Porfirismo | EL DEBATE

La tarde del 23 de noviembre de 1876 Porfirio Díaz llegó a la ciudad de México en medio del aplauso.Apenas se bajó del caballo, ordenó el cese inmediato de todos los funcionarios del gobierno federal y proclamó oficialmente el Plan de Tuxtepec.Don Luis González hace un balance que abarca desde el fusilamiento de Maximiliano hasta la llegada al poder de Porfirio Díaz: “La década de México comprendida entre los años de 1867 y 1876 contó con un equipo de civilizadores y patriotas pequeño pero extremadamente grande por su entusiasmo e inteligencia; con un programa de acción múltiple, lúcido, preciso y vigoroso y con un clima nacional adverso a las prosperidades democráticas, liberal, económica, científica y nacionalista.Con todo, se plantaron entonces las semillas de la modernización y el nacionalismo, y algunas dieron brotes que el régimen subsiguiente, favorecido por el clima internacional, hizo crecer.La acción de la República Restaurada si es mirada desde el punto donde partió fue prodigiosa; si se le mira desde las metas que se propuso fue pobre.De cualquier modo, desde otra perspectiva, luce como aurora de un día de la vida de México conocido con los nombres de porfirismo y porfiriato, que fue inicialmente porfirismo por la adhesión popular a Porfirio, y después porfiriato por la adhesión de don Porfirio a la silla presidencial”.

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