Señor Director:
Hay decisiones que no pueden ser tomadas sin antes entrar en un debate amplio y no excluyente dentro de la comunidad política a la que impactan. La decision del Insituto Nacional y en especial de ciertos estamentos dentro de esa comunidad educativa respecto de mantener la exclusión de las mujeres, debe llenarnos de vergüenza como país. El Instituto Nacional es una institución pública que no puede seguir manteniendo un criterio excluyente, segregador y aún más, ajeno, a las consecuencias sobre la república de la que es parte. Resulta más extraño aún que hayan sido los padres Y aún más las madres de los estudiantes que allí acuden, l@s que hayan optado mayoritariamente por excluir a quiénes formamos el 51% de la población. No conozco los motivos que habrán influido en la decisión de mantener “la tradición” que enaltecen, pues no existe, desde mi perspectiva, ningún motivo válido para que una institución de educación secundaria, mantenida con recursos del estado y del municipio mantenga criterios de selección, aún más cuando la selección está pronto a acabarse a través de una decisión tomada y reflejada en una política pública (esperemos que las iniciativas del actual gobierno en contra de este criterio no fructifiquen).
Que el proceso haya sido desde alguna perspectiva “democrático” tampoco parece sustentar la decisión. El mundo de hoy no acepta discriminaciones de este tipo y si lo que se hubiera votado fuera la exclusión de alguna raza o algún grupo en específico la decisión no hubiera sido más democrática por haberse adoptado mediante votación.
Esperemos que los y las jóvenes que han logrado tan importantes cambios en nuestra cultura logren cambiar esta decisión tan profundamente patriarcal y conservadora que va en contra de la opción progresista que el propio Instituto Nacional ha mantenido en otras épocas de nuestra historia.
Beatriz Silva Pinochet
