Fotos: La ruta minera de Copiapó


La historia de la metalurgia en Chile es mucho más antigua que lo que señalan los libros oficiales de economía. Ya antes de la conquista, e incluso previo al dominio del Imperio Inca  sobre los pueblos andinos,  existía reputación de riqueza  inagotable de metales de alta ley como el cobre, la plata y el oro además de  piedras maravillosas como el cuarzo y la magentita.
Y si hoy recorriéramos la zona minera por excelencia de la Región de Atacama, estas riquezas están a la vista en una ruta alucinante donde además de conocer la industria ancestral se puede conocer cómo desde los pueblos prehispánicos, hasta la gran minería de hoy, esta actividad comercial ha sido no solo el sustento de sus habitantes, sino también lo que marca sus emociones, recuerdos y amor por la “Pchi´pachai” que en lengua  Kan Kan ( de los colla), significa Tierra.
Haciendo un recorrido por la historia podemos decir que en la zona se encontraban como pueblos bien asentado los  Colla y los Diaguitas. Los primeros fueron transumantes, moviéndose entre Argentina, parte de Bolivia y Chile. Aquí  es donde  se ubicaban entre la Quebrada Juncal o  Encantada,  y la cuenca del Río Copiapó, agrupándose en nueve comunidades.  Por su parte los diaguitas estaban ubicados en los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa. Eran agricultores y alfareros por excelencia y fueron dominados a mediados del siglo XV por los Incas, quienes reclutaron  soldados jóvenes para asegurar la expansión del imperio del sol.
En la zona el Imperio Inca, como uno de sus grandes hitos construyó el Qhapac Ñam, convirtiéndolo en un camino de conexión por el cual además de comunicarse, intercambiaban sus productos, como una forma de pagar por el uso de este sendero también llamado Camino del Inca.
Si nos adentramos hoy por el valle de Copiapó, hallaremos muchos vestigios, desde esa minería preincaica hasta la de comienzos del siglo XX, y cuyas reliquias   solo han sido dañadas algunas por el paso del  tiempo, pues gracias a la preocupación de las comunidades locales  y las autoridades locales, su estado de conservación permite que sea una zona visitable, y con gran futuro turístico, ya que existen proyectos concretos de convertir la Ruta Minera en un atractivo de nivel mundial. Por ahora es posible visitar estos fascinantes hitos y obtener imágenes únicas en las que el sol, la tierra y el viento son los principales protagonistas.
En esta imagen se pueden apreciar perfectamente los hornos en los que se fundía el metal. Todo junto a la pequeña villa donde habitaban los mineros y por su puesto, un sector para la realización de ceremonias de gratitud a la Tierra y al dios Sol.
La vista desde Cerro La Viña hacia el Valle de Copiapó es única y fascinante. Es posible apreciar cómo entre quebradas ricas en minerales se cuelgan cientos de hectáreas de parronales, que son dan las primeras uvas de mesa que se exportan desde Chile al lejano oriente, Europa y Norteamérica ya a comienzos del mes de noviembre.
A 98 kilómetros de Copiapó y también en la ruta C 35 nos encontraremos con esta riqueza arquitectónica impresionante. 13 arcos de piedra canteada unidas entre sí, levantan el curso del agua que es desviado del Río  Copiapó. Luego la hacen descender para finalmente enviarla a una turbina generando energía. Todo forma parte del auge de la industria cuprífera que ya en el siglo XIX era estratégica para Chile.
El Acueducto Amulana hoy espera ser declarado patrimonio de la humanidad, sin embargo ya es Monumento Nacional y se trabaja en establecer un polígono de protección donde además se incluyan servicios para que así los turistas accedan con reglas claras y cuidando de dejar desperdicios, atentar contra la estructura y a la vez poder vivir una experiencia alucinante.
El embalse Lautaro es otra obra de ingeniería antigua que demuestra que el auge de la minería permitió también el desarrollo de la agricultura gracias a la riqueza del principal afluente del lugar el río Copiapó. Este embalse fue construido la segunda década del siglo XX con el objetivo de asegurar reserva de agua para los agricultores de la zona, sobre todo porque en medio del desierto más seco del mundo siempre han existido periodos de sequía que han afectado a este afluente.
El Río Copiapó que nace en Los Andes de Atacama es un río que en los últimos años se ha portado generoso gracias a las lluvias de otoño de los años 2015 y 2017. Sin embargo esas lluvias que en por cierto fueron muy intensas e inesperadas,  provocaron una gran tragedia con aluviones de barro y agua que destruyeron buena parte de la región de Atacama.
La mina El Tránsito ubicada en Tierra Amarilla es también testimonio de lo que fue la minería del siglo XIX y XX en la zona de Copiapó. Aquí donJuan Navarrete,  junto a su esposa Margarita Díaz, son los guardianes del pequeño museo en el que se pretende crear un centro de interpretación. Si bien ya es un museo abierto a la comunidad, desde el programa PTI de Corfo señalan que se esta trabajando en conseguir recursos y realizar a la vez una planificación estratégica para poner en valor el lugar.
El Tránsito conserva intacto parte de lo que fue la vida de los mineros de la plata y luego el cobre. Actualmente es administrada por Minera La Candelaria, que gracias a su programa de vinculación con la comunidad trabaja junto al gobierno por mejorar los servicios del sector. A este lugar también se accede por la ruta C 35 en la comuna de Tierra Amarilla.
La Iglesia de Tierras Amarilla en su color característico es testigo clave de todo lo quema sucedido por siglos en estas tierras. También fue locación obligada de la película que recuerda la hazaña de los 33 mineros de la Mina San José.
Son muchos los minerales que se pueden encontrar en la región de Atacama. La mayoría de excelente ley. Cuarzo, plata, magenta, hierro y un largo etcétera. Todos expuestos en el Museo de la Minería de Tierra Amarilla.
 



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