Programa de austeridad revela las malas condiciones laborales de más de 50% de empleados del IMER


Más de la mitad de los trabajadores del Instituto Mexicano de la Radio (IMER) no saben si tendrán empleo después del 1 de enero. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ordenó a todas las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF) suspender la contratación de personal en plazas de carácter permanente, eventual y de contrataciones de prestación de servicios profesionales por honorarios.
La medida generó una ola de incertidumbre entre los trabajadores de la radio pública quienes empezaron a manifestar en redes sociales que sus contratos eran anuales, con fecha de término de este próximo 31 de diciembre y que nadie les estaba dando información respecto a si conservarían su empleo después del primero de enero o no.
Oscar Sarquiz, quien tiene siete años trabajando para el IMER como colaborador, entregando facturas y sin ninguna prestación ni derecho, estima que en esa situación puede estar hasta 70% de los empleados, de acuerdo a la información que se ha intercambiado entre los trabajadores, y que los directivos que salieron por el cambio de administración no les proporcionaron información alguna respecto al futuro de su situación laboral.
Los trabajadores del IMER que no son de base tienen un plazo mortal: el 31 de diciembre próximo cuando terminan sus contratos. “La inquietud generalizada es porque no nos dan una fecha para recontratar a quien se vaya a recontratar. Y el director de radiodifusoras y varios subdirectores ya no están. Los últimos días solo hemos visto cerrada la puerta de la oficina del director, está acéfalo esto, y no sabemos cuándo llegará el nuevo ni quien va a ser”, explica.
El conductor de diversos programas en Horizonte y Radio IMER señala que la comunicación con las autoridades siempre ha sido muy deficiente, “no nos dan informes puntuales de nada”, y las condiciones de trabajo de más de la mitad de los empleados del IMER son precarias, sin ningún tipo de prestación. “Siempre ha habido una marcada diferencia. Para quienes tienen contratos de base hay hasta pavos de regalo en Navidad y rosca de Reyes, para el resto de nosotros nada”.
Ni pagos a tiempo. Sarquiz, lo mismo que varios de sus compañeros a través de redes sociales, señala que no les han pagado noviembre ni diciembre. “No podría decir que hay un retraso porque usualmente nos pagaban el mes a más tardar el día 7 del mes siguiente, pero el IMER se reserva la potestad de pagar hasta el día 20 del siguiente mes y esa fecha todavía no llega”.
Sarquiz dice que toda la situación de incertidumbre en la que están la mayoría de los trabajadores en el IMER es la grosería final para un sector mayoritario de trabajadores que para el Instituto nunca han merecido estar informados de su situación. “Nunca nos decían nada, nos trataban de forma despectiva. Todo esto se debería aprovechar para regularizar nuestra situación porque somos trabajadores y no trabajadores de segunda”.
Ana Cecilia Terrazas, quien fue directora del IMER de 2009 a 2013, dice que la radio pública siempre ha tenido colaboradores, porque el presupuesto que les asigna Hacienda no es suficiente para mantener funcionado las emisoras 24 horas todos los días solo con el personal de base.
“Hay un número de plazas que te autoriza Hacienda y un número de honorarios asimilables. Pero cuando tienes un medio que opera 24 horas, trabajadores de base con un tope de jornada laboral y no tienes presupuesto autorizado para horas extra, pues hay que recurrir a los freelancers”.
Hasta el 2003 que dejó el cargo, la plantilla para las 32 emisoras que funcionaban entonces era de 900 trabajadores, de los cuales 200 eran colaboradores. Actualmente el IMER sólo cuenta con 18 emisoras.
De acuerdo con Terrazas, aun teniendo poco presupuesto para contratar trabajadores de fijo, no hay razón para tener a los empleados en la situación de incertidumbre que ahora están viviendo.
La ex funcionaria cuenta que en su administración planeaban con anticipación para evitar esa zozobra. El director de administración renovaba contratos de acuerdo a lo que había para pagar y se guardaba el dinero necesario para cubrir al personal, asegura.
“Es verdad, Hacienda nunca da lo necesario, pero el otro problema es que no se previó qué iba a suceder con estos trabajadores. ¿Pues qué estaba haciendo el director de finanzas? ¿Cómo es que ahora no hay director? Yo me esperé hasta dejar el cargo en manos del nuevo. Pero mis colegas saltaron del barco cuando vieron olas”.
Los presupuestos de Hacienda provocan que el esquema de contratar trabajadores por honorarios se repita en todas las dependencias de gobierno. “Todo cultura está lleno de freelancers: IMCINE, Canal 11 y Canal 22, aunque cada uno está viviendo una situación diferente porque sus reglamentos y su naturaleza jurídica son distintos”, confirma Terrazas.
Por ahora los empleados del IMER se están organizando para redactar una carta en donde mostrarán su desconcierto y la situación de incertidumbre en la que están. La misiva planean entregarla al presidente de la República y otras autoridades.



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