La Tía Tatis vuelve a atacar, ahora con sospechosa encuesta



A más de uno puso los pelos de punta el sondeo que, de buenas a primeras, lanzó ayer en su cuenta de Twitter la diputada federal Tatiana Clouthier, con la pregunta ¿cuál crees que debería ser el porcentaje mínimo de votación para que un partido político se mantenga a nivel nacional?, con las siguientes opciones de respuesta: tres, cinco o seis por ciento.Obviamente, la última arrasó con la votación. Siempre que le pregunten a la ciudadanía por medidas de castigo contra los partidos políticos se irán a la yugular, y la Tía Tatis lo sabía de antemano.La suspicacia, por lo tanto, resulta inevitable: ¿viene una operación política del amloísmo desde la Cámara de Diputados para minar la representación política en el país? Más allá de frustraciones y del odio irracional a los políticos, hagamos una aclaración objetiva: los «chiquipartidos» son necesarios en una democracia como expresión de los diferentes modos de pensar de los mexicanos, y todos tienen derecho a un lugar en las boletas electorales. Una orquestación en su contra desde el poder, por tanto, sería antidemocrática y un mal presagio; fortalece el temor de un proyecto dictatorial.La encuesta de la diputada Clouthier abona al temor de una mala jugada contra las minorías. Sobre todo porque, a quienes respondieron que el mínimo debiera ser de 10 a 20 por ciento (un auténtico disparate), Tatiana les dedicó frases de apoyo tipo «eso es todo», en mayúsculas.Para quienes opinen que es un sondeo tuitero más, les recordamos que @tatclouthier tiene más de medio millón de seguidores y es, con mucho, la figura más popular ligada a la cuarta transformación. Es también, por cierto, la primera «biógrafa autorizada» de la odisea electoral morenista del 2018. El mes pasado comenzó a circular su libro Juntos hicimos historia, publicado por editorial Grijalbo y que, por cierto, ayer fue promovido en Twitter por Tatiana y por su coordinador parlamentario, Mario Delgado.Estará usted de acuerdo en que, si el libro requiere promoción, es señal de que no es lo que se llama un best seller…¿NO ESTABA MUERTO? Todo apunta a que el PRI nacional tiene a su prospecto para la presidencia del CEN más oculto y cuidado que nunca. Así nos lo hacen ver analistas de la Ciudad de México, quienes están a la espera de que el otrora «partidazo» se saque el as que guarda bajo la manga.La versión resulta verosímil tan solo con ver los nombres que se manejan hasta ahora. «La caballada está flaca», para recordar la frase que Rubén Figueroa, exgobernador-cacique de Guerrero, acuñó en 1975 para referirse a los precandidatos a suceder a Luis Echeverría, y, de paso, colocarla en el glosario de la picaresca política mexicana.Lo más llamativo del actual proceso de relevo en el PRI es la atención que genera en el ambiente político y en los medios de comunicación, cuando muchos han repetido hasta el cansancio que el tricolor está acabado. Para citar otro clásico, todo indica que los muertos gozan de buena salud…
Sinaloa es clave para el futuro del priismo nacional, dado que permanece como uno de sus bastiones. La administración del gobernador Quirino Ordaz (rigurosa en el gasto, pendiente de las prioridades de la población y de estilo popular en el trato directo con la gente) es clave en este fenómeno.La base priista se mantiene fiel a su partido en nuestro estado, la unidad es real y las fugas de militantes irrelevantes.Falta, eso sí, mayor presencia del presidente estatal del PRI, Jesús Valdés. Contra todos los augurios que en este y otros espacios adelantamos sobre lo que sería un gran liderazgo, la carismática figura de Chuy no se ve por ningún lado. Cierto que el trabajo interno debe ser agotador, pero un dirigente partidista que no se deja ver da lugar a especulaciones o a algo peor: el olvido.



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