“Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo”, le dijo una nena tucumana de 11 años a la psicóloga cuando llegó al hospital, la revisaron y descubrieron que había sido violada y estaba embarazada. Con esas palabras, la periodista Mariana Carbajal relató la terrible situación que sucede en dicha provincia. Otra vez, una chiquita es violada dos veces, primero por la pareja de su abuela, segundo por el Estado. La cúpula celeste
El gobernador Juan Luis Manzur, la Ministra de Salud Rossana Chahla y el Secretario Gustavo Vigliocco.
La situación es extremadamente compleja y difícil. La nena, separada de su madre cuando la ex pareja de esta abusara de sus dos hermanas mayores, vivía en la casa de su abuela y fue la pareja de esta señora quien abusó de ella y la dejó embarazada.Cuando ella llegó al hospital, la decisión de que le practiquen una Intervención Legal del Embarazo estaba tomada, pero vivir en Tucumán, oficialmente declarado “provida” y sin una Ley de Salud Sexual y Reproductiva, ser mujer y ser fértil, te vuelve un blanco fácil y vulnerable.Tanto su gobernador Juan Luis Manzur como el Secretario Gustavo Vigliocco y la Ministra de Salud Rossana Chahla, son abiertamente antiderechos y ante una cúpula así de poderosa, a todo el movimiento de mujeres se les hace muy difícil luchar. La antesala de una tortura que se repite
Hace un mes pasó algo muy similiar en la provincia de Jujuy y sentó precedente para que la Iglesia, sus representantes y militantes de las “dos vidas”, encuentren un recoveco en el cual, si bien violan algunas leyes, pueden salirse con la suya sin sufrir las consecuencias.En Jujuy obligaron a una menor de 12 años que había sido violada a retrasar la ILE para poder hacerle una cesárea y mantener a ese feto prematuro con vida fuera del útero de la nena. Les salió mal, el feto murió a los pocos días y la nena tiene hoy y para siempre un trauma y una cicatriz en la panza.
Ahora, en Tucumán, sucede lo mismo con una diferencia: la nena y la madre están aisladas de los medios de comunicación y de las organizaciones feministas que buscan que se cumpla la ley y que se realice la Interrupción Legal del Embarazo. Para entender un poco más cómo operan y qué sucede con las leyes, desde Filo.News hablamos con la tucumana Alejandra Iriarte integrante de la Red de Abogadas Feministas. El lobby clarical
Marcha “provida” en Tucumán Foto: La Gaceta.
“El norte es muy antiderechos. Hay un lobby muy fuerte de la iglesia católica y los antiderechos se sienten poderosos para, justamente, negar derechos y que eso no tenga ningún costo político”, cuenta la abogada. “El año pasado, cuando se declaró ´provida´, hicimos desde distintas agrupaciones una carta que presentamos a los y las legisladoras para informarles que era ilegal lo que estaban haciendo pero no nos dieron bola. Además, Tucumán fue una de las provincias más golpeadas por la última dictadura militar, y su sociedad tiene mucho miedo, mucho miedo a la protesta, a la movilización. Es una sociedad muy asustada que no se anima a reclamar por sus derechos”, enfatiza. El 30 de octubre del 2002, el Senado de la Nación Argentina convirtió en ley nacional el proyecto de salud reproductiva que obliga a los centros de salud estatales y privados a suministrar anticonceptivos a quienes lo soliciten. Pero Tucumán no adhirió y ese derecho hoy no corre para las mujeres de esa provincia. Iriarte es una de las autoras de “Jaque a la reina”, libro que profundiza y problematiza la ausencia de este tipo de leyes en la población tucumana y la persecución y criminalización del aborto. “Cuando nosotras escribimos el libro, el primer capitulo lo dedicamos para analizar por qué no tenemos Ley de Salud Sexual y Reproductiva, y ahí nos dimos cuenta de la fuerte influencia de la iglesia católica que hace un lobby muy grande que impide que se avance en el acceso a estos derechos”, explica. ¿Leyes? A donde vamos no necesitamos leyes
En Tucumán las marchas en contra del aborto legal son multitudinarias y sus calles están llenas de adolescentes con sus respectivos pañuelos celestes en la mochila. Aún así, dentro de esta provincia tan conservadora, el movimiento de mujeres y los movimientos feministas están presentes y su activismo es constante. “Respecto a este caso estamos realizando distintas denuncias desde las distintas organizaciones feministas, pero la resistencia es muy fuerte. Están pasando por encima de todas las leyes, hay una fiscal que abrió una causa de actuaciones preliminares por posible comisión de delito de acción pública para asustar al personal de la salud. Todo está mal y todo eso es ilegal”, denuncia Alejandra. ¿Cómo defender a estas niñas violadas y no abandonarlas como sí lo hace el Estado? “Con mucha militancia, hay que lograr que estos casos se difundan y además votar a legisladores que puedan representar estos intereses. Es imprescindible que haya candidatas feministas, que haya juezas feministas, que se garanticen los cupos de género en el Poder Judicial para poder transformar esta realidad”, finaliza. En esta nota:
