EN EL BLANCO



Confirmado. El presidente estará nuevamente en Sinaloa. A más tardar, en dos meses, Andrés Manuel López Obrador vendrá a inaugurar el nuevo hospital general de Mazatlán. Lo confirmó ayer en Escuinapa el gobernador Quirino Ordaz Coppel. Al gobernador se le vio más que contento cuando habló sobre cómo le fue en el encuentro con López Obrador.
En el caso de la reunión del miércoles en el Palacio Nacional, fue un encuentro pactado. Pero suman ya varias ocasiones en que Quirino se encuentra en la Ciudad de México y se entera López Obrador y lo manda buscar.
Para la mayor parte del gabinete morenista ha quedado más que claro que el presidente tiene una gran cercanía e identificación con el gobernador de Sinaloa.
Ya algunos medios nacionales han dado cuenta de que cuando López Obrador tiene gira de trabajo por alguno de los estados vecinos de Sinaloa, busca visitar a Quirino para intercambiar puntos de vista. Y es que Quirino ha tenido oportunidad de mostrarse tal cual es. Sin tanto rollo. Sin medias tintas.
Claro y directo como siempre ha sido. Y eso seguramente le ha gustado al presidente. Porque a López Obrador no le gusta perder el tiempo. Porque López Obrador tiene claro que debe ir rápido. Otro de los factores que han abonado el acercamiento con López Obrador es que Quirino no pide por pedir los apoyos.
El gobernador invariablemente pone su parte. Ese es el caso de la petición a López Obrador para el empleo temporal a pescadores en este periodo de veda. El Estado pondrá la mitad de los recursos.
La otra mitad le pidió a López Obrador que la aportara. La carretera Badiraguato-Parral es otro ejemplo. El estado puso para la primera etapa. López Obrador le entrará con la siguiente. Y de estos ejemplos hay más.
Para presumir. Finalmente llegó el “banderazo”. No de inauguración, porque sería mucho pedir. Pero si de inicio de un paquete de obras de pavimentación en la colonia Juárez. Después de 142 días de estar al frente del Gobierno Municipal solo creando conflictos para mantenerse mediáticamente vigente en la opinión pública, el alcalde Luis Guillermo Benítez ahora presume su “banderazo”.
Pero poco le durará el gusto. Ya dos de los funcionarios municipales han destapado que están analizando las demandas que se tienen contra el Ayuntamiento y su oscura intención de pagarlas sin medir el daño que le pueden hacer al erario. Ya el secretario del Ayuntamiento, José de Jesús Flores, adelantó que algunas de las demandas se tienen que pagar.
Pero no hay dinero. Y remachó el clavo el propio alcalde al anunciar que acudirán al Congreso del Estado, donde Morena tiene mayoría, para que le autoricen al municipio dinero para pagar las demandas. Habría que ver que tan sano es solicitar crédito para pagar deudas en lugar de invertir y generar empleo y bienestar para la población.
En todo este tema de las demandas y el interés del alcalde en pagarlas sin siquiera meter las manos en defensa propia, existe la duda de que se trate de un negociazo con muchos, pero muchos, millones de pesos. Y la síndica procuradora, Elsa Bojórquez, también mantiene esa sospecha. Quizás por eso Bojórquez está haciendo todo lo posible por evitar que se dañe el erario. Que los dineros del pueblo se inviertan para el pueblo. No entendemos que ni siquiera tengan para comprar camiones recolectores de basura y quieran pagar demandas. 
 



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