translated from Spanish: Patrimonio de la humanidad en peligro por central hidroeléctrica “El Gato”

Al aproximarse al sector denominado El Gato, en la comuna de Los Muermos, en río Maullín, un lugar que alberga al famoso estero Chinchihuapi, donde, como se sabe, se encontraron los restos fósiles que cambiaron el paradigma sobre el poblamiento americano, flamean las banderas negras.
Más específicamente, en la localidad de Paraguay Chico, donde se repiten constantemente los lienzos y letreros que ondean en señal de luto por la posibilidad de que la instalación hipotética de la central hidroeléctrica “El Gato” acabe no solo con el patrimonio de la humanidad que es Monte Verde y otros posibles yacimientos arqueológicos que pudiesen estar próximos al sitio y que no han sido explorados, sino también con sus propios modos de vida.
A las banderas negras se les suman los rótulos que rezan “Río Maullín sin hidroeléctricas” o “Salvemos nuestro río Maullín” o “Peligro”.

Y es que los vecinos tienen razón para tener miedo, en particular cuando ya en la administración pasada de Sebastián Piñera se aprobó una central hidroeléctrica Mediterráneo en la Cuenca Binacional del Río Puelo – Río Manso, a cargo de la empresa Mediterráneo S.A., cuyos dueños son personas naturales con estrechos vínculos y conexiones con el Presidente Sebastián Piñera, como Roberto Hagemann, José Gabriel Cox, Ricardo Bachelet Artigues (primo de la ex Presidenta), Miguel Guerrero Gutiérrez, Karl Ferdinand Weber Silva, entre otros (ver documento “Río Manso. El negocio hidroeléctrico de los amigos y socios de Sebastián Piñera”, Mauricio Fierro).
El día 27 de febrero del 2014, a solo dos semanas de concluir el mandato presidencial del empresario, la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Los Lagos, violando su propio reglamento, aprobó y calificó de “favorable” la Central Mediterráneo, cuestión que originó una agresiva reacción legal de la comunidad de Río Puelo que se mantuvo durante tres años y cuyo permiso, finalmente, en fallo dividido, fue anulado el año pasado por la Corte Suprema.

