Los desafíos para alcanzar una agricultura sostenible


En la actualidad todos nuestros esfuerzos debiesen estar centralizados en tratar de conseguir una agricultura más sostenible. Sin embargo, una serie de desafíos nos hacen esta tarea muy difícil.
Según cifras de la ONU, se espera que la población mundial alcance los 9.800 millones de habitantes para el 2050, lo que resultará en que la demanda de alimentos aumentará ostensiblemente. Es por esto que aumentar la productividad agrícola es una prioridad. Sin embargo no debemos aumentar el número de hectáreas destinadas a la agricultura, sino agravaremos los problemas de deforestación y degradación de suelos. Por tal razón debemos aumentar los rendimientos de producción de los campos, pero a su vez, tenemos que resolver además otro problema; entre el 26% y 40% de la producción agrícola potencial del mundo se pierde cada año a causa de las malezas, plagas, enfermedades y desafíos climáticos, resultando en un gasto ineficiente de recursos como tierra, agua, energía y otros insumos, lo que aumenta en vano la huella de carbono de la agricultura. Entonces, además, debemos hacer más eficientes los sistemas de producción agrícola, enfrentando los desafíos climáticos con variedades de vegetales mejorados y adaptados a estas situaciones. En este mismo sentido, para enfrentar las plagas y malezas, y así evitar las pérdidas en el campo, a parte de utilizar variedades mejoradas, debemos prevenir el uso no controlado de insumos que puede afectar la calidad de los ecosistemas. De esta manera, debemos asegurar una agricultura más amigable con el medio ambiente y con el uso de recursos naturales.
Por otro lado, el desarrollo de nuevas variedades de cultivos y hortalizas enriquecidas en ciertos nutrientes podría contribuir a enfrentar la malnutrición, otro importante desafío, ya que la deficiencia de micronutrientes en la población, el sobrepeso y la obesidad aumentan a nivel mundial.
Y quizás uno de los aspectos más relevantes de los que hay que hacerse cargo, los agricultores deben verse beneficiados económicamente, siendo retribuidos de manera justa con su actividad y salir de la pobreza, para así velar por la alimentación, salud y educación de sus familias.
En este contexto, la biotecnología a través del mejoramiento genético, ha contribuido a enfrentar estos aspectos. Por ejemplo, ha permitido aumentar los rendimientos de producción en 22% resultando a su vez en evitar el avance de la frontera agrícola, protegiendo el medio ambiente. También ha facilitado el desarrollo de cultivos tolerantes a la sequía para enfrentar los desafíos climáticos, ha permitido avanzar en el desarrollo de alimentos enriquecidos en nutrientes para disminuir la malnutrición, ha contribuido a disminuir las pérdidas en el campo por causas de plagas y malezas, y ha permitido disminuir el uso de pesticidas.
Hoy se requiere seguir avanzando y para ello, otro desafío es que países como Chile no se queden rezagados e implementen regulaciones coherentes y efectivas para asegurar la contribución de la biotecnología para avanzar hacia una agricultura sostenible.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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