Nueva era en Brasil: Jair Bolsonaro asume como presidente


Por temor o ilusión, la expectativa es plena. Tomando como medida las inéditas disposiciones de seguridad para la asunción de Jair Bolsonaro, la única certeza posible que imprime su arribo al Palacio del Planalto es la incertidumbre.Te habíamos avisado que cuando este 1 de enero te despertaras (en el mejor de los casos) a estrenar el 2019, el dolor de cabeza producto de algún exceso en el brindis por un año que comienza, iba a tener como primer bocinazo la asunción de Jair Messias.El ahora presidente arriba tras la victoria del pasado 28 de octubre, cuando con el 55,54 % (57,8 millones de votos), se convirtió en el segundo presidente más votado en la historia democrática del país, superado únicamente por Lula en la segunda vuelta de 2006, cuando el exmandatario alcanzó el 60,82 % (58,3 millones).

Lo cierto es que el triunfo de Bolsonaro puede entenderse como la cima en una pirámide corrosiva que tuvo de base el golpe maquillado de legalidad a través del impeachment a Dilma Rousseff en abril de 2016.En la escala media se encontró la Justicia, protagonista de un proceso electoral que impidió la participación del candidato con mayor poder de convocatoria y que confirmó a las malas que los votos no son del PT, son de Lula.Para completar el “nunca es triste la verdad” resta comentar que el ex Juez Sergio Moro, encargado del proceso legal que condenó y mantuvo a Lula en prisión, será el ministro de Justicia de la administración entrante.Los medios de comunicación (y futurología)
Durante las semanas previas a la primera vuelta electoral, el grueso de los medios de comunicación parecieron decididos a leer el proceso electoral brasileño exclusivamente desde la suerte legal que corriera Lula Da Silva.Conforme el paso del tiempo, el dato polémico o las “perlitas” englobadas en el candidato por el Partido Social Liberal fueron la base para una agenda que estuvo marcada por la circunstancia y no por las propuestas.

Sin embargo, Bolsonaro fue polémica, fue “perlita” y además ganó. No lo vimos venir, una vez más. El consenso más o menos general de que el mundo sería mejor sin las encuestas de intención de voto se sigue cayendo a pedazos pero conforme se acerca cualquier elección de importancia nos agarramos de ese número aparentemente certero para darnos cuenta que la realidad marca su propio ritmo.De hecho, quienes durante algo más de un mes te dijeron que Bolsonaro era un chiste irrealizable, te comentaron estas últimas semanas cómo va a impactar el Gobierno de alguien que todavía no asumió.El equipo Bolsonaro
El gobierno contará con 22 ministerios y nueve generales en cargos claves, incluso el de la vicepresidencia del país, desempeñado por Hamilton Mourao, el mismo que hace poco más de un año avivara por un golpe de Estado para destituir a Dilma.Uno de los puestos claves es el del ministerio de Economía, Hacienda, Industria y Planificación, a cargo de Paulo Gedes, quien ya ha manifestado la necesidad de realizar impostergable recortes del gasto público, privatizaciones y reducción de impuestos.

Pasando por nombramientos que apuntan hacia una coalición de gobierno con los partidos del Centrão (Grupo de centro derechas, que incluye al 40% de los diputados), destaca la figura de Sergio Moro, instructor de la Operación Lava Jato y responsable del encarcelamiento del expresidente Lula. Lo cierto es que por fuera de los nombres del caso, estas designaciones parecerían ir dando forma a un gobierno liberal en lo económico pero estatista desde el plano industrial, reaccionario en los valores sociales, conservador desde lo religioso y alineado en la política exterior de los Estados Unidos, al menos en lo simbólico.¿Hará lo que dice? El mundo y la Argentina
Propuso un mayor acercamiento a Estados Unidos, romper relaciones con Cuba, criticó a China, se manifestó a favor de mudar la embajada a Jerusalén, a salirse del Acuerdo de París sobre cambio climático y a incrementar las sanciones a Venezuela.El caso de Estados Unidos deberá ser seguido de cerca. Los efectos sobre la seguridad regional pueden ser nefastos si el país decide, de manera conjunta a Colombia, transformarse en uno de los principales socios en la lucha contra el nunca viejo terrorismo y narcotráfico.Especial atención tendrá el tratamiento sobre Venezuela donde hace años la administración Trump contempla una opción militar. Hasta ahora no ha encontrado un socio.

Por último, el vínculo con la Argentina (también) parece estar bajo estudio. Lo cierto es que los grandes alineamientos muchas veces son susceptibles de ser cambiados por cuestiones pragmáticas. En materia económica, el discurso comparte puntos con el modelo de Cambiemos.El Brasil que desde hoy veremos ofrece muchas incógnitas sobre cuáles van a ser sus prioridades y acciones. Restará saber si el candidato Bolsonaro será, finalmente, el presidente Bolsonaro. La única certeza es que ya se desempeña como presidente de la principal economía de Latinoamérica. Feliz año nuevo.En esta nota:



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