El legado del PET para reciclar en México



En México, el PET vive muy bien. Alrededor del 60% de las botellas que se utilizan se recuperan y se transforman en otro producto, lo que garantiza el ciclo de vida sustentable de este material. El consumidor mexicano se ha insertado en este proceso industrial de recuperación con solo separar sus desechos, pues la separación es el primer paso para apoyar el reciclaje.
Desde hace más de una década, la industria de la recuperación de envases y botellas trabaja en programas de “educación ambiental” para que la sociedad tome consciencia sobre el destino de los desechos de aquello que consume. En el caso del PET, países como Estado Unidos solo recuperan 30% de ese material, eso es 3 de cada 10 botellas. México está en los niveles de recuperación de la Unión Europea, es decir, recupera 6 de cada 10 botellas.
De hecho, prácticamente todo lo que se utiliza en casa se puede separar de manera correcta para apoyar el reciclaje industrial de ese material: latas de hojalata y de aluminio, tetrapack, cartón, papel, bolsas metalizadas y no metalizadas. El triángulo de reciclaje o círculo de Möbius es el ícono para que el consumidor identifique si es reciclable el material usado para el embalaje. Se trata de envases y empaques útiles en la vida diaria porque sirven para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías en cualquier fase de su proceso productivo, de distribución o de venta, pero que en caso de desecharse de manera incorrecta se convierten en “basura”.
Jorge Treviño, director de la asociación de reciclaje Ecología y Compromiso Empresarial (ECOCE), explica que la educación ambiental promueve en la ciudadanía el desarrollo de valores y nuevas actitudes que contribuyen al uso racional de los recursos naturales y a la solución de los problemas ambientales que enfrentamos, incluso por medio de acciones cotidianas sencillas y disciplinadas como separar los residuos.
Como ponente del taller “Reciclaje, presente sustentable de México” —que presentó junto con Jaime Cámara, director general de la empresa PETSTAR—, Treviño explica que sustentabilidad (o sostenibilidad) es satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificar a las futuras.

Con este tipo de foros, la industria del reciclaje difunde entre los medios de comunicación la problemática medioambiental para promover mensajes con información veraz que animen a la sociedad mexicana a seguir separando sus desechos.
“A veces los medios de comunicación atienden lo más llamativo. Aquello que en las redes sociales atrae mucho la atención. Olvidan un poco las investigaciones importantes o no verifican y difunden conceptos equivocados. Estamos tan bombardeados de información que podemos decir que el error está en no hacer un análisis preliminar sobre qué es cierto y qué es falso para difundir lo correcto. Y, sobre todo, es importante difundir lo que estamos logrando en México”, explica Treviño.
El director de ECOCE hace énfasis en que “medioambiente” es el conjunto de componentes físicos, químicos y biológicos externos con los que interactúan los seres vivos y el ser humano. El término comprende el conjunto de factores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y momento determinado que influyen y afectarán a las generaciones futuras.
“No se trata solo del espacio, sino que también comprende seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos “, apuntala Treviño. “Se refiere al equilibrio de una especie con los recursos que explota de su entorno”.
¿Botellas de un solo uso?
El director de ECOCE explica que en otros países latinoamericanos aún no existe la infraestructura para la recuperación del PET. En el caso de México, la industria del reciclaje es también sólida en la reutilización de papel y cartón, así como de latas. También comienza a abrir las posibilidades de recuperar industrialmente otros materiales como las bolsa metalizadas y no metalizadas.
“Cuando se dice que la botella de agua es un producto de plástico de un solo uso, no se valoran suficientemente los esfuerzos que hacemos en México. Hoy, somos el país de América que más recupera el plástico PET y tenemos una infraestructura de reciclaje muy importante que genera empleo, bienestar económico y social, y hemos avanzado brutalmente en estos temas”, dice.
La industria mexicana del reciclaje además contribuye con la generación de empleo, bienestar económico y social. ECOCE es reconocida como la principal promotora de la responsabilidad compartida con la industria para reciclar botellas de plástico, lo que impacta de manera positiva en la preservación ecológica.
Se calcula que una tonelada de PET reciclado equivale a dejar de emitir 3 toneladas de CO2 (Gas Efecto Invernadero) y evita la fabricación de resina virgen para nuevas botellas, lo que implicaría usar 4.4 barriles de petróleo, es decir,  640 litros del combustible que se puede aprovechar para otros fines.
El sitio de ECOCE explica que reciclaje es transformar materiales recuperados de residuos post-industriales, post-comerciales y post-consumo, en materias primas con las propiedades físico-químicas muy similares a las originales a través de distintos procesos para fabricar nuevos materiales o productos.
El procedimiento mecánico de recuperación de residuos usa técnicas que incluyen trabajo manual o de máquinas como tromel, tamices y cribados y se utiliza mucho con los plásticos. El químico busca la descomposición del polímero (plásticos) para la obtención de monómeros para fabricar nuevos plásticos aptos para estar en contacto con alimentos. El método energético implica quemar los materiales para usar ese calor en otros procesos o incluso para producir electricidad. En tanto que el reciclaje biológico es un tratamiento que busca la degradación de la materia orgánica en presencia o en ausencia de oxígeno.
El consumidor que toma consciencia de la separación de sus desechos es el eslabón más importante para desencadenar estos grandes procesos industriales. Su separación es el primer paso para ahorrar espacio en los tiraderos, mejorar la calidad de vida de los pepenadores y promover el autoempleo. La toma de consciencia de los consumidores detona que los materiales sean reusados. Garantiza que una botella tenga una gran y larga vida sustentable.

 



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