A un año de la Reforma Previsional: perdieron los jubilados


La reforma previsional fue el centro de la discusión en un diciembre caliente que desembocó en múltiples manifestaciones y concentraciones sociales que dejaron como resultado cientos de heridos, varias personas detenidas y una represión cuyas imágenes pasarán a la historia. 

Imágenes de la marcha contra la Reforma Previsional

En palabras de Semino, más que una reforma del sistema  previsional argentino, en diciembre de 2017, se aprobaron una serie de modificaciones a las fórmulas para pagar jubilaciones, pensiones y prestaciones sociales. A su vez, con menor prensa pero más alcance, los cálculos de la movilidad jubilatoria sentaron las bases para un cambio estructural de la seguridad social en términos negativos para los actuales beneficiarios y mucho peor para los futuros. Cambios en la fórmula
En cuanto a la fórmula, previo a la aprobación de estas modificaciones, antes se tomaba para el pago el 50% en relación a los cambios salariales de los trabajadores activos y el 50% según la variación en la recaudación tributaria de Anses. Las actualizaciones se aplicaban en marzo y septiembre, semestralmente. La nueva fórmula tiene en cuenta en su 70% la inflación y el 30% según el aumento salarial de los trabajadores registrados. El concepto es que las actualizaciones se relacionen a la inflación y no a la recaudación impositiva. Los aumentos se darían en marzo, junio, septiembre y diciembre, de forma trimestral. 
“No fue una reforma, fueron modificaciones absolutamente regresivas.” dice el Defensor de la Tercera Edad

Los períodos de recompensación son uno de los puntos más repudiados ya que siempre tendrían un semestre de atraso y no existe ningún factor de empalme. Esto en un contexto de inflación estable no sería problemático, pero si tenemos en cuenta que este año terminaremos con, al menos, 45% de incremento de precios son entonces los jubilados quienes financian al estado que actualiza su pago con 6 meses de diferencia. Según Semino, el hecho de que no haya un factor de empalme dió lugar a numerosos juicios de jubilados al Estado nacional ya que perdieron en este año, entre 5 y 6 puntos en sus ingresos. Movilidad Jubilatoria
Según el Defensor de la Tercera Edad, el debate se centró en la pérdida del poder adquisitivo a causa del cambio en la fórmula. Sin embargo, se invisibilizó que el reparto debería garantizar el 82% móvil para todos los jubilados, algo que el sistema nacional no puede sostener con el esquema tributario actual. 
“La fórmula era el menor de los problemas, lo más grave tiene que ver con el supuesto 82 % móvil sobre los salarios mínimos, vitales y móviles.” nos dice Semino

La consigna por el reconocimiento del 82% del salario es una consigna histórica en nuestro país. La reforma lo que hizo fue desvirtuarla, ya que se reconoció este porcentaje pero sobre el salario mínimo, vital y móvil. De esta manera, si bien el sistema diferencia entre los trabajadores que cumplen los 30 años de aportes, aportantes plenos, y quienes cubrieron el faltante en alguna moratoria, aportantes impuros, en los hechos ambos ganan actualmente $9300. Hay una tercera columna donde aparecen las aseguradoras, nos explica el especialista, que captan sueldos altos, que son menos de un millón en nuestro país. Por esto, el temor por la vuelta de las AFJP no tiene sentido, ellas ya hicieron su negocio, que según declara Semino: “se llevaron 12 mil millones de dólares en 9 años, sin pagar ganancias”. Esta reestructuación de tres filas con aseguradoras, aportantes plenos e impuros muestra una tendencia esperable en una economía que tiene entre el 35 y el 40% de su actividad sin registro: la mayoría entra como aportantes impuros y cobra la mínima. 
La medición de la Canasta de los Mayores, que realiza la asociación civil Geronto Vida, dió un total de $26.043,39 para el 1 de diciembre de 2018. El 82% del salario mínimo, vital y móvil es $9300, es decir, un 30% de la canasta necesaria para los jubilados. En lo que va del año los jubilados perdieron 25 puntos de poder adquisitivo, nos comenta Semino. 

A todos los jubilados en general, les digo que, la ley es absolutamente beneficiosa, hay un pequeño problema que se puede subsanar o compensar el año que viene.
Los argentinos aportantes a partir de los 65 años por primera vez están cubiertos por el 82% móvil.— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio)
12 de diciembre de 2017

La discusión de fondo es como financiar el sistema previsional, no es un debate que se límite a nuestro país sino que esta presente en todo el mundo. En Argentina, por un lado tenemos una parte del pago que tiene que ver con los ingresos que se hacen desde el trabajo registrado. Acá el punto a tratar tiene que ver con los altos niveles de informalidad que mantenemos en nuestro país y de que forma se va a fomentar el registro. El otro lado viene a partir de la recaudación impositiva. Actualmente el impuesto que más aporta es el IVA, este impuesto al consumo es de los más regresivos en términos distributivos. En este sentido, Semino habla de la importancia de una reforma tributaria para sustituir este impuesto al consumo por un impuesto a la renta. 
“Hace 30 años que fracasan todas las políticas de seguridad social” dijo el Defensor de la Tercera Edad. 

Como recomendación, el especialista trae el caso de España, donde se tomaron más de 6 meses para generar una reforma basada en los datos y proyecciones a cargo de especialistas. Una reforma que tuvo el consenso de distintos espacios políticos que entendían que asegurar los ingresos de la población pasiva trasciende las diferencias ideológicas. En nuestro país, la ley hecha por Cavallo es la que garantiza nuestra jubilación hoy. Se necesita de un debate profundo, con especialistas y datos que comprendan la importancia de generar un sistema previsional sustentable y justo.En esta nota:



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