Inspectora rociada con bencina en Instituto Nacional: “No quiero ser héroe, quiero que mis alumnos sigan en clases”



María Teresa Cortés, inspectora general del Instituto Nacional, relató en la Comisión de Educación del Senado el episodio donde fue víctima de un grupo de jóvenes vestido con overoles blancos y que la rociaron con bencina. Asegura que no es la única funcionaria que ha vivido este tipo de episodios tan violentos al interior del establecimiento.”Ha sido duro para nosotros. Nosotros queremos que nuestros alumnos estén en clases porque es un colegio (…) Yo me he expuesto sacando bombas molotov debajo del bus “Caleuche” que está dentro del Instituto, pero ¿para qué? ¿Por qué me quiero exponer?, ¿quiero ser héroe? No. lo que quiero es que mis alumnos y el resto del colegio, sigan en clases. A eso van”, dijo en la instancia donde se revisa el proyecto Aula Segura.La también profesora de Física se definió ante los parlamentarios como una “hija de la educación pública” y afirmó que le “duele” que sucedan este tipo de hechos, según detalló Emol. En la jornada, narró dos episodios a los que se ha enfrentado junto a otras colegas.El primero ocurrió el 11 de julio, cuando le quitó una bolsa con botellas a estudiantes que querían manifestarse al interior del liceo. “¡Tírale, tírale! y me tiraron combustible a los pies, y el otro le gritaba ¡préndela, enciéndela! (…) al final terminan yéndose, no lo hizo afortunadamente, porque si no capaz otra habría sido la historia”, relató Cortés.El otro hecho ocurrió el 1 de septiembre cuando le avisaron que “estaban los overoles blancos” mientras estaba en la oficina.”Éramos cuatro mujeres: la secretaria, la enfermera, una auxiliar y yo y después se sumó una profesora (…) cuando yo también quito un tambor de combustible, un muchacho me pescó del cuello. La enfermera y la auxiliar pescan al muchacho y la auxiliar le grita ‘a mi jefa no le vas a pegar'”, narró la inspectora.Y agregó, “yo logro sacar el combustible de ahí y corren estos muchachos al hall central, estando en el hall central, tratamos de cerrar las puertas, porque el colegio estaba en clases. Es tan grande nuestro colegio que hay gente que ni siquiera se dio cuenta porque nosotros a toda costa intentamos evitarlo porque después entran los carabineros y estos victimarios pasan a ser víctimas”. Entre el rector del Instituto, la secretaria de la Inspectoría, la enferma y la auxiliar intentaron cerrar la puerta del colegio.”Ahí nos tiraron combustible. A mí me llegó directamente a la cara y la ropa. Logramos sacar a los jóvenes, cerrar el colegio y nosotros seguir entre comillas normal. Después me llevaron a la Asociación Chilena de Seguridad, me dieron unas gotas y la moraleja de esta historia es que después la ACHS dijo que esto no es un accidente laboral y que tengo que pagar la consulta”.



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