“Bochornoso”: Espacio Público critica duramente al Gobierno por no firmar el Acuerdo de Escazú y advierte que Chile pierde liderazgo


Incomprensible, bochornoso y una torpeza. Así calificaron desde el centro de estudios Espacio Público, la negativa de Chile a firmar el Acuerdo de Escazú, proceso que se llevó a cabo la tarde de este jueves en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y en la que 12 países de la región estamparon su rúbrica. 
Argentina, Antigua y Barbuda, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Guyana, México, Panamá, Perú, Santa Lucía y Uruguay firmaron el tratado, mientras que Haití y República Dominicana se comprometieron a hacerlo más tarde. 
La posición de Chile frente a este acuerdo ha resultado contradictoria, primeramente, porque fue precisamente nuestro país en 2012, bajo el mandato de Sebastián Piñera en su primer Gobierno, el que lideró este proceso junto a Costa Rica, y que busca garantizar el derecho a un medio ambiente sano, el acceso a la información ambiental, la participación y el resguardo ciudadanos.
Además, la negativa a consignar el Tratado de Escazú se da en medio de la grave crisis ambiental que viven las comunas de Quintero y Puchuncaví desde agosto. 
A juicio de la directora de Espacio Público, Valentina Durán, Chile pierde liderazgo regional e internacional al oponerse a firmar este acuerdo, para lo cual ya había adquirido un compromiso. 
“Quedamos como el anfitrión que invita a la fiesta y que finalmente no está para recibir a sus invitados, entonces perdemos credibilidad, perdemos en cuanto a que no cumplimos con un compromiso, y además mostramos improvisación porque hubo mucho tiempo para analizar el mecanismo de solución de controversias que es lo que parece que hoy día estaría generando una tensión y que ha sido indicado como la razón para postergar la firma del Acuerdo de Escazú”, dijo Durán a El Mostrador. 
Para la directora del centro de estudios, resulta interesante que el resto de los países no se haya restado. Además, considera que Costa Rica ha asumido el liderazgo en este acuerdo. “Hay otros países para los cuales firmar este Tratado y ratificarlo después significa realizar serios ajustes en su legislación nacional, y ese no es el caso de Chile. Hay Estados que tienen que hacer esfuerzos mucho mayores que los que tiene que hacer Chile para poder ajustarse a los compromisos de este convenio, y a pesar de eso, esos Estados firmaron. Eso lo hace aún más grave en el caso de Chile que tiene estándares bastante altos de acceso a la información y la participación en la justicia ambiental en comparación con sus pares de la misma región”.
Entre los países firmantes, se cree que la actitud diplomática de Chile podría tener un costo político muy alto por haber liderado un proceso, comprometer su firma y finalmente no haberlo hecho, declaró la también directora de Espacio Público Andrea Sanhueza, quien siguió el proceso desde Nueva York, asegurando que podría existir presión de parte de los Estados que suscribieron el acuerdo para que Chile salga de la copresidencia. 
“Uno de los aspectos que más se resalta hoy acá en Nueva York es que cómo un país que hoy día continúa liderando el proceso a través de esta copresidencia no ha firmado, por lo tanto no goza de legitimidad para hacerlo. Es fundamental que Chile firme ya, no sé, mañana, pero no puede demorarse mucho porque si no los países van a presionar para que se salga de la copresidencia”.
Una contradicción evidente
La negativa a estampar su firma se contradice además con el discurso de Piñera en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que hizo mucho énfasis en el tema medioambiental e incluso sostuvo que “estoy especialmente comprometido con un desarrollo que sea sustentable”.
Al respecto, Valentina Durán consideró que el discurso del Mandatario nacional es una “contradicción evidente y creo que ha sido bochornoso (…) La mejor muestra de un compromiso con el desarrollo sostenible y con la justicia ambiental hubiese sido participar en esta firma, comprometiendo los mayores esfuerzos de Chile tanto a nivel nacional como regional”.
Sin embargo, Durán sostuvo que, si de aquí a pocos días Chile firma el acuerdo, se podría aminorar el impacto que tuvo para la comunidad el no haber consignado el tratado. “Esto ha resultado incomprensible a nivel diplomático dada la trayectoria y el liderazgo que Chile ha tenido hasta ahora a nivel multilateral en los temas ambientales”, finalizó. 
la opinión de Durán es compartida por Sanhueza, quien señaló que “es contradictoria su posición (de Piñera) que diga que apoya el desarrollo sostenible con las acciones concretas que ha dado su Gobierno”. 
“El desarrollo sostenible comprende las dimensiones económicas, sociales y ambientales y que es lo opuesto de solo el crecimiento económico. Por lo tanto el desarrollo sostenible busca tener un mejor balance y equilibrio entre estas tres dimensiones, y Escazú es precisamente eso, es cómo involucrar a la ciudadanía para poder tener una mejor calidad de vida y cómo proteger el medio ambiente”, culminó.
¿En qué consiste en Tratado de Escazú?
Adoptado el 4 de marzo en San José, Costa Rica, por representantes de 24 países, el tratado implementa el principio 10 de la Declaración de Río, adoptada en la Cumbre para la Tierra de 1992, al establecer salvaguardias para los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en cuestiones medioambientales.
El acuerdo impone también obligaciones específicas para proteger de amenazas y ataques a las personas que defienden los derechos humanos relacionados con el medio ambiente, para investigar y castigar cualquier agresión contra estas personas, y para garantizar sus derechos a la vida y a la integridad personal, así como los derechos a la libertad de reunión pacífica, de circulación, de expresión y de asociación.



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