Pide UNESCO asegurar educación para niños migrantes


Cada año, la UNESCO presenta su informe de seguimiento a la Educación en el mundo. El de 2019 está dedicado a los problemas y desafíos que enfrentan en este ámbito quienes se han movido de su lugar de origen por diversas razones. Migración, desplazamiento y educación, construyendo puentes no muros, destaca los logros y deficiencias de los países a la hora de garantizar el derecho de los niños migrantes y refugiados de beneficiarse de una educación de calidad, un derecho que sirve a los intereses tanto de los alumnos como de las comunidades en las que viven.

Como plantea la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, “el aprendizaje no es un lujo. Cuando se niega la educación a migrantes y refugiados, todos pierden. La educación es clave para la inclusión y la cohesión y la mejor forma de forjar comunidades más fuertes y resilientes”.

El Informe revela en qué lugares de América Latina y el Caribe se ve más cuestionado este derecho. En la frontera de los Estados Unidos entre 2013 y 2017 cada año detuvieron en promedio a cerca de 50 mil niños de El Salvador, Guatemala, Honduras y México. Profesionales de la salud mental y la pediatría que visitan los centros de detención familiares indicaron que los servicios de educación para menores no son adecuados en estos lugares.

En México no hay un mejor panorama, 35 mil menores, más de la mitad no acompañados, han permanecido en centros de detención sin educación organizada, excepto por actividades ad hoc con un componente educativo limitado, tales como talleres de artesanía o debates de carácter religioso.

Mientras que en la República Dominicana, los haitianos sin Estado no disfrutan plenamente del derecho a la educación. Los índices de asistencia a la primaria fueron de un 52% para los niños nacidos en Haití, un 79% para aquellos nacidos en República Dominicana de padres inmigrantes y un 82% para aquellos nacidos en otros países.

En contraste, en la región existen también buenos ejemplos de inclusión educativa. Colombia se ha convertido en líder, al usar su marco legal para proteger a la población desplazada internamente. En 2002, la Corte Constitucional ordenó a las autoridades de los municipios atender de forma preferencial a los niños desplazados en cuanto a su acceso a la educación.

Durante los últimos años, Colombia, al igual que otros países de la región, incluyendo algunos no hispanoparlantes, como Brasil y Trinidad y Tobago, han abordado las consecuencias que tiene en la educación el desplazamiento cada vez más común de personas entre fronteras en América Latina, y reciben a estudiantes venezolanos junto con los suyos propios.

Argentina ayudó a muchos migrantes no documentados a convertirse en ciudadanos regulares por medio de una ley de migración del 2004 y de su posterior Plan Patria Grande, el cual afirmaba que ‘bajo ninguna circunstancia deberá el estatus irregular de un inmigrante impedir su admisión en una institución educativa’.

A nivel nacional interno también hay ciudades que desempeñan un papel protagónico en la promoción de la inclusión y de la educación en contra de la xenofobia. En Sao Paulo, Brasil, se lanzó una campaña de concientización y se estableció un Consejo Municipal para Migrantes, grupo asesor que los integra en la vida política local y promueve sus derechos.
Para Bruno Covas, Alcalde de Sao Paulo: “La migración es un fenómeno complejo, aún más en las grandes ciudades. Precisamente por eso, los gobiernos locales deben trabajar para promover la ciudadanía y combatir la discriminación”.

El Informe recién publicado calcula también el alcance del éxodo intelectual, y demuestra que 1 de cada 12 de los profesionales mejor calificados de América Latina y más de 1 de cada 2 en el Caribe están emigrando a otros países: Guyana perdió a un 78% de sus trabajadores calificados debido a la emigración, mientras que Granada perdió un 71%.

Estas son las recomendaciones del Informe:
Proteger el derecho a la educación de los migrantes y las personas desplazadas
Integrar a los migrantes y a las personas desplazadas en los sistemas nacionales de educación
Comprender y planificar para cumplir con las necesidades educativas de los migrantes y las personas desplazadas
Representar historias de migración y desplazamiento en la educación de forma realista para desafiar los prejuicios
Preparar a profesores de migrantes y refugiados para abordar la diversidad y la adversidad
Sacar partido al potencial de los migrantes y las personas desplazadas
Apoyar las necesidades educativas de los migrantes y las personas desplazadas en la ayuda humanitaria y de desarrollo.
 
Esta publicación fue posible gracias al apoyo de Fundación Kellogg.



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