Allí fue cuando los vecinos de Los Lagos comprendieron que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de Los Lagos no trabaja para la comunidad, sino que directamente para las corporaciones industriales y está afectado por recurrentes actos de tráfico de influencias realizados por personajes con contactos políticos, hecho que está presente también en la discusión de la denominada central hidroeléctrica El Gato. Este proyecto ha sido reingresado al sistema de evaluación ambiental, con el respaldo de una nueva empresa consultora, a pesar de la falta de rigurosidad técnica y el alto impacto socioambiental y cultural de este emprendimiento corporativo, el que, desde un punto de vista energético y económico, poco o nada aporta a la comuna.
La responsable legal de este proyecto corresponde a una suerte de sociedad por acciones denominada “Los Gatos Hydro Chile Spa”, constituida en la Notaría Antonieta Mendoza Escala, el 21 de octubre del 2013.
Los socios de esta empresa son dos ciudadanos de Canadá (Ontario), Joseph Noel Martin y Ronald Levesque, quienes además son directores de otra corporación canadiense, llamada “Norcan hydraulic turbine inc”, que fabrica turbinas para centrales hidroeléctricas.
Lo interesante de esta sociedad chilena, según los propios estatutos de su constitución, es que –de acuerdo al artículo tercero– los objetivos comerciales son la explotación, aprovechamiento, distribución, etc., de energía y fuerza hidráulica, pero al mismo tiempo –en su artículo noveno, letra j–, está facultada para solicitar y explotar derechos mineros.
Luego, tristemente, se sabe que en Chile existe una estrecha e incestuosa relación entre las centrales eléctricas y las empresas mineras, ya que estas consumen más del 50% de la energía de Chile y donde, increíblemente, la Ley General Eléctrica de Chile depende del Ministerio de Minería.
Lo anterior, pone en duda el real objetivo de esta empresa, ya que, si nos retrotraemos a la historia de la comuna de Los Muermos y muy especialmente el borde costero de la comuna de Maullín, es de amplio conocimiento en la población local la existencia de arenas auríferas y minas en la cordillera de la costa explotadas por los antiguos conquistadores y que hoy tendrían mucho valor.
Quizás esto explique hoy la decena de pedimentos mineros de explotación en trámites y constituidos sobre esta zona, realizados por empresas mineras como Antofagasta Minerals S.A., Auco Mining S.A., etc., que hacen sospechar y aumentan las dudas sobre los reales objetivos de este proyecto “hidroeléctrico”.
El Gato… y el fin del ecosistema río Maullín
El proyecto pretende instalar una Central Hidroeléctrica de pasada que cortará el río en dos y aportará 6 MW de energía al sistema interconectado central (SIC), es decir, solo el 0,001%, construyendo una bocatoma que encauzará 100 m3/s (según el resumen ejecutivo), para abastecer de energía al SIC y no a las comunas afectadas, pero dejando a cambio un daño ecológico irreversible sobre la cuenca del río Maullín (“cascada de lluvia” en mapudungun), que tiene una superficie de 75 mil hectáreas y su río aproximadamente 85 kilómetros de extensión desde que nace en el lago Llanquihue, cumpliendo la significativa labor de oxigenar y limpiar las aguas de dicho lago, hasta que conforma en el último tramo de su recorrido un ecosistema estuarino y humedal, que es el soporte ambiental y económico de la bahía de Maullín y el Golfo de Coronados.
A lo largo de su recorrido, el río Maullín recibe varios afluentes menores: por la ribera norte, el Calabozo, que recoge aguas desde Frutillar; el Negro y el estero La Tranca, los ríos Gato, Chaqueigua, Gómez, entre otros. Cerca de su desembocadura, el río Quenuir descarga sus aguas por la ribera norte, formando en esa zona meandros y grandes pantanos. Es decir, el río articula no solo la geografía de la zona, sino incluso determina las características de la vida en la zona.
La cuenca del río Maullín, muy significativa debido a sus humedales –8.000 hectáreas–, es un área valiosa en aves. Allí se han registrado especies de aves acuáticas y asociadas a ambientes acuáticos (un 63% de las aves acuáticas contabilizadas para Chile) y se han contabilizado por lo menos 28 especies migratorias (aves oceánicas que penetran en la zona estuarina y aves asociadas a bosques de ribera), de las que 18 corresponden a especies playeras migratorias (7 migrantes australes y 11 boreales). Entre la avifauna figuran especies amenazadas (flamenco chileno, cuervo del pantano, cisne de cuello negro y coscoroba). Además, tienen una población de nutrias de río conocidas como huillín, especie en peligro de extinción, además de coipos y una amplia variedad de anfibios endémicos. ​
Pero no solo eso. Se sabe que el río presta una importante labor de limpieza ecológica, prueba de ello es el bosque sumergido dulce acuícola, que genera un piso de sedimentos de arrastre que posibilitan, incluso, caminar sobre sus copas y que es el resultado de la labor de saneamiento que hace el caudal al entorno.
Es más, la construcción de la bocatoma a la altura de Paraguay Chico eliminaría una parte del río, secándolo y dejando en el más absoluto desamparo a los vecinos de la localidad, pues el río que hoy es un puente quedaría reducido a un acantilado de por lo menos 8 metros de profundidad, que cortaría la comunicación entre vecinos y que, finalmente, causaría un grave impacto en la economía sociocomunitaria y la cultura del lugar.
Ni hablar del efecto de largo plazo, aguas arriba y abajo que produciría la construcción de la bocatoma de la central hidroeléctrica. Hacia arriba generaría un serio problema, y en lo inmediato se cortaría el flujo de agua, produciendo un oculto cambio en las condiciones fisicoquímicas del agua; pero el efecto más evidente, además del impacto visual, recae sobre las especies ícticas nativas y asilvestradas, que habitan este río, y el corte del flujo de agua impediría la migración lacustre-estuarina, afectando, por ende, la salud genética de las especies.
Los sedimentos de arrastre, importantes para la fertilidad del ecosistema dulce acuícola del estuario y la fauna marina del borde costero. Desde la represa y bocatoma hacia abajo, por efecto de la retención de los sedimentos naturales que arrastra este río, los cuales se acumularían en la cortina o retén de las aguas, causaría una grave disminución de la acción fertilizadora y aporte de nutrientes al estuario y borde costero, y por ende la estabilidad del ecosistema estuarino. Más aún, el “embalsamiento” produciría un oculto cambio en la química y física del agua, en lo relativo a un aumento en la temperatura de este coloide, el cual a su vez disminuiría el porcentaje de oxígeno disuelto, que posteriormente y en forma silenciosa causaría un perturbador efecto en cascada, sobre la biota de los humedales, la flora dulce acuícola, las praderas de algas del estuario, además de la avifauna del sector, y las comunidades humanas asociadas a este ecosistema estuarino, que dependen económicamente de la “salud” de este río.
Como también lo ha dicho Claudio Delgado, director de la ONG Conservación Marina, “es urgente brindar protección legal a este complejo de humedales único en Chile. Este es un verdadero corredor biológico de humedales que va desde los Andes hasta el Océano Pacifico, aquí existe todo un gradiente de biodiversidad de alto valor para la conservación, pero también clave para sostener los medios de vida de muchas comunidades que se benefician de sus servicios ecosistémicos”.
La bocatoma eliminaría una parte significativa del río, que concluiría no solo amenazando y exterminando modos de vida, sino también el ecosistema completo que alberga y vive de la cuenca.

