La economía chilena y su vulnerabilidad frente a la guerra comercial China-USA


Señor Director:
La mañana del jueves, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, lideró una reunión con autoridades económicas para monitorear los impactos en Chile de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Al encuentro, en el que analizaron los efectos en la economía mundial y la preparación de nuestro país para enfrentar la situación, asistieron, entre otros, el ministro de Economía, José Ramón Valente; del Trabajo, Nicolás Monckeberg; de Minería, Baldo Prokurica, y el de Agricultura, Antonio Walker, lo que refleja la gravedad de la situación.
Tras la instancia, el secretario de Estado informó que se reunirán mensualmente para monitorear los efectos, ya que “Chile no está inmune a una guerra comercial. En ese sentido, aseguró que “el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera no solo está preocupado de este tema, también se ocupa (…) Estamos buscando medidas para revertir eventuales coletazos”.
Sin embargo, Larraín indicó que el país “está bien preparado para enfrentar una situación como esta”, señalando que “tenemos la red mas amplia de Tratados de Libre Comercio con 64 países, las más amplia del mundo, lo que permite protegerse ante el aumento de restricciones de las principales economías”. Finalmente, el titular de Hacienda hizo un llamado a la “responsabilidad y también de tranquilidad”.
Sin embargo, la situación es compleja. El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, señaló el viernes que Chile será el país de la región más afectado por la guerra comercial.
Señaló: “Chile particularmente pierde mucho, es una muy mala noticia para el país, por tres grandes razones: es un país de cobre, es la principal exportación; es un país que tiene dos socios comerciales principales (China y Estados Unidos); y Chile eligió un modelo de desarrollo económico de apertura, y aquí estamos hablando de proteccionismo” y agregó: “El ministro de Hacienda proyectaba un crecimiento de 3,8% (para este año), nosotros ya hemos hechos algunos cálculos que de ese crecimiento en caso de que tengamos guerra comercial el día 21 de agosto que es la gran fecha, esta estimación caería sólo por fundamentales a 1,8%, o sea la pérdida de crecimiento en Chile es muy grande, es un impacto muy relevante”, afirmó. Añadió que “si a lo anterior se unen reacciones del mercado, la expansión de la economía chilena podría ser mucho más bajo y caer bajo el 1%”.
Por otro lado a ello se suma que la Encuesta Suplementaria de Ingresos reveló que la desigualdad en Chile sigue siendo elevada. El avance en reducir la desigualdad en este último período fue leve. Así, la participación del 10% más rico en el ingreso total reportado cayó de 30,3% en 2013, a 29,6% en 2017. En cambio, entre 2009 y 2013, la participación de ese 10% había caído de 32,4% a 30,3%; es decir, a un ritmo mucho más agresivo.
Los resultados correspondientes a 2017 arrojaron, además, que durante ese año los ingresos medio y mediano de los hombres se ubicaron en $636.981 y $402.355, respectivamente, mientras que en las mujeres alcanzaron $450.287 y $319.725, en cada caso. Lo anterior implicó brechas de género de -29,3% en el ingreso medio (2,4 puntos porcentuales (pp.) menos que en 2016) y -20,5% en el mediano (4,4 pp. menos que en 2016), ambas en desmedro de las mujeres.
Por otro lado del total de ocupados que ganan una cantidad igual o menor que el ingreso mediano ($379.673), 52,0% son mujeres y 45,4% son trabajadores informales.
La mayor parte (18,1%) de la población ocupada percibió ingresos entre $200.000 y $300.000. Le siguieron quienes obtuvieron ingresos en el tramo de $300.000 a $400.000 (17,2% de los ocupados) y de $400.000 a $500.000 (12,2%). En contraste, 12,2% de los ocupados tuvo ingresos mayores a $1.000.000 y solo 1,5% de los trabajadores alcanzó montos superiores a $3.000.000.
Resulta evidente que una combinación de crecimiento sostenido e instituciones y políticas públicas bien diseñadas puede conseguir avances adicionales. La propia encuesta muestra cómo un crecimiento lento obstaculiza ese objetivo. En los últimos años esta lección ha tendido a olvidarse.
Sin embargo como se extrae del estudio, no sólo es necesario un aumento en nuestra tasa de crecimiento de largo plazo, sino cerrar brechas de desigualdad y para ello la educación se vuelve fundamental.
En 2017 según la encuesta, se mantuvo la relación positiva y creciente entre el ingreso y el nivel educacional que mostraron las mediciones de años anteriores. Los grupos ocupacionales de mayor calificación percibieron los ingresos más altos. Así es como personal directivo y miembros del poder ejecutivo registró los mayores ingresos medio y mediano ($1.995.726 y $1.498.710, respectivamente). En contraste, trabajadores no calificados recibió el menor ingreso medio ($275.871) y agricultores, agropecuarios y trabajadores pesqueros obtuvo el menor ingreso mediano ($239.794).
Si la economía chilena se ve afectada por la guerra comercial quienes más la sufrirán serán los sectores más vulnerables, trabajadores informales, las mujeres, los jóvenes. Por eso la tarea del gobierno no sólo será económica, sino ética.
Rodolfo Saldivia Lillo
Abogado



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