Canadá no es un gran productor de vodka: en el país solo se elabora, embotella y comercializa una sola etiqueta 100% nacional. Pero qué etiqueta. Iceberg Vodka se caracteriza por contar entre sus ingredientes con agua de icebergs provenientes de las costas de Terranova y Labrador, una provincia canadiense bien nórdica. ¿Mero excentricismo? En teoría, no: sus fabricantes argumentan que el agua extraída de las superficies glaciares es una de las más puras del planeta y es clave para la calidad de su destilado. Tampoco es muy sencillo conseguir el líquido helado: los icebergs se pueden trabajar únicamente durante seis semanas por año, hacia fines de la primavera y comienzos del verano, en un área denominada “el valle de los icebergs”. Los bloques de hielo llegan a la costa canadiense después de flotar durante tres o cuatro años en los alrededores de Groenlandia. Además, el modo en que se extrae el agua es sumamente peligroso, ya que puede haber desprendimientos (ya existieron algunos ahogamientos en la zona). En febrero desaparecieron nada más ni nada menos que 30.000 litros del precioso elixir de la bodega de Iceberg Vodka. El CEO de la empresa, David Meyers, declaró a distintos medios como CBC, The Guardian y Global News que la cantidad robada equivale a la utilizada para elaborar 150.000 botellas de vodka y que se encontraba muy segura en tanques sellados y vigilados de lunes a viernes por los empleados de la planta. Se estima que el agua faltante vale entre unos 9000 y 12.000 dólares, aunque no está claro si en su traslado pudo haber sido contaminada y haber empeorado su calidad.Todos los empleados fueron interrogados y se estudió el sector de tanques en búsqueda de huellas digitales. Meyers no se imagina el motivo de semejante robo. ¿Será que se confundieron y pensaron que estaban robando el vodka ya terminado? “Si es así, ahora deben estar pensando que el vodka es bastante flojo -comentó-. Jesús, ¡¿qué van a hacer con eso?!”.
