Violento inicio sexenal de AMLO alcanza a comunicadores



El sinaloense Omar Iván Camacho se convirtió en el séptimo periodista asesinado en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Ayer, en su conferencia mañanera, el presidente de la República admitió que, a menos de cuatro meses de su administración, el número de homicidios de los defensores de los derechos humanos y de profesionales de la comunicación es preocupante. Mencionó nueve en el primer caso y seis en el segundo. A esa hora, al parecer, no le habían entregado la información de Omar Iván, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en el municipio de Salvador Alvarado la noche del domingo.La causa de muerte del joven periodista del noticiero Altavoz deriva de traumatismo craneoencefálico cerrado por mecanismo contundente, de acuerdo con el resultado de la necropsia que ayer dio a conocer la Fiscalía General del Estado.A su vez, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, de la Fiscalía General de la República, estableció comunicación con la FGE, en aras de trabajar en estrecho contacto en este caso.El fiscal Juan José Ríos Estavillo se reunió con un grupo de periodistas que acudió a la FGE a manifestar su repudio al asesinato de Omar Iván, así como para exigir mayores garantías en el desempeño del trabajo periodístico.El homicidio del reportero evorense ocurre a unas semanas de que se cumpla el segundo aniversario luctuoso de Javier Valdez en Culiacán: el 15 de mayo del 2017.Hace unos días se dio a conocer una nueva investigación donde se revela que la viuda de Valdez, Griselda Triana, recibió en su celular dos mensajes infectados con el malware Pegasus, presuntamente con fines de espionaje.Aunque los hechos datan del 25 y 26 de mayo del 2017, la investigación fue publicada el miércoles por el Citizen Lab de la Universal de Toronto, en conjunto con las organizaciones Artículo 19 México y R3D en Defensa de los Derechos Digitales, que denunciarán ante la Fiscalía General de la República (FGR) este delito.AMLO: EL «PROTOCOLO» LO ALCANZÓ. Lo cierto, amigas y amigos, es que la llamada Cuarta Transformación ha iniciado con un baño de sangre que alcanza a los más diversos sectores de la sociedad, incluido el de los comunicadores.Con los datos actualizados de incidencia delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el portal Animal Político publicó hace tres días:«El primer trimestre de gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido el más violento de los últimos cuatro sexenios. La tasa de homicidio doloso registrada de diciembre del 2018 a febrero del 2019 supera en 48 % a la del trimestre inicial de Enrique Peña Nieto, en 150 % a la de Felipe Calderón, y en 73 % a la de Vicente Fox».En promedio, durante los tres primeros meses del actual Gobierno se cometen en el país 95 homicidios diarios, según este conteo. El incremento en la inseguridad, los gasolinazos, la desaparición de programas sociales y haberse convertido en el mayor desempleador del país (por los recortes en las dependencias federales) hacen de AMLO un personaje impopular para determinados sectores, en contraposición a los que arrojan las encuestas.Este domingo, durante la inauguración del estadio de beisbol de los Diablos Rojos, López Obrador recibió una rechifla similar a las que 18 gobernadores recibieron, sucesivamente, en actos en que acompañaban al presidente, quien, en cambio, de manera sospechosa, fue objeto de ovaciones. Llámele usted karma o ley del boomerang, lo cierto es que aquello que el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta, denominó el 5 de marzo (tras ser abucheado en Manzanillo) «lo que parece ser un protocolo», alcanzó al presidente, y no le gustó. En el más amloísta de los estilos, acusó la existencia de una «porra fifí» y luego prometió (o amenazó) «ponchar a la mafia del poder». Y esto apenas empieza.



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