translated from Spanish: Oscar a la mejor película: cómo llegaron las nominadas a estar en la carrera por el gran premio

No debería ser una sorpresa para la mayoría que en los Oscar la política juega un rol tan importante como el arte. En los últimos años, y especialmente desde la elección de Donald Trump, la Academia ha sido cuidadosa en destacar mensajes políticos considerados “progresistas” y que puedan contribuir a combatir la intolerancia y la discriminación.
Favoritas:  no “La favorita”, sino “Green Book ” y “Roma”
La inmensa mayoría de comentaristas coincide en que el gran combate tendrá lugar entre dos films: Green Book y Roma.
La primera cuenta la historia de un guardaespaldas italoamericano que escolta a un músico negro de jazz en una gira en por el sur de EE. UU. en medio de la segregación racial. Su cauteloso tratamiento de los problemas raciales, que exime a los bienintencionados blancos del norte de toda responsabilidad, y su esperanzador final en que es posible la amistad a pesar de las diferencias, la convierten en una excelente candidata para una mejor película de amplio consenso, que dejará relativamente satisfechos tanto a los críticos como al público. Es la película que a todo el mundo le gusta, pero que nadie adora.
Sin embargo, uno de sus guionistas, Nick Vallelonga, se encuentra en medio de una controversia porque, en el 2015, compartió un tuit dirigido a Donald Trump en que señalaba haber visto a musulmanes norteamericanos celebrar la caída de las Torres Gemelas, una de las teorías conspirativas favoritas del presidente norteamericano. La Academia, en general, tiende a ser alérgica a las controversias de esta índole, pero Green Book sigue teniendo una fuerte posibilidad de llevarse el galardón principal.
La otra gran favorita es Roma, el film del director mexicano Alfonso Cuarón que relata la vida de una empleada doméstica en la Ciudad de México de los años setenta. Roma es una película lograda que exhibe a un gran director en pleno ejercicio de sus facultades y además tiene un mensaje político progresista que calza con los valores de la Academia. Sin embargo, el precedente es malo: de las diez películas de habla no inglesa que han sido nominadas al galardón principal, ninguna ha ganado. Roma, que ha sido nominada en diez categorías, es posiblemente la que ha tenido mayores probabilidades hasta ahora gracias al enorme despliegue mediático que ha hecho Netflix en su promoción. Además, es una película nostálgica por el cine clásico italiano, lo cual seguramente enamorará a los jueces de mayor edad de la Academia (que son la mayoría), quienes tienden a tener cierta debilidad por la nostalgia fílmica (véase, por ejemplo, la victoria de El artista en el 2012).
A estas dos películas se suma La favorita, que también recibió 10 nominaciones y ha arrasado en otras ceremonias de premios como los Critic’s Choice Awards, los premios de la Academia Británica y hasta el Festival de Venecia. La cinta, del excéntrico realizador griego Yorgos Lanthimos, es la más original, pero también la más difícil de tragar de estas tres apuestas, pues posee un humor retorcido y a tres protagonistas que no son precisamente modelos de virtud. Sin embargo, cosas más extrañas han pasado antes (recordemos, por ejemplo, la victoria de la misantrópica e igualmente excelente No hay país para viejos en el 2008). Contando con tres protagonistas mujeres interpretadas por destacadas actrices (todas nominadas en sus respectivas categorías) y una suntuosa reconstrucción de época, La favorita sin duda mantiene al menos una chance de llevarse el premio.
“BlacKkKlansman” y “Vice”, sátiras relativamente ignoradas
Siendo películas que utilizan el humor para disfrazar un cierto pesimismo histórico, BlacKkKlansman y Vice tienen menos oportunidades en los galardones, que tienden a preferir las historias sin evidentes referencias políticas y con mensajes más esperanzadores.
La última realización de Spike Lee, que utiliza el humor para explorar los pormenores de Ku Klux Klan moderno, es la mejor propuesta en años de parte de un director que históricamente no ha sido debidamente reconocido por la Academia. Su obra maestra, Haz lo correcto, fue nominada en dos categorías y no ganó ninguna. Bajo la lógica del “ya es hora”, que pesa muchísimo en los Oscar, es posible que la Academia quiera reconocer a un director de tan ilustre trayectoria. Sin embargo, es más probable que este reconocimiento se dé en otra categoría, como la de mejor director.
Por su parte, Vice funciona a medio camino entre una tragicomedia política y un documental de Michael Moore. La vida del vicepresidente de George W. Bush, Dick Cheney –el principal promotor de la guerra de Irak–, sirve como excusa para expugnar al partido republicano moderno y sus intereses financieros perversos. La película no carece de ingenio y es explícitamente política y antiderchista, pero su tono no es humano ni esperanzador en lo más mínimo. Además, está llena de explicaciones que la ubican a medio camino entre la ficción histórica y el documental informativo. El no calzar muy limpiamente dentro de ningún género marginará un poco a esta propuesta del director Adam McKay.
Las regalonas del público: “Pantera negra”, “Bohemian Rhapsody” y “Nace una estrella”
Las tres películas más exitosas de la jornada en términos de ventas tienen chances de llevarse el primer premio, en particular Pantera negra y Nace una estrella, pero sus candidaturas se han ido desinflando con el pasar de los meses. Lo que hizo sus victorias menos probables fue la cantidad de nominaciones (solo cinco para Bohemian Rhapsody) y, en especial, el hecho que ninguno de sus directores fuera nominado a mejor director, nominación que suele acompañar al ganador de mejor película.
Sin embargo, hay bastante que rescatar en estas propuestas. Nace una estrella no consigue hacer cuajar todos sus temas y además no desarrolla convincentemente a su artista protagónica, pues ensalza constantemente su originalidad y luego la muestra como una cantante pop sin mayor identidad. Es sorprendente sobre todo considerando que quien la interpreta, Lady Gaga, es una cantante pop reconocida por su originalidad. A pesar de esta queja menor, la película toma más riesgos que otras de su género y evita edulcorar más de la cuenta la historia de éxito de su protagonista.
Pantera negra, en cambio, propone una interesante combinación de ficción histórica, ciencia ficción y una aventura convencional de superhéroes. Si bien el final, –que culmina con una batalla de media hora y podría aparecer, sin ningún cambio, en cualquier otra película de Marvel– decepciona, la verdad es que se trata de una película entretenida y muy superior a la mayoría de sus pares. En este sentido, la Academia podría querer reconocer a un género extremadamente popular premiando a su mejor versión que, además, cuenta en su elenco con actores negros de muchas nacionalidades y ensalza la herencia y la cultura africanas.
Por su parte, Bohemian Rhapsody, la menos destacable de las tres, más que una película parece un largo videoclip. Está llena de encanto, claro, porque Freddy Mercury es brillante y su música también. Pero el film parece no ir a ninguna parte y muestra largos minutos de música como si esperara que eventualmente nos pudiéramos confundir: y que la película nos parezca buena porque es buena la banda. Aunque no descarto que pudiera llevarse el máximo galardón, me parece que entre las nominadas es la menos meritoria y sería, por lo tanto, la mejor película más decepcionante.
 

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