Las conexiones de Harmut Hopp, el exjerarca de Colonia Dignidad, con los médicos de la UC condenados en el caso Frei


El rol cumplido por la Universidad Católica en el caso Frei Montalva está lleno de zonas grises, pese a que el rector Ignacio Sánchez se ha esmerado en defender la imagen de la Pontificia. Fue Eugenio Ortega Frei, nieto del asesinado presidente, quien puso el foco en un detalle que apareció desapercibido en una primera lectura del fallo.
“La Universidad Católica nunca colaboró (…) Nada señala el rector Sánchez, de la estrecha relación que tenía el Hospital Clínico de la UC, y particularmente el doctor Rosenberg, que hoy defiende, con el jerarca de Colonia Dignidad, Harmut Hopp”, dijo Ortega Frei en una entrevista con La Segunda. El nombre de Hopp aparece mencionado en tres oportunidades en el fallo de 811 páginas del ministro Alejandro Madrid. La exmano derecha del líder de Colonia Dignidad, Paul Schäfer, al igual que varios personajes ligados directamente a los servicios de inteligencia de la dictadura de Augusto Pinochet, era un asiduo visitante del Departamento de Anatomía Patológica del Hospital Clínico de la Universidad Católica.
La conexión de Hopp era directa con Helmar Rosenberg Gómez y Sergio González Bombardiere, los dos académicos de la UC condenados como encubridores por el magnicidio de Frei Montalva.
En su época universitaria, Hopp fue enviado por Colonia Dignidad a estudiar a la Universidad de Davis, ubicada cerca de Sacramento, al norte del Estado de California, pero regresó a Chile a concluir sus estudios de Medicina en la Universidad Católica.
Allí cruzó su destino con los doctores Rosenberg y González, con quienes fue compañero de curso. Más tarde, continuó frecuentándolos en el hospital de la UC. Hasta el recinto, Hopp llegaba con muestras histológicas de pacientes del Hospital de Villa Baviera. En sus visitas era acompañado por su esposa, la enfermera Dorothea Witthahn, admitió el doctor González en una declaración judicial en el proceso (Vea la declaración aquí).
De acuerdo con los testimonios, Hopp tenía trato preferencial en dicho recinto. Incluso, era frecuente que Rosenberg, González, otro médico (Benedicto Chuaqui) y Hopp sostuvieran charlas en alemán, como reconoce el mismo González. “Mi relación con él en ese período era de saludos y conversaciones médicas de mi especialidad (…) Nunca tuve una relación de amistad, tampoco visité el hospital de Colonia Dignidad”, confesó el mismo médico.
En el fallo del ministro Madrid consta la declaración judicial de María Teresa Montero Contreras, secretaria del Departamento. Ahí confirma el trato preferente que tenían los alemanes de Colonia Dignidad en la PUC, aunque “nunca se supo la razón”. “La decisión de cobrar o no cobrar, solamente la tenía el jefe del Departamento que era el doctor Chuaqui o el jefe de servicio que en ese caso era el doctor Rosenberg”, señaló.
La secretaria indicó además en su declaración que “la mayoría de las preguntas debe responderlas el doctor Rosenberg, pues era él quien estaba a cargo, y también puede saber de ello el doctor Sergio González, y además este último había sido compañero de universidad del doctor Hopp”.
En el proceso, Helmar Rosenberg fue consultado por Hopp, y su respuesta fue que “una vez que se tituló como médico, concurría ocasionalmente al Departamento (de Anatomía Patológica) para entregar muestras de biopsias. Desconozco si hubo un convenio con Colonia Dignidad, ya que ellos atendían a personas indigentes y creo que en esa calidad se hacían las biopsias sin costo”, dijo a los detectives que le tomaron declaración (Vea la declaración aquí).
En la misma línea, González reconoció que Hopp tenía “aranceles preferenciales y excepcionalmente gratuitos, debido a que se trataba de pacientes sin recursos y/o casos de interés académico”.
Las sospechas sobre Hopp
Las visitas del jerarca de Colonia Dignidad no podían pasar inadvertidas en un recinto médico que estaba prácticamente ocupado por personal militar del Hospital Militar, que además operaba en establecimientos de la DINA como la clínica London.
Según consta en la sentencia, el foco sobre la presencia de Hopp en el Hospital de la UC fue puesto por la periodista Mónica González, cuando el proceso apuntaba a las sospechas sobre el envenenamiento que había sufrido el exmandatario.
González relató en su declaración que la aparición de Hopp le pareció “extraña”, sobre todo porque en una investigación que hizo descubrió que fabricó armas químicas, lo que fue acreditado en la investigación del ministro Jorge Zepeda.
A Hopp se le conocería por ser un creador de venenos y en Colonia Dignidad tenía labores como probar sustancias sicotrópicas para controlar a los colonos. Así queda refrendado en otros procesos, como en el testimonio del veterinario Sergio Romero, funcionario del Instituto de Salud Pública (ISP), quien declaró que mientras estaba a cargo del bioterio llegó un médico de Parral a comprar en dos oportunidades conejos de laboratorio. Ese hombre era Hopp, el número dos de Colonia Dignidad.
Además, otras causas también han confirmado la presencia del químico de la DINA Eugenio Berríos al interior en el enclave alemán, lo que se suma las sospechas de exinvestigadores, en el sentido de que el recinto almacenó o produjo sarín durante los años noventa.
Sin embargo, más allá de las sospechas, en el fallo del ministro Madrid no se ahonda más en la figura de Hopp.
Libre en Alemania
Mientras los doctores Rosenberg y González están en el foco judicial, y apuestan sus fichas por revertir las condenas en las próximas instancias de la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema, Hopp ha corrido distinta suerte.
El médico alemán fue condenado en 2011 en Chile por complicidad en 16 casos de abusos a menores cometidos por el líder de Colonia Dignidad, pero antes de dictarse el cúmplase de la sentencia, huyó a su país natal. La jugada le dio frutos.
Ante la imposibilidad de ser extraditado por ser ciudadano alemán, la Corte Suprema de Chile solicitó en 2014 la ejecución de la pena en Alemania. Sin embargo, en septiembre pasado el Tribunal Superior Regional de Düsseldorf emitió un fallo definitivo que señala que sus delitos en Chile no son punibles en Alemania, por lo que jamás cumplirá condena. Ni allá ni en nuestro país.



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