométricos para registrar la asistencia, GPS en radios y vehículos, etc.) y compromisos de gestión que incluían una retribución adicional según desempeño.
La importancia de hacer buenos mapas delictivos. En Montevideo, el PADO se focalizó en 120 segmentos de calle (menos del 1% del total) que concentraban el 23% de las rapiñas. La producción de estos mapas significó una fuerte apuesta al aprendizaje.
Dedicación exclusiva y flexibilidad horaria. Para asegurar la presencia policial en los tiempos críticos, los efectivos del PADO tienen dedicación exclusiva al programa (no pueden atender la emergencia) y flexibilidad para adaptarse a distintos horarios según las necesidades. A cambio, reciben un incentivo monetario adicional al salario.
Experimentando y aprendiendo. El Ministerio estudió en profundidad las características de las rapiñas y evaluó las intervenciones policiales antes del PADO.
Evaluación continua. Para la evaluación de impacto del PADO utilizamos un método semi experimental, tomando los primeros nueve meses de implementación del programa. Dos años después, sería deseable una nueva evaluación de impacto, particularmente dado el aumento de las rapiñas en los últimos meses -que muchos asocian al nuevo Código Procesal Penal y a cambios tecnológicos que han facilitado las denuncias.

Si bien el PADO es un paso adelante, no es una varita mágica para resolver el problema de la rapiña. Para fortalecer la efectividad del PADO es necesario atender las causas del delito. Para ello, la evidencia internacional sugiere que la mejor opción es integrar una estrategia de policiamiento de puntos calientes como el PADO dentro del método de Policiamiento Orientado a Problemas. Este último, que analiza las causas subyacentes a cada tipo de delito, plantea soluciones específicas, y evalúa su impacto, ha mostrado su efectividad en reducir el crimen. En Uruguay, de hecho, con apoyo de un nuevo programa del Banco Interamericano de Desarrollo la Jefatura de Policía de Montevideo está introduciendo este método en las 25 comisarías de la ciudad.
Implicaciones para la región
Aprender de la experiencia exitosa de otros, para acortar el tiempo de entender qué funciona en una determinada área se conoce como leap frogging (salto de rana). En seguridad ciudadana, la gran oportunidad de leap frogging que tiene la región es adoptar el paradigma de las prácticas basadas en evidencia científica que se ha difundido en otros países.
Sin embargo, no se trata de una replicación mecánica de estos programas. Es necesario adaptarlos a las condiciones locales. Y además es esencial testearlos y evaluarlos, para estar seguros de que funcionan en nuestros países. Para ello, y también para poder innovar y no depender sólo de lo que viene de otras regiones, es crucial desarrollar capacidades analíticas de las policías de la región. En Colombia, por ejemplo, las evaluaciones recientes de PPC no son tan alentadoras y nos recuerdan la necesidad de que cada país haga ese esfuerzo de adaptación, testeo, evaluación, y refinamiento constante de sus intervenciones de seguridad.
O sea, de un leap frogging inteligente, como lo está haciendo el PADO.



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