¿Por qué se tarda tanto en denunciar la violencia sexual? 


Ante la indignación generalizada a partir de la denuncia organizada por las Actrices Argentinas es importante profundizar y entender que Dhartes no es una manzana podrida ni un enfermo: es un hijo sano de este sistema.  Somos el país donde nació el NiUnaMenos y tenemos mucho camino construido para entender que lo que pasó ayer puso una voz visible a una realidad cotidiana en Argentina y en el mundo: las mujeres somos sistemáticamente violentadas. Nos guste o no, en nuestro país 1 de cada 5 mujeres ha sufrido abuso sexual en la infancia.Lo que cambió en esta nueva ola feminista es que ahora no estamos dispuestas a callárnoslo más tiempo. Pero, ¿qué pasa cuando las víctimas no son conocidas? ¿qué pasa cuando nuestro abusador no es famoso? ¿qué pasa cuando la realidad es tan cruda que elegimos no verla? Para ayudarnos a dar respuesta es que entrevistamos a Andrea Nathalie Mila, integrante de la Campaña contra la Prescripción de los Delitos de Violencia Sexual. ¿Qué sentiste viendo el #MiraComoNosPonemos?
A mi me paralizó dolorosamente y para bien, no es fácil para una sobreviviente escuchar estas violencias relatadas pero es gratificante ver como se rompe el silencio. Me resulta sanador reutilizar una frase violenta para reapropiarla, resignificarla. Mira cómo nos ponemos, no vamos a ser más las calladas, las sumisas. Ahora te enfrentamos, juntas. ¿Por qué se tarda tanto en denunciar? 
Se tarda mucho en denunciar porqué hay mecanismos de defensa, justamente para sobrevivir negamos situaciones que son demasiado traumáticas. No hablamos cuando queremos, hablamos cuando podemos. La violencia sexual es un tortura psíquica y física, esos mecanismos se activan para sobrevivir. Se tarda mucho porque es enfrentar la propia historia que a veces se reactiva por cuestiones externas. Se reactiva en un momento donde la cabeza esta mas preparada para activar esos recuerdos.Lo decimos cuando estamos preparadas, lleva mucho tiempo romper la estructura del silencio. Muchas veces lo primero que nos dice el abusador es que no se lo digamos a nadie, que no lo contemos, cómo si no estuviera pasando. También nos dicen que no nos van a creer y tristemente es cierto en muchos casos. Negar es un mecanismo de defensa, creer que no paso, borrarlo de nuestra cabeza: no puede ser la realidad.

A mi todavía hoy me escriben señoras de 60 años que recién ahora pueden poner en palabras sus abusos, no solo poner en palabras sino también identificarlos. Es difícil ponerse en el lugar de sobreviviente, aceptar que sufrimos violencia sexual. En particular en los casos de violencia sexual en la niñez el peso familiar es muy fuerte, crees que vas a romper la familia cuando en realidad una familia que encubre abusos es una familia que ya esta rota. Es verdad que se descree mucho el abuso, la palabra de las niñas, de las madres. Nos cuesta como sociedad aceptar que son mucho más comunes de lo que creemos. También es cierto que en estos últimos años se empiezan a abrir puertas, pero todavía nos falta mucho.En esta nota:



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