Con un lleno total se presentaron Alice in Chains y Judas Priest en el Festival Santiago Get Louder


Con un público superior a las 15 mil personas, el Festival Santiago Get Louder, que agotó tempranamente el día del evento todas sus localidades, congregó a los fanáticos del rock que llegaron de diferentes partes de Chile para reencontrarse con dos de los mayores exponentes de sus corrientes musicales, por primera vez juntos, en nuestro país.
Alice In Chains
Alice In Chains presentó un setlist incendiario, que dentro de las casi dos horas que duró el espectáculo, estuvo lleno de sus mayores éxitos. “No excuses”,”Heaven Beside You” y “Would?”, junto con las canciones más nuevas, incluyendo “Voices”, presentaron un desempeño simplemente increíble, dejando a los fanáticos más que satisfechos después de esperar por 5 años una nueva presentación de la agrupación en nuestro país, lo que se demostró al ver el rostro de sus fans más jóvenes, quienes probablemente veían por primera vez a una de las bandas de grunge más fuertes y duraderas que quedan de los años 90’.
Todas las fotografías: Juan Manuel Nuñez Méndez
La banda, originaria de Seattle, Washington, fue en su momento la que presentaba más sonidos asociados al rock más pesado en comparación con el resto de grupos de rock que surgieron a principios de los 90’ en esa parte oscura y lluviosa de los Estados Unidos, que terminaron por crear un género que se conoció mundialmente como grunge. También estuvieron entre los más exitosos de su época, vendiendo más de 20 millones de discos durante esos años. Sin embargo, el éxito y la fama que los acompañó desplegó junto a ella sus peligrosos excesos asociados y con Layne Staley, vocalista y líder de la banda, no fue la excepción, quien falleció tempranamente por abuso de drogas en 2002. Cuatro años más tarde, en 2006, William DuVall asumió el cargo de cantante principal, y la banda lanzó dos álbumes más hasta 2013.
Por eso es que no llama la atención de que exista una demanda bastante sólida para ver a la banda, incluso después de todos estos años. No muchas agrupaciones sobreviven a la muerte de su cantante, pero Alice In Chains parece haber encontrado su camino nuevamente encabezados por William Duval, quien continúa impresionando con su intensidad y su presencia en el escenario, y con dos álbumes en su haber, ahora es mucho más que un líder suplente.
Todas las fotografías: Juan Manuel Nuñez Méndez
La presentación partió con “Check My Brain”, primer single de 2009, también conocido como el comienzo de la era DuVall, en el que la banda hizo un regreso masivo y potencialmente sin precedentes, luego de la disolución a finales de los 90. DuVall continúa demostrando sus capacidades vocales mientras emula una sensación extraña en la que se fundó el trabajo más temprano de la banda, incluyendo “Down In A Hole” y “Nutshell”, al tiempo que canta con la agresión pura de “Dam That River”, “We Die Young”, y “Them Bones”.
Una presentación sencillamente impecable, que hizo recordar a más de uno de los presentes, los años de camisas de franela y mezclillas deshilachadas, años en que se nos demostraba lo horrible que se veía del mundo de los adultos y las tragedias que traía la adultez, donde no se podían frenar extrañas enfermedades nuevas y el abuso de drogas sintéticas se llevaba tempranamente a nuestros ídolos, ya sea de forma directa, como es el caso de Layne Staley o indirecta, como Kurt Cobain.
Judas Priest
Judas Priest aterrizó una vez más en suelo chileno para mostrarnos de qué se trata el Heavy Metal verdadero y puro de la vieja escuela, y como se esperaba, cautivó a todo su público con su música sin igual una vez más.
Todas las fotografías: Juan Manuel Nuñez Méndez
Aún en gira, promocionando su nuevo álbum inflamable y metálico, “Firepower”, una de las instituciones vivientes más importantes en la historia del Heavy Metal, ejecutó una impecable interpretación tocando los clásicos de todos los tiempos, como “Freewheel Burning” hasta el inspirador nuevo himno “Rising From Ruins”.
Como de costumbre, Rob Halford, Richie Faulkner, Ian Hill y Scott Travis, con el apoyo de Andy Sneap en la guitarra, quien aún se encuentra reemplazando a Glenn Tipton debido a la batalla que enfrenta el músico contra la enfermedad de Parkinson, presentaron un concierto increíble, tocando canciones de casi todos sus álbumes, sin olvidar los clásicos como “Sinner”, “Turbo Lover” y “Painkiller”.
Todas las fotografías: Juan Manuel Nuñez Méndez
Salieron al escenario con toda su fuerza, abriendo con el tema que le da el nombre a su nuevo álbum ‘Firepower’. Los dioses del metal, demostraron que incluso después de 5 décadas de grabación y giras, aún pueden enseñar cómo se hace el verdadero metal. A medida que pasan los años, los músicos usualmente alcanzan un nivel máximo en su interpretación, lo que resulta en un eventual movimiento descendente, pero Judas Priest se opone a esta norma y continúa actuando y superando las expectativas.
El cantante Rob Halford, de 67 años, aún puede cantar notas que solo pueden escuchar los perros y las personas que no han estado escuchando heavy metal durante cuatro décadas. Él realmente tiene dos gritos característicos, uno que es un poco nasal y quejumbroso y otro que sale desde la garganta, lleno de poder. Cuando Halford quería escuchar a la audiencia, estaban ahí para él. Y él, les mostró su aprecio constantemente durante el show, saludando y acercándose a los más próximos al escenario constantemente. El resto de la banda también se alimentó de esa energía. El guitarrista Richie Faulkner estuvo en el borde delantero del escenario toda la noche, tocando en la primera fila, hasta que ocurrió la ya clásica aparición de Rob Halford y su Harley-Davidson personalizada para“Hell Bent For Leather”.
Todas las fotografías: Juan Manuel Nuñez Méndez
Debido a sus instrumentales contundentes y sus elevadas partes vocales, no es una sorpresa que Judas Priest siga generando un espectáculo sorprendente y satisfactorio en general, manteniéndose fieles a lo que hacen mejor, tocar heavy metal, convirtiendo el concierto una noche memorable para los fanáticos.
Una canción tras otra, desde iniciado el concierto, y pasando por la presentación de su material nuevo, Judas Priest tuvo al público toda la noche, en la palma de la mano. No hace falta decir que todos salieron felices. Un espectáculo sencillamente increíble y que probablemente quede como uno de los mejores de este año.

 



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