La sorprendente técnica kinesiológica para tratar las cicatrices: quemaduras, accidentes graves y hasta niños fisurados son tratados sin cirugía 


María Rosa e Ilsen, son dos kinesiólogas, amigas y ahora socias, que han trabajado durante más diez años en un área desconocida para su profesión, pero que realizan con total orgullo, ya que han logrado cambiarla la vida a muchas personas.
Se trata del tratamiento de cicatrices, por quemaduras, traumatismos, post cirugías, realizada con una terapia compresiva. Esto consiste en aplicar una presión mecánica externa sobre cicatrices e injertos para lograr que estos tejidos se mantengan planos, blandos y flexibles.
Esta compresión se realiza mediante el uso de sistemas elásticos compresivos a medida, son prendas para las diferentes zonas del cuerpo que se van ajustando y modificando a medida que las cicatrices van evolucionando.
“También nos apoyamos en la fisioterapia mediante el uso de equipos de ultrasonido y radiofrecuencia que sirven para disminuir el dolor, la inflamación, la fibrosis y la hipertrofia de la cicatriz. Dependiendo de las necesidades de cada paciente realizamos técnicas manuales como masoterapia para disolver la fibrosis (dureza de la cicatriz), despegar cicatrices de planos profundos, elongaciones y drenaje linfático manual para  redistribuir el líquido acumulado posterior a un traumatismo o post operatorio”, explica María Rosa Fuentes, kinesióloga y terapeuta de Dermokine, clínica especializada en el tratamiento de las cicatrices.
La profesional asegura que es muy importante el inicio precoz de estos tratamientos pues se pueden prevenir muchas de las complicaciones y secuelas que se producen a largo plazo. Al estar en tratamiento podemos ir siguiendo de cerca la evolución de las cicatrices y así realizar el tratamiento según las necesidades específicas de cada paciente.
“Debemos considerar que estos tratamientos requieren de un compromiso del paciente y sus familias logrando cicatrices planas, blandas, flexibles y disminuyendo las secuelas, devolviendo la autoestima, confianza y calidad de vida a nuestros pacientes”, sostiene.

María Rosa asegura que en muchas oportunidades los pacientes son derivados a su consulta para evaluar la opción de un tratamiento previo a una cirugía. Y en múltiples ocasiones se logra mejorar la calidad, textura y resultado final de una cicatriz, recuperando la funcionalidad que se había perdido. 
Los tratamientos para cicatrices que realizan van desde los pacientes con secuelas de quemaduras intermedias y profundas, injertos y colgajos hasta cicatrices producidas por mordeduras de perro, amputaciones, desforramientos, cicatrices faciales, entre otros.
También trabajan con cicatrices producidas por cirugía cardíaca, oncológica, cesárea, extirpación de nevus, queloides y otras, y en malformaciones craneofaciales (fisura labial), auriculares (microtia, lóbulo bífido, orejas aladas o en asa), en extremidades (sindactilia, polidactilia), vasculares y otras.
“El trabajo realizado como equipo Dermokine durante estos años ha sido gratificante, hemos podido afiatar lazos de confianza profesional con los médicos que nos derivan pacientes, y con otros profesionales del área de la salud. Hemos participado en Congresos médicos pediátricos y de adultos para dar a conocer nuestro trabajo. Específicamente la creación de un tratamiento post quirúrgico para pacientes con microtia, lo cual implica una dedicación profesional aún mayor por la cantidad de detalles que debemos considerar”, agrega la profesional.
Desde fines del 2017 realizan un convenio con la Fundación Gantz, y con esto se abrió la posibilidad de que miles de niños fisurados reciban tratamiento de calidad para sus cicatrices faciales.



Source link

Related Posts