Víctima de abusos: “No es fácil denunciar a un jesuita, menos a uno que prácticamente fue canonizado en vida”


“No es fácil denunciar en Chile a un sacerdote jesuita, menos a uno que prácticamente fue canonizado en vida, que se le consideraba un santo”. Con estas palabras, el vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Helmut Kramer, destacó el testimonio de Marcela Aranda, que destapó el historial de abusos del ex capellán del Hogar de Cristo, Renato Poblete.
La ingeniera mecánica y profesora de teología de la Universidad Católica sufrió –de acuerdo a la declaración emitida por los propios jesuitas-  situaciones abusivas entre 1985 y 1993, “de carácter grave en el ámbito sexual, de poder y de conciencia”. Según la misma Compañía de Jesús, han recibido otras denuncias similares contra el fallecido religioso. Para Helmut Kramer, denunciante de otro sacerdote jesuita, Leonel Ibacache, el paso que dio Aranda es valorable. “Hemos querido saludar a Marcela (Aranda) por la valentía de denunciar. Sabemos que no es fácil en primer lugar llegar a hablar, la gran mayoría nos demoramos 30 años o más en empezar a denunciar”, dijo a Radio Cooperativa.
Sobre todo, Kramer reconoce la actitud de Aranda de levantar la voz tomando en cuenta que la congregación “tiene mucho poder” en el país.
“Los jesuitas tienen peso en Chile, se han sabido mover muy bien desde círculos de poder hacia los pobres, hasta el punto de tener un Renato Poblete, que era considerado casi un santo y que podía hacer una cena de pan y vino donde iba todo el empresariado chileno y hoy en día está acusado por más de una persona por abuso”, indicó.
Los jesuitas han sido una de las comunidades eclesiásticas de las que menos se había hablado públicamente, hasta ahora, en este contexto de crisis por los abusos de la Iglesia católica, y así lo hace notar Kramer. “Si miramos históricamente el primer caso que se hizo público de jesuita abusador fue a comienzos del año pasado en contra del sacerdote Guzmán (Juan Guzmán Astaburuaga) y este caso se hizo público porque los denunciantes lo llevaron a prensa y después viene la reacción de la congregación”, precisó.
Hasta el momento, la congregación dispuso una investigación a manos del abogado laico Waldo Bown. Pero a juicio de Kramer, esto es insuficiente, porque “si la congregación quiere transparentar debe ir más allá de las investigaciones”. De hecho, el abogado de Marcela Aranda, Juan Pablo Hermosilla, dijo que irá hasta el fondo de este caso, con el fin de desentrañar el encubrimiento y las redes de protección en este caso.



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