Una relación diferente entre Ejecutivo y Legislativo



¿Cómo será ahora la nueva relación política entre el Ejecutivo y el Congreso del Estado? La respuesta aún no es clara. Al parecer nadie está construyendo los puentes necesarios. Pero las cosas tienen que cambiar radicalmente. No se puede seguir igual. Urge construir un nuevo tipo de coordinación entre los poderes.Recientemente el Congreso del Estado rechazó dar autonomía de la Auditoría Superior del Estado. No se lograron los votos necesarios para hacerlo. Este acontecimiento expone anticipadamente lo que será la nueva relación entre los poderes de Sinaloa. El Ejecutivo Estatal ya no tendrá la fuerza política de antes, y el Congreso dejará atrás su tradicional sometimiento y docilidad.Incluso, este hecho ocurrió cuando aún no se instala la nueva legislatura que tendrá mayoría de Morena. Tan solo dos diputados de dicho partido pudieron echar abajo el intento gubernamental de quitar al Congreso la supervisión de las cuentas públicas estatales y municipales. A partir de octubre la suerte del Ejecutivo estatal estará en manos de diputados opositores a su gobierno.Por eso, es urgente construir nuevos puentes de entendimiento entre el Gobierno del Estado y el Congreso. Es importante hacerlo porque se trata de garantizar la gobernabilidad en Sinaloa. A nadie beneficia un enfrentamiento entre los poderes estatales. La gobernabilidad política tiene que ser una prioridad. De ello depende la posibilidad de tener un gobierno con mejores resultados.Pero la nueva realidad ha cambiado el esquema de prioridades y el sentido que deben tener las acciones gubernamentales. Hoy se tiene que diseñar una estrategia política, institucional y operativa, muy diferente para garantizar tranquilidad social, crecimiento económico y mayores oportunidades para todos. Sobre todo, hay que adaptarse a un nuevo escenario político.Habrá que leer las señales que emite el sistema político y entender sus nuevos escenarios. Existe insatisfacción ciudadana porque la economía no crece. Los municipios no se desarrollan, las colonias populares y comunidades rurales acumulan rezagos sociales. Hay tensión ante la falta de seguridad, de justicia y de mejoramiento en la calidad de vida de las familias.Por eso, Ejecutivo y Legislativo tienen que buscar un entendimiento pronto. Y deberá ser a través de mecanismos muy distintos a los utilizados hasta ahora. El Gobierno de Sinaloa ahora tiene que ser diferente. Debe cambiar sus actitudes y sus formas. Los electores emitieron un veredicto y existe obligación de acatarlo.A partir de ahora, el Congreso del Estado tiene que ser impulsor de un nuevo proyecto político, económico y social para Sinaloa. Y necesita de la estrecha coordinación con el gobierno estatal. Llegó el momento de establecer una relación entre pares, muy clara y muy productiva. Como siempre debió haber sido. Esta es una exigencia política urgente.



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