Fibras plásticas atrofiarían la capacidad de los mejillones de sobrevivir


La nueva investigación publicada en la revista Environmental Pollution, y dirigida por la doctora Dannielle Green de la Universidad de Algia Ruskin (Reino Unido) reveló que los mejillones expuestos a dosis de microplásticos no biodegradables durante un periodo de 52 días producían menos bisos -fibras que ayudan a los moluscos a agarrarse a rocas y sus alrededores -. Estos bisos permiten a los choritos evitar su arrastre debido al oleaje del mar, al mismo tiempo que facilitan la creación de arrecifes extensos, los que a su vez sirven de hábitat para otras especies marinas.
El estudio, realizado en el Laboratorio marino Portaferry de Irlanda del Norte, también encontró que la capacidad de fuerza de agarre de los mejillones expuestos al microplástico, comparada con una población no expuesta, decayó a la mitad.
Para poder entender los potenciales efectos del microplástico en la salud de los mejillones, los investigadores midieron las proteínas dentro de la hemolinfa -sustancia de funciones similares a la sangre -. Esto demostró que los microplásticos indujeron una fuerte respuesta inmune, a la vez que afectaron el metabolismo de los choritos.
La doctora Green comentó al respecto: “El agarre es vital para los mejillones para formar y mantener arrecifes sin soltarse por las fuerzas del oleaje. Nuestro estudio mostró que la presencia de plásticos no-biodegradables redujeron el número de bisos producidos por los choritos, lo que probablemente provoque la reducción de su fuerza de agarre en un 50%”.
“La reducción en estas fibras en la vida salvaje podría provocar un efecto dominó en la biodiversidad, al mismo tiempo que afectaría áreas como la mitilicultura, ya que los mejillones son más propensos a ser arrastrados por oleajes y marejadas”, señaló la bióloga marina.
Microplásticos para mejillones, centollas y humanos
Si bien el estudio realizado por Green y su equipo se realizó en la especie Mytilus edulis, o Mejillón azul -que se puede encontrar principalmente en costas del océano atlántico-, la similitud con el chorito chileno (Mytilus chilensis) hace probable que los efectos del microplástico sean similares entre ambas especies.
Es un dato a tener en consideración, debido a que es el segundo producto de cultivos marinos de mayor importancia en el país, solo superado por el salmón. Chile es el principal exportador mundial de mejillones, con cerca de 70.000 toneladas anuales, y el segundo productor a nivel mundial con 283.300 toneladas anuales, sólo superado por China.
A pesar de que la comunidad científica no termine de conocer los impactos que significan los microplásticos en la salud humana, ya podemos encontrarlos en nuestra dieta, queramos o no. En junio del año pasado, expertos de la Universidad de Magallanes encontraron restos de plásticos en la centolla magallánica, mientras que la Agencia Federal de medioambiente en Austria identificó partículas microplásticas en heces humanas a finales de 2018.



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