Fotografía/ Infobae
Argentina.- Daniel Iturria y Silvina Ibarra son una pareja que se encuentran esperando el nacimiento de su bebé. Ambos son ciegos.
Daniel y Silvina realizaron los controles para conocer el estado de salud de su bebé pero, tanto a ella por su ceguera de nacimiento, como a él por su pérdida de visión completa en la infancia, les es imposible observar las imágenes en el monitor de los doctores.
Mario Pelizzari, médico a cargo del área de ecopediatría del Instituto Oulton de Córdoba, en Argentina, explico a Infobae que hace 20 años se dedica a hacer ecografías y cuando atienden a una pareja de ciegos, lo que piden es escuchar el corazón del bebé, además, les permiten tocar el monitor mientras les van explicando qué parte del cuerpo del bebé están tocando. Sumado a eso, los doctores son mucho más descriptivos en cuanto a la posición, los movimientos y las facciones del bebé.
El doctor relató que una empresa de impresión 3D les ofreció comercializar impresiones de los rostros de los bebés: rosa para niñas y azul para niños. No obstante, concluyeron que era una cuestión totalmente comercial y sin sentido, pero, detalló Pelizzari, intuyó que sería una buena opción para las parejas de ciegos.
Fue así como el equipo de seis profesionistas de esa área del hospital, le propusieron a Daniel y a Silvina imprimir el rostro de su bebé. Ellos accedieron y en la semana 29 tomaron imágenes en un formato especial para poder realizar la impresión.
Ricardo Ledesma, otro de los médicos del equipo se acercó a una imprenta y pidió el presupuesto del trabajo. Cuando el dueño del local, Santiago Nicolini, supo cuál era la intención de los doctores, se negó a cobrar su trabajo.
Para Daniel y Silvina, tener entre sus manos la impresión del rostro de Malena, su futura hija, fue algo muy emocionante y que disfrutaron mucho:
“En el momento cuando tocamos la carita, a los dos nos encantó, pero estábamos en frente de los médicos así que esperamos a llegar a casa para hacerlo más tranquilos entre nosotros”, dijo Daniel. “Pudimos hacernos nuestra propia impresión de a quién se parece la bebé, comparar con nuestro mentón, nuestras narices. Fue una experiencia hermosa”.
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Con información de: Infobae
