Aunque la fotografía hacia afuera es de completa normalidad, el proceso para confirmar la nómina del Alto Mando en el Ejército para el próximo año, no ha sido para nada tranquilo, como sí ocurrió en la Fuerza Aérea y en la Armada, institución a la que el Presidente Sebastián Piñera entregó un voto de confianza cuando confirmó en su puesto al vicealmirante Rodrigo Álvarez, como jefe del Estado Mayor Conjunto.
Respecto del Ejército, en cambio, la situación es incierta. Específicamente por la investigación judicial que dirige la ministra de la Corte Marcial y de Apelaciones, Romy Rutheford, que rastrea el mal uso de fondos públicos provenientes de la Ley Reservada del Cobre y también desde hace algunos meses una arista relacionada con el desvío irregular de plata destinada a pasajes y viáticos.
La arista del “turismo militar” tiene ya seis oficiales procesados, entre ellos el renunciado numero 2 de la institución, John Griffiths. Y en La Moneda se agranda la desconfianza porque hay certeza de hasta donde puede llegar la lista de militares involucrados que puedan ser sometidos a proceso. Por ejemplo solo ayer la ministra Rutheford decretó el procesamiento del coronel, Juan Cornejo, por una presunta defraudación fiscal equivalente a 64 millones de pesos.
El ex Jefe de Pasajes y Fletes, según consigna radio Bío Bío, dijo que los oficiales superiores conocían el mecanismo que permitía a militares de alto rango irse de vacaciones con dinero destinado a viajes institucionales.
De esta manera, el proceso para conformar la nómina que acompañe al Comandante en Jefe Ricardo Martinez Menanteau, se parece mucho a un campo minado. Este jueves se reúne la Honorable Junta de de Selección para el Ascenso de Oficiales Superiores, el grupo de generales que debe entregar la nómina definitiva del Alto Mando al ministro de Defensa, Alberto Espina para que luego la confirme el Presidente Sebastián Piñera.
Pero se trata de una formalidad porque durante las últimas semanas, desde que el gobierno en público le puso un plazo al general Martínez que vence mañana, en el Ministerio de Defensa ha habido un intenso trabajo chequeando los nombres que estén limpios.
El mismo Piñera aseguró que “estamos examinando con mucho rigor y profundidad los antecedentes de quienes van a conformar el Alto Mando de nuestro Ejército” mientras estaba de visita en Iquique, la última semana de octubre. Espina por su lado, afirmó que el proceso se hizo en conjunto con el Comandante en Jefe y que lo principal es que “definitivamente sea un Alto Mando de acuerdo con las exigencias de honestidad y probidad que existen hoy en nuestro país”
No ha sido fácil, fuentes que han conocido el proceso afirman que además de Espina y sus asesores, intervino el Ministro del Interior, Andrés Chadwick.
La misión es conformar una nómina de 19 generales. Se estima que la gran mayoría va a pasar a retiro. La búsqueda ha sido exhaustiva entre los coroneles que puedan ser ascendidos, rastreando sus antecedentes y conducta en un período de hasta 10 años. Ya es poco probable que alguno de los oficiales propuestos pueda tener vínculos con alguna episodio de violaciones a los Derechos Humanos. Ahora los problemas tienen que ver con asuntos de probidad y una formación académica competente. De hecho, de acuerdo a fuentes consultadas por este medio, el proceso dejará fuera de la institución a entre 15 y 30 generales, entre quienes deben pasar a retiro y quienes estarían vinculados a eventuales hechos de corrupción.
La lista del Alto Mando debería ser anunciada por el Presidente Piñera mañana o a más tardar -si es que deben hacerse ajustes- el lunes antes que el Mandatario parta esa tarde a gira por Singapur, Nueva Zelandia y Papúa Nueva Guinea.
