Un llamado de alerta a la sociedad civil


Hoy en día se exige cada vez más transparencia, tendencia que ya está instalada a todo nivel en la sociedad chilena. Quienes formamos parte de la sociedad civil organizada (fundaciones, ONGs y corporaciones sin fines de lucro) sentíamos que dicha demanda de la ciudadanía no nos correspondía, ya que al ser instituciones donde no perseguimos la ganancia monetaria, creíamos estar ajenas a esta tendencia. Pero no. La gente también nos está pidiendo más nitidez.
La Encuesta Nacional de Voluntariado y Solidaridad 2018 que presentamos recientemente con Cadem, si bien nos mostró auspiciosos resultados en términos de que hay más participación ciudadana a través del voluntariado, también nos hizo un fuerte llamado de atención respecto a este tema.
En primer lugar, nos hemos visto enfrentados a una fuerte baja en materia de donación en dinero desde 2015 a la fecha, pasando de 92% de las personas que dicen donar al actual 77%. Aun cuando el porcentaje de personas que ha realizado algún aporte monetario es alto (un 77% en los últimos 12 meses), para el 23% restante las razones de por qué no lo hacen son la falta de dinero y, en segundo lugar, la ausencia de transparencia en el uso de los recursos donados, siendo este un punto de claro desaliento. De hecho, un 54% de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo con que no sabe en qué se usa el dinero que dona.
Más que un desincentivo estas cifras plantean un importante desafío para la sociedad civil, en el sentido de que debemos redoblar nuestros esfuerzos para comunicar mejor lo que hacemos y el impacto de los programas sociales que desarrollamos. También, debemos buscar mejores mecanismos para difundir nuestros resultados financieros y de gestión, de forma transparente y clara hacia la sociedad.
Justamente, hacia esa dirección apunta la iniciativa de la Comunidad de Organizaciones Solidarias, de hacer masivo el uso de la FECU Social (Ficha Estadística Codificada Uniforme) como mecanismo de transparentar la gestión de la sociedad civil organizada. Es decir, reportar como lo hace la empresa privada, integrando los informes financieros a la memoria de gestión.
El segundo llamado de atención es el alto crecimiento del voluntariado autoconvocado, es decir, con familiares, vecinos o amigos. Este canal para desarrollar actividades de voluntariado se convirtió en el principal de todos, siendo un 40% de los encuestados que dicen realizarlo.
Para Trascender, este tendencia indica que la gente prefiere a su círculo cercano para aportar a su comunidad o alguna causa social como consecuencia de la falta de transparencia generalizada. Cuando no confiamos en las instituciones, nos acercamos a nuestros más cercanos. Y no es que esté mal juntarse con amigos y familiares, pero se necesita de una mayor supervisión para lograr que las actividades de voluntariado sean realmente efectivas.
El mayor problema de esto es una menor efectividad en la solución de los problemas sociales, debido a que no siempre saben conducir bien sus ganas por ayudar, provocando en algunas ocasiones interferencias en las actividades que se llevan a cabo. El ejemplo más cercano fueron los incendios que afectaron a nuestro país el pasado verano de 2017. En dicha ocasión llegaron tantos voluntarios que las autoridades pidieron mesura, porque se generaba otra dificultad quizás mayor, que era la incapacidad de gestionar a esa gente que quería colaborar.
A partir de esta experiencia, surgió el movimiento Movidos x Chile, grupo que conformamos con varias organizaciones sociales, que ha permitido conducir y administrar los esfuerzos del voluntariado y donaciones cuando se presentan situaciones de emergencia.
Decir que un 36% de chilenos y chilenas ha realizado una actividad de voluntariado en el último año es una señal muy positiva para avanzar hacia un país más solidario, justo y equitativo, pero al mismo tiempo nos plantea desafíos mayores como sociedad civil, ante los cuales debemos ser capaces de responder de manera eficiente y oportuna. Tales desafíos van en la línea de la transparencia y la comunicación fluida con la sociedad.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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