Florence desata colosales lluvias e inundaciones en EEUU 


Un poste de cableado fue derribado por los fuertes vientos en River Bend, Carolina del Norte. Foto: Xinhua

New Bern, Estados Unidos.- Las autoridades advirtieron el sábado a miles de desplazados por el huracán Florence que la devastación está lejos de haber terminado cuando “colosales” lluvias cayeron en el sureste de Estados Unidos con inundaciones catastróficas y dejaron unos 13 muertos. La mayoría de las muertes ocurrieron en Carolina del Norte donde funcionarios confirmaron ocho víctimas fatales. Eso incluye a tres que murieron en súbitas inundaciones de carreteras, dijo la oficina del Sheriff del condado de Duplin en Carolina del Norte. 

Un árbol cayó sobre una casa provocando 13 muertos. Foto: Xinhua

Una mujer y su hijo se contaron entre los primeros fallecidos cuando un árbol cayó sobre su casa en integran de 13 muertos, según medios estadounidenses. Diez murieron  en Carolina del Norte y tres en Carolina del Sur, según CNN.  v class=”ck-related-news”>

 

 
Florence tocó tierra el viernes como huracán categoría I pero luego se degradó a tormenta tropical y aún así siguió arrasando la costa este, dejando un tendal de árboles y cables de electricidad derribados y obligando a unas 20.000 personas a huir hacia refugios. Hacia las 23H00 locales (03H00 GMT) los vientos habían decrecido a 64 kilómetros por hora pero el Centro Nacional de Huracanes siguió alertando sobre “catástroficas” inundaciones causadas por el torrrencial diluvio. El sábado muchas personas trataron de regresar a sus casas conduciendo por carreteras inundadas y llevando motosierras para quitar los pinos que atravesaban las rutas. 

El gobernandor de Carolina del Norte, Roy Cooper, alertó que transitar esas rutas es temerario porque su estado es muy peligroso. “Todos los caminos del estado están actualmente en riesgo de inundación”, dijo. “Mientras los ríos sigan creciendo y la lluvia cayendo, las inundaciones se extenderán. Más y más condados tierra adentro están librando órdenes de evacuación obligatoria”, dijo. Poco antes había alertado que la tormenta “está descargando colosales cantidades de lluvia: en algunos lugares se mide en pies, no ya en pulgadas” En otra entrevista separada, Steve Goldstein, de la administración Nacional Oceánica y Atmosférica, dijo que algunas áreas recibieron lluvias de hasta dos pies (609,6 milímetros) mientras Florence se movía muy lentamente en el este de Carolina del Norte. 

Devastado el sureste de Estados Unidos. Foto: Xinhua

En New Bern, una ciudad cercana a la costa de Carolina del Norte, las autoridades rescataron a cientos de personas que habían quedado aisladas. 
Cuando llegó Florence, Charles Rucker, un maestro jubilado, solo había pasado cinco noches en la casa construida en 1830 que recién había comprado. 
Fue como si un tren bala hubiera irrumpido en mi sala, dijo a la AFP. “Estaba realmente aterrado”, añadió. Las puertas de muchas casas se veían como si las hubieran derribado y estatuas de osos, emblemáticas de la ciudad y hechas de fibra de vidrio, flotaban en las calles. 

La Casa Blanca dijo que Trump visitará las áreas afectadas la próxima semana. La Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) movilizó a 1.200 personas para las operaciones de búsqueda y rescate. El Ejército  y voluntarios de todo el país también ayudan en las tareas. Las ráfagas de viento causaron daños severos, arrancando árboles y postes de luz. Más de 800.000 hogares no tenían electricidad el sábado por la mañana, según los Servicios de Administración de Emergencias de Carolina del Norte.  

Alrededor de 1,7 millones de personas en Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia están bajo órdenes de evacuación voluntarias u obligatorias, y millones de otras viven en áreas que podrían verse afectadas por la tormenta. Los meteorólogos prevén que en Carolina del Norte la acumulación de agua de las lluvias alcancen los 25 centímetros tierras adentro, y un metro en algunas áreas costeras. Las autoridades no descartan que surjan tornados. “Algunos tornados son posibles en el sureste de Carolina del Norte y el noreste de Carolina del Sur”, dijo la agencia nacional que atiende los huracanase. Desde la autopista 40, una ruta usada al principio de semana por la población para abandonar la región ante la amenaza de la tormenta, se podía ver un paisaje pantanoso entre los árboles que la bordean. Parte de la ciudad de New Bern, de cerca de 30.000 habitantes, ha estado inundada desde el viernes, lo que provocó que cientos de residentes se quedaran atrapados. Esa ciudad turística se encuentra en la confluencia de los ríos Ne use y Tren, cerca de un estuario. 
Hay 4.200 viviendas dañadas, no todas inundadas, informó el sábado la alcaldesa de la ciudad, Dana Outlaw. Hasta ahora hemos rescatado a más de 400 personas y cientos más están esperando ayuda, agregó en el canal de televisión CNN. 

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