Nadie pone en duda los beneficios de realizar actividad física, sobre todo cuando nuestro país lidera los índices de obesidad infantil en comparación a sus pares de América Latina y el Caribe, de acuerdo a datos entregados por la FAO.
Factores como la mala alimentación y el sedentarismo, producido en gran parte por el aumento en el uso de tecnología, pueden ser los principales causantes de este dramático escenario, el cual se revertiría con la práctica constante de algún deporte.
De hecho, los estándares internacionales definen que un escolar debería realizar una hora de ejercicio, cinco veces a la semana, pues con ello, además de combatir el sobrepeso, desarrolla habilidades y destrezas físicas, como la coordinación, flexibilidad, fuerza, resistencia, potencia y agilidad, además de cualidades perceptivo motrices que se relacionan con el tiempo y el espacio.
Otros beneficios que se manifiestan están vinculados al área emocional de los niños, entregándoles herramientas que generan una mayor autoestima, mejor actitud y descanso, mejores relaciones interpersonales y, también, es una buena herramienta para ocupar el tiempo libre.
Ahora si se quiere fomentar la práctica de una disciplina deportiva, como el atletismo o básquetbol, la edad ideal para hacerlo es a partir de los 9 años, antes solo es recomendable el trabajo de estimulación general. Someter a niños más pequeños a realizar un deporte puede producir éxitos en el área, pero una carrera deportiva muy corta. A veces, incluso puede ocasionar secuelas patológicas y alteraciones del desarrollo, pues las exigencias de trabajo podrían ser elevadas para su edad.
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