¿Cuál es la explicación a las conductas discriminatorias en los barrios cerrados?


Countries, barrios privados y clubes de campo son noticia en los medios de comunicación por allanamientos por casos de corrupción o narcotráfico, robos o hechos de discriminación. Sus habitantes son catalogados como “chetos” y los que son externos a este ambiente tienen como estereotipo a la mujer que grabó un audio y se viralizó por las redes sociales: una cirujana de Nordelta que criticaba a un grupo de personas que tomaba mate en una zona común del barrio.Para explicar el estereotipo que se tiene sobre la gente que vive en este tipo de urbanizaciones y las conductas discriminatorias de los propietarios, Filo.News habló con el sociólogo Alejandro Galliano y con la psicóloga Mabel Rodríguez Ponte.Discriminación en Nordelta
Recientemente, Nordelta fue noticia por un grupo de empleadas domésticas que denunciaban que no tenían permitido viajar en las combis junto a los propietarios. La discriminación por clase social está presente en estos sectores, pero no solo hacia las personas que trabajan en esos lugares, también entre la gente que vive ahí, como aquellos mencionados por “la cheta de Nordelta” en su audio.

“Me miran mal porque hacen eso con la gente que no cumple con el ‘perfil’. Voy con mi mochila con pines de Santiago Maldonado, el “Che” Guevara, mi pañuelo verde y no soy femenina”, contó Valentina Mayol, de 17 años, que visita a su papá todas las semanas en Nordelta. Sobre el trato hacia el personal doméstico, aseguró: “Siempre escucho algún comentario como ‘negro de mierda’ o ‘villeritos’, siendo despectivos con las personas que trabajan en sus propias casas”. La joven estudiante del Colegio Nacional San Isidro entiende que “tienen la necesidad de marcar la diferencia entre clases sociales y ellos se consideran ‘gente de bien’. Eso los hace sentir mejor o superiores”.Prejuicios hacia los habitantes de barrios privados
Para explicar las conductas de este sector, Filo.News habló con el sociólogo egresado de la UBA Alejandro Galliano, coautor del libro “Los dueños del futuro” (Planeta, 2017). “En la década del ’90, los barrios privados estaban plenamente identificados con las clases altas, más precisamente con los ‘nuevos ricos’. Esta identidad en parte es falsa: primero, porque la expansión de barrios privados obligó a diversificar y ampliar la oferta hasta incluir a las clases medias. Es mucho más accesible un departamento tres ambientes en Nordelta que en Recoleta”, explicó el autor. Sobre los prejuicios hacia los habitantes de barrios privados, el sociólogo explicó: “Gran parte del prejuicio contra los habitantes de barrios privados provienen de personas con un nivel socioeconómico similar pero que se identifica con otro estilo de vida. Es decir, la “cheta de Nordelta”, en gran medida, es un consumo de los “chetos de Palermo”.¿Por qué impactan tanto las noticias cuando se dan en un lugar de estos? Mabel Rodríguez Ponte, psicóloga egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente, explicó que lo que pasa ahí adentro puede ser, en cierta forma, un reflejo de lo que pasa en el resto de la sociedad, pero se lo ve “más crudamente, por sentirse en una élite y con cierta impunidad”. En este aspecto, Galliano coincidió: “Puede ser que allí se produzcan reacciones a ciertos rasgos de la sociedad”, y justificó: “es muy difícil para las clases altas y medio altas traducir su poder adquisitivo y nivel cultural en prestigio o en un trato diferencial por parte del resto de la sociedad. No es raro entonces que busquen crear enclaves duramente clasistas para refugiarse”.¿El objetivo?: pertenecer
Sobre la polémica decisión de no trasladar a las empleadas domésticas en los mismo vehículos que los propietarios, Galliano, que realizó estudios en barrios privados, incluyendo Nordelta, explicó: “Puede haber un sentido de pertenencia que lleve a las personas a acoplarse a determinado sistema de valores y obrar en consecuencia. O, directamente, puede ser que la mayoría adhiera a ese sistema de valores, en especial en una ciudad como Nordelta que fue fundada sobre ese espíritu”. Respecto a este mismo tema, la psicóloga Rodríguez Ponte comentó que este tipo de conductas no necesariamente se “contagian” a nivel individual, pero si a nivel grupal. Además, destacó la importancia de la identificación con el que se considera un par: “Existe la identificación con el otro en momentos donde se teme mucho la exclusión social. Ahí es cuando tienden a discriminar por sentirse incluidos ellos a toda costa”.En esta nota:



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