Las 10 las claves para que tu emprendimiento sobreviva


Con más de 900 mil pymes en nuestro país, es decir, el 98% de las empresas que se crean en Chile y que emplea al 42% de los trabajadores, solo el 40% logra permanecer más de 7 años. El resto simplemente muere entre el segundo y séptimo año de vida, teniendo incluso a un 15% de ellas sobreviviendo apenas un año.
Por eso es necesario tener claro algunos principios básicos para mantenerse con vida en el duro mercado actual.
Foco en el usuario: La comunidad es lo más importante. Sin embargo, no confundamos esto con la clásica idea de que “el cliente siempre tiene la razón”. Al contrario, se trata de satisfacer incluso lo que aún tu comunidad no sabe que quiere satisfacer.
Nuestra labor es estar un poco más adelante, pensar siempre en cómo evolucionarán y para eso es básico aprender a identificar a nuestro público, conocer su lenguaje, su modo de comunicarse, comportarse y relacionarse, con el objetivo de crear, generar y sostener un diálogo inteligente con él.
Saber perder es también ganar: Hoy se premia la particularidad. Hoy como consumidores queremos experiencias que reflejen nuestros gustos y modos de pensar. Para satisfacer esta demande es necesario casarse con un público. No podemos atender a todos, porque atender a todos es atender a nadie.
Necesitamos crear experiencias particulares, cotidianas y para eso lo más importante es saber que no podremos tener a toda la audiencia, sino a una en particular y que esa se transformará en el foco de mi comunicación y venta, olvidando, completamente, a todas las demás.
Medir para conocer tus límites: Muchas veces nos quedamos largas horas analizando por qué nuestras campañas o productos de lanzamiento no respondieron a las expectativas que esperábamos. Muchas veces, también, creamos campañas y lanzamos productos pensando que nuestra sensación personal, gusto o corazonada es la que todo el mundo quiere. Lamentablemente, no es así.
Sin embargo, hoy existen herramientas muy cercanas, que nos permiten crear focus groups, sin necesidad de contratar una agencia para ello o comprar costosos estudios de mercado.
Es importante creer en las nuevas tecnologías y dar un buen uso a las redes sociales y, sobre todo, es fundamental creer en su comunidad. Sin duda, será ella la que les cuenten antes si sus campañas o lanzamientos son o no los adecuados. Más que mal serán ellos mismos sus consumidores.
Forma y fondo: Una mala atención puede estropear hasta el mejor café que hayas probado en el mundo. Es así de simple.
Las relaciones afectivas que entablamos con nuestros usuarios muchas veces tienen más peso que el producto mismo. Por eso, no solo importa el fondo, también la forma en que lo presentamos: la música de tu espacio, la forma en que sirves la comida, el packaging o el servicio, deben ser fundamentales a la hora de pensar en crear tu propia empresa.
Nunca debemos olvidar que nuestro consumidor final no es un robot es una persona que siente y se relaciona afectivamente con el producto.
Una imagen vale más que mil palabras: ¿Crees que existe alguien que represente o, más aún, que sea mejor que tú en tu negocio? ¿Una persona que luce mejor, que sabe dónde están los lugares de moda, que escucha buena música, que te llama la atención su forma de vestir o está actualizado en las últimas tecnologías? Si conoces a esa persona, úsalo. No lo dejes.
Grandes compañías dejan siempre a un diseñador a cargo de toda la comunicación visual de su empresa, pero si tú estás partiendo y no tienes el presupuesto para solventar a un profesional, entonces, mira dentro de tu equipo y empodera a esa persona que crees que sabrá como debe verse, hablar y desenvolverse tu proyecto.
Cáete y párate con rapidez: No existen los fracasos, quizás, solo existe levantarse con demasiada lentitud. Es indispensable entender que para lograr éxito te vas a tener que encontrar con más de una piedra en el camino. Cáete, aprende y sigue con rapidez. Aplica ese conocimiento en tu nuevo proyecto o lanzamiento. Jamás olvides que fracasar es parte de emprender.
Olvídate de Ctrl+C y Ctrl+V: No más copy-paste. Sé consciente de tu competencia, pero no te guíes por ella. Genera diferencia. Lee tu contexto, pero crea tu propio universo.
El dinero no es el centro: Crees que bajando el costo de tu producto lograrás ganar más. Crees que el volumen es la forma de vencer a tu competencia. Si es así, no lograrás pasar el año de vida. Debes dejar de creer que el centro de tu estrategia está en el precio de tu producto: como decía Mies Van der Rohe, “menos es más”.
Productos más sofisticados, un servicio de excelencia o un espacio cómodo, pueden que convierta ese “precio alto”, en un “precio justo”. Tu foco debe estar siempre en la experiencia.
Tener logo no es tener branding: Para muchos construir marca se traduce en un buen logo. Pero la construcción implica una serie de tareas que comienzan, incluso, antes de que sea realidad tu proyecto. La arquitectura, la experiencia, la forma del servicio, la modelación de la idea o el lenguaje que se utilizará (visual y verbal) son parte de la construcción de tu marca, por lo que es necesario trabajar junto a alguien que brinde toda esta experiencia desde un inicio.
Dependiendo del dónde será el cómo: No es ningún secreto que hoy habitamos dos mundos: el digital y el real. Por eso es vital saber disociar ambos universos y plantear diferentes estrategias para cada una de ellas. Muchas veces el público digital necesita de una forma de comunicar distinta al público presencial, por lo que siempre pregúntate antes dónde se ubica esta comunidad, para entender cómo le hablarás.
Bonus:
Primero diseño, segundo diseño, tercero diseño: Si pudiéramos resumir y obviar todos los puntos anteriores, el más importante y el fundamental es el diseño. Lograr un buen trabajo en esta área, coherente, preocupado por los detalles, concreto y actualizado (sin caer en modas, por que pasan) es sin duda uno de los puntos más importantes para el desarrollo y construcción de cualquier marca/empresa/proyecto.
Hoy el mundo es visual: hablamos en imágenes, pensamos en imágenes, comemos imágenes, y es por esta razón, que el branding toma el rol de ser el elemento diferenciador, y como es un sistema, este debe ser coherente y con una riqueza visual que complemente la experiencia del entorno marcario. Si no hay diseño ni preocupación por este, mejor no hacer nada.



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