Nueve tips para charlar de diversidad con las y los más chiquitos


Los tiempos cambian y la cultura avanza hacia una sociedad occidental inclusiva y diversa. Y si bien así como hay revolución hay resistencia, la metamorfosis es inminente e irrefrenable.  

Hay generaciones como la de los 60 o 70 que no llegarán a ver estos cambios en su plenitud, pero las que vienen serán parte de ello y deben estar a la altura. 

Momo, el hijo de 4 años de Jimena Barón, le preguntó a su mamá por qué dos chicas se besaban y ella, fresca como es, le explicó todo y lo subió a Instagram para el deleite de más de sus cuatro millones de seguidores. 

A raíz de esos pequeños videos, FILO habló con la psicóloga Cintia Gonzalez Oviedo, directora de Bridge The Gap, una consultoría de genero y comunicación responsable sobre cómo pueden los padres y madres charlar de estos temas con sus hijos e hijas con éxito. 

 

1- Tratar los temas naturalmente “En principio tiene que ser igual que como se trata cualquier tema. Porque sino termina siendo discriminación positiva. Una charla de diversidad sexual a los cuatro años no da. O sea, si tenés que frenar y explicar por qué dos chicas se pueden besar o los derechos de las mujeres, dejás entrever que en realidad no es natural cuando sí lo es”. 

 

2- Dar información sobre las inquietudes que surgen en su vida cotidiana “Hay que brindar información de acuerdo a su edad y la mejor manera para garantizar eso es ir respondiendo a medida que el niño o la niña tiene dudas. Ellos y ellas mismas te dicen que hay cosas que son para nenas y cosas para nenes, ahí hay que aprovechar el tema y explicar que no hay género para los juguetes, las profesiones o las tareas. A los cuatro años el mundo comienza a dividirse entre nenes o nenas y es el momento de plantear que en realidad eso no es así”.

 

3- Entender que es un mundo nuevo “Para ellos y ellas cuando su mamá o papá les explica algo de estas características es un mundo nuevo, no porque sea poco natural sino porque no es la norma, no es lo que se ve todos los días ni lo que esta sociedad muestra, de hecho, es lo que se intenta esconder. Entonces está bueno explicarlo, de nuevo, con naturalidad, pero explicarlo sí o sí”.

 

4- La infancia toma lo aprendido y sigue adelante “Una cree que después de explicarle estas cosas tal vez no las registran tanto, que hay que reforzar, pero la verdad es que a esas edad chupan como esponja los conocimientos y es la palabra de padres y madres, además de las escuelas, la que vale a la hora de entender cómo funciona la sociedad. Tengo una hija de cuatro años y yo tenía dudas de si había o no entendido cosas que le expliqué hasta que un dia la escuché contándoles lo mismo a todas sus compañeritas. Entienden, les quedan las cosas, no hay que subestimar a las infancias”. 

 

5- La escuela, clave “Es muy importante como madre o padre estar atentas a a qué tipo de escuela va y qué temas se hablan en la institución. El tema del bullying va muy atado a las cuestiones perfomativas y surge en general cuando alguien no cumple con las expectativas del rol. Hay que estar atentas y atentos ahí”. 

 

6- Prepararlos y prepararlas para el futuro “Estamos preparando a nuestros hijos e hijas para la sociedad del futuro. Una sociedad mejor, para que puedan trabajar. La pregunta que hay que hacerse es ¿para qué mundo lo vas a preparar? ¿Con qué herramientas? El mundo que viene va a ser diverso y tienen que estar ahí y entenderlo desde la infancia”. 

 

7- La mezcla de todo, un nuevo paradigma “Venimos de décadas en donde los roles eran fijos pero hoy hay blends (mezclas). Hasta en las profesiones pasa, psicólogos que trabajan en cienca, científicos que trabajan en divulgación. Hoy ya no hay compartimientos estancos. En un mundo que pide flexibilidad hay que adaptar a las infancias a eso. 

 

8- Empoderar a las niñas pero también transformar a los niños “Hoy es muy común empoderar a las chicas, ¿pero qué pasa con los chicos? Lo más difícil para el cambio, es lo inverso. Cómo hacés para que el varón entienda los cambios y además aprenda cosas nuevas. Porque esta sociedad nos pide a las mujeres que nos empoderemos pero nadie quiere capacitar a su hijo en tareas domésticas o de cuidado, porque esas tareas que históricamente se le imponen a las mujeres, se siguen percibiendo como algo de menor categoría y está desvalorizado socialmente”. 

 

9- Los estereotipos no necesariamente son malos “Se repite mucho eso de que los estereotipos no sirven y hay que luchar contra ellos. Pero no es así, ya que el cerebro necesita de los estereotipos para organizar la información. No podemos sobrevivir si tenemos que percibir todo el tiempo todo de cero. El tema es que vivimos en un mundo en donde los estereotipos están creados desde la desigualdad, eso es lo que hay que cambiar”.



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