A mediados de los 90’s Verónica Moraga era uno de los rostros habituales de las teleseries de Canal 13. Sin embargo, su primer embarazo produjo un giro en su biografía: no pudo volver a la televisión y su pequeña hija Valentina falleció a los pocos meses de haber nacido. Desde entonces inició una búsqueda artística. Este camino la llevó hacia la danza y la performance, perfeccionándose en las últimas décadas con maestros como Julia Varley (Odin Teatret, Dinamarca), Mauricio Celedón (Teatro del Silencio) y Josefina Báez (Ay Ombe Theatre, N.Y), y a crear un montaje que le ayudó a sanar esa herida.
El año 2004 en la Sala La Comedia (Teatro ICTUS) estrenó la obra Ina. Un rito minimalista que narra la historia de una madre en relación a su embarazo y la inesperada muerte de su pequeña hija, y que ha recorrido el mundo invitada a diferentes festivales en el mundo.
La obra cuenta las vivencias de una mujer con su pequeña hija desde el momento de su gestación. Relata con ironía, humor y delicadeza, cómo la maternidad influye en su relación de pareja, situándose en un mundo ajeno, lleno de responsabilidades y sorpresas. Esta realidad se rompe cuando la precoz muerte de su hija remece su vida.
Maternidad
“La obra Ina nace a partir de la pérdida de mi primera hija, pero el grueso del texto es sobre cómo el sistema hace de la maternidad algo romántico pero no la facilita, sino todo lo contrario. Y en ese contexto, aparece el negocio médico, las cesáreas programadas y la violencia obstétrica”, explica Verónica, quien trabajó en Canal 13 precisamente hasta su embarazo. “La televisión castiga la maternidad”, agrega.
Construida sobre una dramaturgia no lineal, donde se entrecruza la biografía de Verónica con los versos del poeta indio Rabindranath Tagore y frases de canciones populares, la puesta en escena explora en la máxima tensión corporal de la actriz a partir de la métrica del Bossa Nova.
Luego de presentar su montaje en diferentes países y festivales (incluyendo Santiago a Mil 2007), Verónica mira en perspectiva esta obra nacida también como un proceso catártico. “La pieza tiene una dirección y un sello, pero después de 15 años empieza a tomar una kinesis propia que tiene que ver con disfrutar el momento en escena y crear una complicidad con el espectador. Es el momento en que entregas una historia, en este caso muy personal, pero protegida por una estructura precisa que me permite no comprometerse emocionalmente con el dolor y la tristeza”.
FICHA TÉCNICA
Dirección: Josefina Báez.
Elenco: Verónica Moraga.
Composición musical: Roberto Veloso.
Diseño Escénico: Eduardo Jiménez.
Técnico: Antonieta Muñoz .
Producción: Mestiza Chile.
Duración: 50 minutos.
Entradas: $5.000 general, $3.000 estudiantes, 3ra edad y jueves popular.
