Este viernes 15 de marzo, escolares y jóvenes de casi un centenar de países se proponen salir a las calles, en horario de clases. Más de 1.300 manifestaciones se planearon para este día.
Se espera que sea la mayor protesta masiva realizada hasta la fecha por el movimiento “Fridays for future” (Viernes por el futuro). El objetivo: forzar a los gobiernos de cada país a aplicar políticas en resguardo del clima. “Estamos organizados en diversos grupos locales, que planean todas las acciones, pero que reciben material informativo del grupo organizativo a nivel federal”, dice el portavoz del movimiento en Brandeburgo, Vincent Bartolain. Se trata de volantes, adhesivos y pancartas, con leyendas como “no hay un plan B para el planeta”.
Críticas a la esfera política
“Queremos que haya movimiento en la esfera política”, para que de una vez por todas se haga algo por la protección del clima indica Bartolain.
El joven, de 18 años, forma parte de una nueva generación más comprometida que las anteriores en la política y donde el cuidado del planeta es importante. Uno de sus modelos es la activista ambiental sueca Greta Thunberg, de 16 años, quien se manifiesta desde hace meses cada viernes frente a su escuela, demandando medidas para combatir el cambio climático.
Thunberg, quien padece el síndrome de Asperger, fue incorporada por una revista estadounidense a la lista de los 25 jóvenes más influyentes del mundo y fue propuesta para el Premio Nobel de la Paz.
Miles de escolares se le han sumado a nivel internacional. Se manifiestan con el lema “Fridays for future” ante los parlamentos, en lugar de ir a la escuela. Lo que comenzó como una iniciativa individual se está convirtiendo en un fenómeno mundial, que se profesionaliza rápidamente.
Están presentes en las principales plataformas sociales, como Facebook, Twitter, Instagram y Flickr. También hay podcasts de “Fridays for future”, y un canal propio en YouTube. A través de estos medios se ofrecen informaciones y datos de trasfondo sobre el cambio climático y sobre las manifestaciones o actividades programadas. El movimiento recibe cada vez más respaldo de diversas organizaciones.
Manifestación escolar por el futuro del planeta, en Hamburgo.
Apoyo científico
Más de 12.000 científicos de Alemania, Austria y Suiza, que se presentaron como “Científicos por el futuro”, firmaron una carta que respalda al movimiento. En ella, afirman que lo que piden los estudiantes es justificado , y consideran insuficientes las medidas adoptadas para proteger el clima, la biodiversidad, los mares y los suelos.
Uno de los firmantes, Volker Quaschning, de la Escuela Superior de Técnica y Economía de Berlín, hace notar que hay políticos que instan a los alumnos a regresar a las aulas y afirman que no tienen idea de nada. “Por eso estamos aquí”, explicó Quaschning en una conferencia de prensa. “Nosotros somos los profesionales y decimos: la generación joven tiene razón. También se requiere valor para no asistir de vez en cuando a clases”.
Las acciones de los jóvenes han sido criticadas por la ministra de Educación y el partido AfD, de derecha populista, ha hablado de “abuso político de menores”. También ha habido mensajes insultantes en las redes sociales. Pero los estudiantes no se amilanan. “Estamos recién comenzando”, señala Vincent Bartolain, y apunta: “Cada día se suman nuevos grupos locales, que organizan huelgas y protestas, que han encontrado seguidores. De todas maneras, seguiremos adelante”.
