¡Atrévete a reinventarte, tú eres el recurso escaso!



¿Quién no se ha preguntado, entre los 40 y los 50 años, ahora qué?, ¿qué hago aquí? O, quizás, ¿cómo van a ser así los próximos 40 años de mi vida?
El tiempo es implacable con tus sueños y con tus miedos también. Mucha gente pisando los 40 o 50 ha perdido su prestigioso empleo, cuando ha estado en la cima de su carrera profesional, o a quien lleva mucho tiempo cómodamente instalado en su vida. En este punto, aunque los caminos, las historias y la situaciones sean distintas, en todos los casos hay varios elementos que son comunes:

Pérdida del sentido vital, lo que produce desorientación.
Dudas sobre la propia identidad que pueden afectar a nuestra autoestima.
Miedo al cambio, a lo nuevo.
Conflicto entre lo que dejo atrás y hacia dónde quiero ir.
Sensación de haber perdido o sacrificado parte de tu vida.

Entre los 40-50 años es una etapa de tránsito, que nos introduce en una etapa en la que nos cuestionamos muchas cosas, en la que hay una reflexión sobre todo lo vivido, lo logrado y lo perdido: ¿por qué no seguí tocando el piano?, ¿por qué no viajé más?, ¿por qué rechace aquella propuesta que me hicieron mis compañeros de universidad?, ¿por qué acepte el puesto en otra empresa?, ¿qué habría pasado si hubiera estudiado otra carrera?
Todas estas preguntas son fruto de la conocida crisis de la mediana edad. Ese momento en el que tomamos consciencia del paso del tiempo, nos damos cuenta de que ese futuro para el que tantos años hemos trabajado y nos hemos sacrificado ya es presente, y que probablemente no es el que habíamos soñado y se comienza a agujerear nuestro cuerpo en forma de miedo, ira, asco, tristeza o frustración.
¿Qué hacemos, ignorar las preguntas o reinventarse? Esto puede dar vértigo, parece una locura para los amantes de lo sensato, lo normal y lo seguro, pero realmente es la única opción para vivir de verdad, con sentido, propósito, satisfacción y plenitud.
Ahora bien, la reinvención no es fácil, pero es emocionante, excitante y apasionante.
Si decides reinventarte,  algunos tips :
1. Haz balance, pensando en un resultado positivo. Desde lo que potencia y da impulso, por eso es importante centrarnos en lo positivo, en lo que aporta valor y nos apunta hacia el futuro. Al igual que las empresas puede hacer un FODA personal.
2. Realiza una auditoría externa de tu marca personal.  Pide opinión a grupos de personas que te puedan proporcionar feedback. Pero pregunta a quienes hayan colaborado contigo, personas que te conozcan bien, del sector de actividad en el que pretendes reinventarte. Combina personas de distintos ámbitos: el íntimo y familiar, el profesional y el social. Plantéales: ¿en qué crees que soy realmente bueno?, ¿podrías ponerme un ejemplo?, ¿qué crees que podría mejorar?, ¿alguna sugerencia?
3. Hazte las 3 grandes preguntas. Con lo descubierto en las fases de FODA y auditoría toca decidir, y plantearse las 5 preguntas básicas que son el inicio del camino de la reinvención:

¿Qué quiero hacer?
¿A qué me quiero dedicar?
¿En qué soy realmente bueno?
¿Qué aporto yo, qué no aportan otros?
¿Para qué quiero hacer esto?

Une lo que te apasiona con lo que haces muy bien, y el resultado es algo que el mercado puede querer, valorar o necesitar.
4. Indagar y descubrir los patrones de éxito. La reinvención no nace de la nada, no significa una ruptura total con el pasado, con lo que soy y con lo que ha estado presente en mi vida, es una construcción de puentes entre el pasado y el futuro, entre lo mejor que tengo y lo mejor que puedo llegar a ser. Revisa todas las experiencias laborales y vitales, que hayas tenido en el pasado, en la que hayas obtenido logros importantes, de los que te has sentido orgulloso y recuerdas con satisfacción.
Esta columna continuará, pero de momento quiero que pienses en la siguiente situación: Siempre tienes que pensar en que el producto que se valora eres tú mismo y, a través tuyo, se conseguirán los objetivos de la empresa. Muchos ejecutivos que fueron exitosos y que por diversas razones fueron desvinculados, ahora se encuentran buscando pega, y lo hacen pidiendo sueldos para cubrir los costos fijos personales y familiares.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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