translated from Spanish: Las curiosas tradiciones de la noche de Año Nuevo

Seguramente te parece de lo más normal comer uvas y tomar vino espumoso en la noche de Año Nuevo. Estos dos productos se han vuelto los protagonistas del 31 de diciembre y celebrar sin ellos nunca sería lo mismo. Pero ¿a quién se le ocurrió comer uvas para la buena fortuna para cada mes del año que estamos recibiendo?
Otra pregunta que tal vez te has formulado es: ¿a quién se le ocurrió darle el valor festivo a la sidra? Como toda tradición, estas dos tienen su historia y parten de orígenes muy similares.
Las uvas y el vino espumoso se utilizan, junto con el queso, para limpiar el paladar después de una comida en la cultura francesa. En las noches de Año Nuevo, las personas comían esto como en cualquier otra época, pero se imitó esta usanza en España suprimiendo el queso para la Nochevieja.
Resulta que a finales del siglo XIX, la Casa de Correos, uno de los edificios que rodean la Puerta del Sol en Madrid, estrenó un reloj que daría 12 campanadas en la medianoche del último día del año. Los españoles acudían a escucharlas y esto se mezclaba con las tradiciones de los pueblos vitivinícolas, que ofrecían a Dios una uva por cada mes para tener una buena añada.
Las uvas que se utilizan tradicionalmente provienen de Alicante; son blancas, de piel delgada y son fáciles de comer; la zona de Vinalopó produce más de 2 millones de toneladas que son comercializadas en estas fechas. En México puedes encontrar especies similares producidas localmente y de muy buena calidad.
La tradición fue evolucionando y hoy la gente sigue acudiendo a la Puerta del Sol a comer sus uvas. Sin embargo, se ha esparcido esta costumbre. América Latina y España tocan una campanada por mes para augurar éxito y el cumplimiento de deseos con las uvas.
La sidra es también una tradición española. Aunque muchas personas prefieren el vino espumoso, la sidra es un poco más dulce y tiene niveles más bajos de alcohol, lo que la hace más accesible a todos los públicos.
En el norte de España, tomar sidra es una usanza de la temporada de octubre a febrero. Asturias tiene una manera muy peculiar de escanciarla, mostrando destreza a los compañeros y tirando un poco al final del servicio para agradecer a la tierra todo lo dado. En el País Vasco la tradición es inversa, dan gracias primero regresando a la tierra lo que le corresponde y al grito de ¡txotx! (salud en euskera) comienzan las fiestas de celebración por la cosecha de manzanas.
Para elaborar una sidra de calidad, era complicado al principio mantenerla con sus características originales y por eso decidieron carbonatarla. Hoy en día, la mayor parte de los países de Norteamérica y América Latina la producen, además de las tradicionales del viejo mundo como las portuguesas, francesas (elaboradas con manzanas y peras en igual proporción) y españolas.
Tomar bebidas con gas replica en la boca la sensación de destellos y la mayoría de las personas lo asocian con estrellas, por eso utilizamos este tipo de vinos para celebrar. Brindar con una copa de sidra y pedir los deseos de cada mes con las uvas es un augurio de esperanza, felicidad y éxito para el año que comienza.
Tres lugares para decir adiós al 2018
Dar la bienvenida a un nuevo año siempre es motivo de celebración. Si te gusta salir y conocer distintas propuestas gastronómicas, estos tres lugares prometen ofrecer cenas y fiestas con platillos exquisitos y buenos tragos para disfrutar toda la noche.
En Huset, del chef Maycoll Calderón, el secreto es el horno de leña en que cocinan gran parte de sus ingredientes. Este restaurante ofrecerá un menú de cinco tiempos, que puedes pedir con maridaje. El precio total es de 2,550 pesos por persona e incluye una copa de vino espumoso y un kit de fiesta.
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