Riqueza afrodescendiente: una inversión en talento



 
La semana pasada tuve la oportunidad de estar en Costa Rica para el lanzamiento de un nuevo estudio regional sobre Afrodescendientes en América Latina. El evento contó con la presencia de las máximas autoridades políticas del país, el Presidente Carlos Alvarado Quesada y la Vicepresidenta y Alta Canciller, Epsy Campbell. Campbell, además de ser una política de alto nivel, y la primera vicepresidenta afrodescendiente de la región, cuenta con una destacada trayectoria como parlamentaria, economista y líder de la sociedad civil. Los invito a escuchar sus palabras acerca de la importancia de la inclusión racial en las políticas públicas en nuestra región.
 

 
Este distinguido evento, así como la publicación, forman parte de un proceso de movilización impulsado por el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, el cual ha adquirido gran relevancia en América Latina. El reto hacia 2024 (el año de finalización del decenio), para los gobiernos de la región es considerar el estatus de sus poblaciones afrodescendientes y elaborar planes nacionales para enfocarse en el cierre de brechas de desarrollo y mejorar el acceso de los afrodescendientes a servicios básicos, como educación, y a los mercados laborales.
Costa Rica está en una posición de liderazgo en este proceso, pero su gobierno no está solo en el desarrollo de . Perú cuenta con un  Plan Nacional y es país líder del proceso regional de RIAFRO para 2018. Uruguay está llevando a cabo un ambicioso trabajo de transversalización desde la Oficina de Planeación y Presupuesto, la cual está generando indiciadores y acciones con un horizonte a 2030. Panamá, con la creación de la Secretaría para los Afrodescendientes – SENADAPP está creando una institucionalidad sólida, respaldada por el Ministerio de Desarrollo Social, para tratar el tema de los afrodescendientes.
¿Por qué la atención a las políticas públicas de inclusión de los afrodescendientes ahora y qué significa este esfuerzo? Más de 150 millones de personas, o 30% de la población, en América Latina son afrodescendientes. Sin embargo, esta población aún muestra una mayor incidencia de pobreza, ya que representa más de la mitad de los pobres en la región. Esto a pesar de que los afrodescendientes muestran en promedio mayores niveles de urbanización, hablan el lenguaje nacional como su lengua materna y, en algunos lugares como Panamá, incluso tienen niveles de educación promedio más altos que la media nacional. Todos estos factores hacen que la marginación persistente de los afrodescendientes en la región sea particularmente alarmante. Las barreras de acceso a oportunidades laborales en el sector formal y crédito, las cuales son en parte producto de la persistencia de estereotipos raciales y sesgos en las prácticas de contratación, contribuyen a continuar el ciclo de marginación económica que enfrenta la población afrodescendiente.
Políticas afirmativas en educación superior han sido muy exitosas en elevar el acceso a la universidad de los afrodescendientes en lugares como Brasil y Perú, en parte porque estos programas aprovechan la existencia de estudiantes con una alta resiliencia educativa. Diversos estudios en Brasil han encontrado que estudiantes beneficiarios de programas de acción afirmativa se desempeñan mejor incluso que estudiantes provenientes de estratos socioeconómicos más altos o que provenían de mejores escuelas. En un caso, se encontró que el desempeño relativo de los estudiantes que entraban a la universidad por vía de cuotas era 87% mejor que el de otros alumnos. Resultados similares se pueden observar en las 128 universidades públicas federales de Brasil con programas de acción afirmativa.
Derribar las barreras que enfrentan actualmente los afrodescendientes tiene que ver con eliminar actitudes que reproducen sesgos, prejuicios y desinformación. Cambiar estas actitudes no tiene por qué ser costoso desde el punto de vista de la implementación de acciones. De hecho, avances en el área de la ciencia del comportamiento sugieren que pueden existir formas específicas para influenciar a los tomadores de decisiones en los sectores público y privado para mejorar el enfoque en talento y potencial, y empoderar a los afrodescendientes a través de herramientas simples que permitan superar su exclusión histórica.
La riqueza de la comunidad afrodescendiente ha dado lugar a grandes talentos. En el presente hay una masa crítica de individuos que están preparados y listos para contribuir de forma activa a su sociedad, si tan sólo se les permite competir con base en sus méritos. Mejorar la transparencia en el acceso a oportunidades laborales, con un enfoque en talento y fortalezas, no sólo es una inversión en los afrodescendientes, sino una inversión en el talento y el potencial de todas las personas en la región.



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