Salvemos Maullín…
La amenaza latente de la central “El Gato”, que prontamente llegará al SEA de Los Lagos, teniendo como contexto lo que ocurrió antes con el proyecto río Manso y que ya pronto iniciará su campaña de verano, más las características propias de un Gobierno con malos antecedentes previos y la urgencia por impulsar proyectos en medio de una economía en franca desaceleración, hacen que los vecinos tengan legítimas sospechas.
Así, por ejemplo, a la reunión del pasado sábado había sido invitado el hijo del diputado Harry Jürgensen, pero esté no apareció. Los vecinos del sector echan de menos la presencia en terreno de sus representantes y acusan la falta de calle de sus autoridades en torno a la amenaza que se cierne sobre el río.
Incluso entre los afectados están miembros de la familia Berger, históricamente vinculados a la derecha local y en particular a RN, molestos con su Gobierno por su falta de definición en torno a la construcción de la central de pasada. Les extraña que nadie se pronuncie sobre el proyecto.
Pero también hay soportes y ya se viralizan por las redes los videos en apoyo a la causa de conocidos ambientalistas como Juan Pablo Orrego, Patricio Segura y Mauricio Fierro, entre otros. Incluso el municipio de Maullín, junto con la agrupación “Salvemos Maullín”, han comprometido la asistencia el próximo 14 de diciembre del Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar. Asimismo, por Facebook se ha viralizado un breve video de mi hijo Agustín que, en su particular lenguaje, entrega su apoyo a la causa del río.
Una postal que podría acabar pronto…
Al finalizar el trayecto que lleva a Paraguay Chico, uno se encuentra de frente con el brazo del río que se secaría por la construcción de la bocatoma. Por ahora el paisaje es conmovedor y acogedor. El cauce del río allí es precioso y transparente y da la vuelta como si quisiera escabullirse de nosotros.
En torno a él, hay gente pescando, familias bañándose, otras haciendo un asado, otras descansando y algunos durmiendo una buena siesta. Se respira allí paz, tranquilidad y aire limpio.
Sin embargo, varios de los que allí están, tal vez no sepan que aquel paisaje puede, quizás pronto, acabarse para siempre.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Original source in Spanish

Related Posts

Add Comment