Flagelo | DEBATE



La ignorancia es una carreta que camina muy lento por eso la alcanza con facilidad la pereza y la indiferencia. La lucha contra este flagelo causante de tantas dificultades sociales debe ser una constante y más ahora con tanta conectividad casi gratuita. Reconocer que se es ignorante es un reto para cualquiera y ese es uno de los principales obstáculos a vencer. Resistirse a mejorar las condiciones de vida porque no se considera necesario es también un condicionamiento muy fuerte desde que se instaló el deslumbramiento de lo fácil, lo cómodo y lo inmediato entre muchos de nosotros. Ir a la escuela es un buen remedio contra la ignorancia, pero educarse es la única solución viable en un mundo capaz de producir en un día una cantidad de libros imposible de leer en toda una vida por un individuo cualquiera.
La revolución permanente del conocimiento nos coloca a diario frente al espejo de nuestra propia ignorancia y de ahí la necesidad de aprender cómo avanzar antes de que la pereza nos alcance. La creencia de que ser pobre es sinónimo de ser ignorante ya es un mito. Ricos, pobres, blancos, negros, hombres, mujeres, en pocas palabras todos, tenemos posibilidades de alejarnos de la condición de ignorantes si estamos dispuestos a esforzarnos por ser mejores individuos y seres humanos con el apoyo de una verdadera educación. Ser ignorante en el siglo 19 era una normalidad en nuestro país… continuar siéndolo en el 21 es un insulto a la inteligencia. mirandagil55@hotmail.com



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