Si alguna vez te cruzaste en la calle un chico con un celular en mano y terminaste apareciendo en un video de Instagram, probablemente se haya tratado de él, Lino Hass. Y si aún no tuviste la oportunidad de conocerlo, te contamos un poco sobre su trabajo.
Su objetivo principalmente es usar la influencia, que las redes sociales generan, de manera positiva y trasmitir buenos valores, además de hacer reír, por supuesto.
“Mis videos son un sube y baja de emociones”.
“Mi lema es riámonos juntos, juguemos…”, confesó Lino en diálogo con Filo.News. “Empecé con los videos en 2016 luego de haber entendido la idea de un chico que me inspiró que hacia videos en Vine (la primer red social en cuanto videos). El decía que hay que usar el humor para hacer cosas grosas”, detalló.Esa idea que tomó prestada, le gustó para aplicarla en Argentina: “Dije: ‘Me voy a animar’, y me animé. Tenía miedo de las cosas malas que puedan llegar a pasar pero pensé: ‘No te sientas mal porque tus intenciones son buenas’, es una reflexión que hice hace un tiempo”.
“Mis intenciones son buenas. Yo quiero jugar: ‘¡Mirá lo que pasa si estamos jugando!'”.
Entonces se lanzó al vacío sin más. Al principio costó salir a la calle y que la gente reciba de buena manera que un desconocido se le acerque para grabarla, pero Lino afirmó que aprendió a cómo encarar a las personas, siendo súper respetuoso y siempre sonriendo.
En cuanto a cómo lo reciben admitió que “hay más gente buena onda que mala onda” e hizo un buen análisis: “La negatividad se publicita mejor, llama más la atención. ¿Por qué? Porque vivimos en un mundo súper bueno, si fuera natural no llamaría la atención. Pasan cosas malas pero parece que pasan más de las que pasan porque siempre pasan cosas buenas”, resaltó.
Y esas buenas intenciones que lo impulsan, se trasladaron incluso para trabajar ayudando. “Con amigos tenemos una productora con la que hacemos contenido para marcas, ONGs voluntariados, personas con proyectos con impacto social, etc. Nosotros frecemos contenido (fotos y videos) para sus redes y difusión porque tenemos presencia en redes y difundimos los proyectos para que lleguen a más gente y puedan crecer”, contó Lino.De hecho, en el último tiempo, siendo una de las cosas que destaca del año, fueron a documentar el trabajo del cura argentino, Juan Gabriel Arias, en Mozambique.
Vinimos a Mozambique a documentar el trabajo de Juan Gabriel Arias. Los primeros días recorrimos varias comunidades rurales muy remotas a las que solo se accede por caminos de tierra o arena muy estrechos. Juan nos llevó en su camioneta e íbamos levantando gente en el camino. Gente que si no hubiese tenido la suerte de cruzarnos, hubiera tenido que caminar muchos kilómetros para llegar a las capillas. Asistimos a varias ceremonias como misas, bautismos, comuniones y funerales. Quedamos sorprendidos por la hospitalidad de la gente. Todos se acercaban a darnos la mano con una sonrisa y a intercambiar algunas palabras en changana, portugués y español. En cada una de las ceremonias, Juan hizo que nos paráramos frente a toda la gente y nos presentáramos mientras él hacía de traductor. Les transmitimos nuestro agradecimiento por habernos abierto las puertas y nuestra admiración por sus hermosas comunidades. Todas nuestras presentaciones terminaban con un gran aplauso y gritos de kanimambo (gracias). Nos sentimos muy cómodos en todo momento. Lo que más nos sorprendió y emocionó fueron los cantos en la iglesia. Todos los integrantes de las comunidades cantaban en coro, solo acompañados por un tambor, y fue realmente increíble. La música de este video es una de esas canciones, grabadas directo con el celular y sin ningún proceso digital. Al terminar las ceremonias, nos esperaba la mesa lista con platos tradicionales hechos por algunas mujeres de la comunidad. . #influosenafrica #influos
Una publicación compartida de INFLUOS | Estamos juntos (@influos) el 4 Sep, 2018 a las 2:42 PDT
