“Isla Flaca”: la exposición que destapa la nueva pobreza chilena


El fundador de La Perrera Arte, Antonio Becerro, cumplirá un doble rol en la exposición “Isla flaca”,  ya que su centro cultural será el lugar donde se lanzará Isla Flaca Arte, Geografía de la Pobreza, y además, él figura como uno de los expositores de primer nivel convocados junto a Claudio Correa, Ignacio Gumucio, Alejandro Quiroga, Bernardo Oyarzún y Alejandra Prieto. Todos ellos harán sus instalaciones en dos momentos consecutivos y en puntos extremos de la capital: poniente y oriente. El primero tendrá lugar del 28 de septiembre al 7 de octubre en el Parque de los Reyes, y el segundo, del 11 al 21 de octubre, en Alonso de Córdova 3788, Vitacura, incluyendo óleos, videos y música.
“Me parece muy interesante que una institución como el Hogar de Cristo dé este paso, que es buscar a través de las artes una reflexión profunda sobre la nueva pobreza chilena y que podamos debatir con todos los agentes sociales incluyendo a los artistas. Nosotros ayudamos a visibilizar, pero no podemos cambiar nada. Esta exposición le da importancia al arte chileno también, porque nosotros como artistas sorteamos nuestra marginalidad con soluciones de supervivencia”, señala.

Le gusta especialmente que la muestra comience en La Perrera y luego siga su camino en un sector de confort como es Alonso de Córdova: “Es buena la idea porque hay públicos que no se cruzan ni se topan. La ventaja que parta aquí, en La Perrera Arte, es que es un lugar bastante diverso, donde converge todo tipo de público y tribus urbanas: desde gente con conocimiento acabado del arte hasta el vecino que salió a comprar el pan o a pasear al perro, el oficinista del centro de Santiago y el joven marginal que anda pateando piedras, es decir, logras juntar a distintos segmentos sociales del Chile actual”.
Para él, el individualismo y el consumismo derivados del sistema neoliberal operan de manera muy eficiente: la gente no tiene tiempo, si no estás en la  producción de máquina, el efecto centrífuga te expulsa lejos de la masa y te aísla. En Chile la gente tiene una identidad a la fuerza que invoca la educación del dinero, aquí la  gente no quiere mirarse en el otro, salvo si no es por lo que tiene, por tanto, no quiere encuentro, no quiere identidad y no quiere memoria. “El llamado que hace Isla Flaca es muy interesante porque significa arriesgarse y correr el cerco con visión. Yo asumí el reto y veremos qué resulta, esperamos una respuesta de estos públicos distintos”.

La certeza del Metro Cuadrado
Su obra se llama “Metro Cuadrado” porque es lo que nos pertenece a todos por el simple hecho de nacer en este planeta, y tiene su origen en una perfomance que Antonio Becerro realizó hace un año debajo del puente Bulnes en el río Mapocho, cerca del Memorial de los Detenidos Desaparecidos. Allí quemó un ataúd en momentos en que Chile se quemaba por todos lados a raíz de varios incendios forestales.
“Mi artificio es un mecanismo escatológico y como ejercicio de sanación lo primero que hago es auto exorcizarme dentro de la neurosis colectiva de la capital. Dos meses después de esa perfomance, bajé nuevamente al río Mapocho y  levanté las cenizas del ataúd quemado. Lo he reconstruido con mis propias manos, tiene costuras con alambre de cobre, corchetes, manchas del fuego, óxido del río y está iluminado, es el levantamiento del escombro, el rastro del despojo, la huella de lo  que estuvo allí y aquí y con eso planteo la problemática del metro cuadrado, pero no quiero contar más”, dice.

A diferencia de lo que pasaba en los tiempos de San Alberto Hurtado, que bajaba a la ribera del río a recoger a los niños harapientos y muertos de frío para ayudarles, la estética de la pobreza ha cambiado, asegura: “Hoy aspiran la ´solución, una especie de neoprén, pero usan zapatillas Nike. Antes era el ´pelusa´y hoy es el marginal con una estética neoliberal porque tiene marcas, distintivos como insignias de identidad,  tatuajes corporativos de la nueva pobreza mundial. Sin embargo, con esa vanidad no le alcanza para conseguir su espacio, su lugar en este país. En tanto, lo único que tiene el chileno garantizado es el metro cuadrado al morirte”.



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