Insuficiencia renal, un problema de salud pública que reclama una solución imperiosa


Desde comienzos de este siglo se considera a la insuficiencia renal como una epidemia a nivel mundial, siendo sus causas más importantes la diabetes y la hipertensión arterial.

La escasez de donantes tanto vivos como fallecidos, por un lado, y por el otro, la existencia de un tratamiento efectivo para mantener la salud y la vida de los pacientes, como es la diálisis, hace que el número de pacientes afectados crezca año a año, asegura el Dr. Alfredo Casaliba, Presidente de la Asociación Regional de Diálisis y Trasplantes Renales de Capital Federal y Provincia de Buenos Aires.

Se estima que hasta un 11% de la población padece algún grado de deterioro de la función renal.

En nuestro país, el número de pacientes en tratamiento dialítico alcanza casi a 30.000. El 69% de estos pacientes son mayores de 50 años y casi el 50% del total tienen más de 60 años, constituyéndose en una población añosa y aquejada por una multiplicidad de patologías que han causado y/o acompañan a la insuficiencia renal.

Las empresas y centros prestadores de todo el país se encargan de brindar tratamiento dialítico a estos pacientes de manera permanente, realizando tres tratamientos semanales de 4 a 6 hs. a cada uno de ellos, lo que equivale a decir que se realizan 390.000 tratamientos cada mes.

Para tales fines, se utiliza material sofisticado, tanto en equipamiento, medicación y en descartables, que aseguran la alta calidad de la terapia y el sostenimiento de la salud y la vida de cada paciente. Una enorme cantidad de los insumos que se utilizan no se producen en el país, por lo que se deben importar.

Asimismo, la complejidad de dicha terapéutica requiere de personal numeroso y altamente capacitado para efectuarla. En el transcurso de cada sesión se consumen cantidades ingentes de agua y energía eléctrica. Dicho de otra forma, este servicio es intensivo en personal, servicios esenciales, equipamiento y medicación.

El sector de diálisis atraviesa en la actualidad una compleja situación en todo el país, que se prolonga indefinidamente en el tiempo, que no se puede corregir con palabras ni con exiguas adecuaciones de sus valores, y que por lo tanto requiere una solución imperiosa. La realidad económica actual, con la devaluación de la moneda, el rebrote inflacionario y las cifras que alcanzan los acuerdos paritarios, sin una corrección racional de los importes a abonar y con las demoras actuales en los pagos de las obligaciones, hace que no exista más lugar para efectuar ajustes y que se impida continuar con los tratamientos comprometidos, debido a la imposibilidad de adquirir los materiales necesarios y hacer frente a las erogaciones corrientes que cada centro posee.

 
En innumerables reuniones hemos explicado, de manera exhaustiva y detallada, sin éxito, a los funcionarios de turno, la magnitud del problema y las consecuencias terribles que ocasionan estas Políticas de ajuste, reconoce Casaliba. 

 
Y afirma que la única forma de lograr los mejores resultados es aceptar la realidad y corregirla en su real magnitud. Ignorarla no hace más que profundizar la crisis y acortar los tiempos hacia la catástrofe.

 

Fuente: Eikasía Comunicación Corporativa
 



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