Ricardo Ffrench-Davis sobre reforma tributaria: “En este proyecto hay mucha fake news”



Crítico tajante de la reforma tributaria planteada por el gobierno de Sebastián Piñera, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile Ricardo Ffrench-Davis, y también Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales dio una entrevista al medio interno de la casa de estudios, en el que trató este y otros temas.En la entrevista señaló la necesidad de impulsar primero el desarrollo productivo y las pymes, planteamiento plasmado junto a su lectura de la economía nacional en su libro “Reformas económicas en Chile 1973-2017”, y de paso desmintió la visión de que la dictadura militar impulsó un milagro económico en nuestro país.Sobre la reforma tributaria plantea que “no da las cifras que están diciendo”. La propuesta “no da crecimiento, el crecimiento lo da un incentivo verdadero a la inversión productiva y el proyecto es fake news, hay mucha fake news”.En relación a otro de los argumentos cuestionados, contextualizó el académico de la FEN, “es cierto que el mundo está reduciendo la carga tributaria pero Chile tiene un 21 por ciento y los países de la OCDE tienen cargas del 40 por ciento, otras con 50 y otros con 38 por ciento, incluidos países que tienen bajos impuestos a las empresas pero muy altos impuestos a los ingresos personales”.Consultado sobre el motivo de sus críticas a la reforma tributaria del gobierno el académico señaló que “Las autoridades del gobierno han insistido mucho en que el corazón de la reforma apunta a apoyar las pyme, a impulsar el crecimiento y el empleo, pero la reintegración tributaria no es pro-inversión sino pro-distribución de utilidades que no se invierten, exactamente lo opuesto. Yo soy muy tajante con eso y encuentro que la gente de centroizquierda ha sido débil en ponerlo en primer lugar”.Además señaló que “Si la empresa gana plata, una parte la reinvierte, otra la distribuye y la reintegración significa que la parte que distribuye se favorece, le devuelven plata tributaria que se pagó a las utilidades distribuidas, no a las invertidas, eso es contra inversión, evidentemente”.Y en esa línea indicó que “Un agregado es que se enfatiza que entran 150 mil pymes… bueno veamos cuánta plata le llegan a ellos y cuanto a las grandes, porque puedes tener 100 mil pymes pero son más chicas en términos de venta, patrimonio y utilidades que las 20 más grandes. Lo que importa es la cantidad de plata”.Al respecto dijo que “Lo que he propuesto es que si vamos a la reintegración démosela a los pequeños y medianos, devolvemos hasta cierto monto y se les devuelve en la declaración de impuesto en abril. Si hay que ceder, reintegremos pero no para los grandes y con eso nos economizamos dos tercios de la plata, porque no podemos bajar los impuestos. El reintegro para todos es regresivo, no es bueno para el crecimiento sino para la distribución de utilidades, y es bueno para comerse las platas o hacer inversiones financieras no productivas. Las empresas en general hacen inversiones productivas sea de servicios, maquinarias, eso construye y potencia para el futuro y eso necesitamos”.Sobre un desarrollo en el plano impositivo apuntó que “Creo que todos debemos pagar en proporción a nuestras rentas pero las rentas están muy concentradas, entonces los ricos tienen que pagar proporcionalmente mucho más y necesitamos impuestos progresivos”.Tras ser consultado sobre su postura sobre el fortalecimiento de las pymes como un camino necesario para un crecimiento justo, señaló que “El énfasis que he hecho es que necesitamos crecer, acortar la distancia con los países desarrollados. Uno de los problemas es que tenemos mucha informalidad, con cientos de miles de trabajadores informales. Es cierto que Francia y Estados Unidos también tienen pero son proporcionalmente mucho menos de los que tenemos nosotros. Tenemos que ayudar a la formalización, algo que ha avanzado en democracia. Tenemos mucha más gente cotizando en las pensiones que pueden ser miserables pero están protegidas por contratos: eran un 41 por ciento y ahora es un 60 por ciento”. Y agregó sobre la democrácia que “En los primeros años se hizo muy bien a pesar de tener a Pinochet como Comandante en Jefe, con el Tribunal Constitucional y los senadores designados, y nunca Chile lo hizo tan bien en temas de salarios, del empleo, de la inversión privada, los privados invirtiendo más en democracia con nuevos impuestos, reforma tributaria y reforma laboral, esos son puntos muy fuertes”.Admás insistió en que “También necesitamos trabajadores más capacitados porque esto es, digamos, el capital físico. Otro punto clave es el acceso al mercado de capitales, que hoy es mucho más desigual. Entonces es mejor hacer una gran reforma del mercado de capitales, creando una banca de desarrollo grandota para las pymes. Actualmente está el Banco del Estado haciendo una tarea pero es el 15 o 17 por ciento del mercado crediticio, que es chico. Es por ello que necesitamos modernizar desde abajo el país porque eso sube el promedio. Si seguimos subiendo como hasta ahora va a haber más antagonismo social, más conflicto en el país y no vamos a crecer”.Sobre la idea de que dictadura impulsó un milagro económico en Chile, y de que ese “modelo” económico se ha mantenido hasta hoy sin cambios afirmó que “Ambas visiones no tienen los pies en la tierra. La visión de que todo lo deben hacer los privados y que las empresas públicas son malas es falsa, hay empresas públicas estadounidenses, europeas muy buenas de gran nivel. Creer que todo lo pueden hacer las empresas públicas, tampoco resulta. Tienes que tener una cosa mixta”.Y que “En cuanto a la idea del milagro económico en dictadura, en dicho periodo Chile creció 2,9 por ciento por año con salarios mínimos achicándose. Hablamos de una economía que tiene dos grandes crisis producidas por las reformas extremistas que hicieron: el ’75 y el ’82. ¿Fue mala suerte? No, fue el endeudamiento externo y que se comieron la plata con reformas de libre mercado donde los incentivos estaban en especular y consumir, y eran malos para la inversión productiva”.Consultado sobre lo ocurrido en democracia, explicó que “No hubo linealidad. Había una inflación muy alta en la región, de 1.665 por ciento, y en Chile la dictadura dejó una llanura de inflación sobre el 30 por ciento. Qué pasa en el Banco Central autónomo que dejó la dictadura: cinco días antes de la elección, que ya se veía que ganaría la Concertación, el consejo del banco donde había dos pinochetistas, dos concertacionistas y un independiente, decidió subir la tasa de interés y éste recogió mucha plata y fue una señal muy importante: esto va en serio”.Sobre lo hecho en el periodo de transición el economista confesó que “Lo dijimos en la campaña del “No” y luego la de Aylwin: tenemos que restablecer impuestos a las empresas, luego la reforma laboral. Las dos tuvimos que negociarlas porque no se podían sacar como los queríamos debido a la oposición de la derecha y ante el temor de lo que pudiera hacer el Tribunal Constitucional y con Pinochet como Comandante en Jefe, entones para que no las rechazaran, cedimos. Ser críticos de esos primeros años y decir que fueron lo mismo es de una ignorancia muy dañina para las fuerzas progresistas del país”.Y agregó que “Crecimos al 7 por ciento durante nueve años aumentando los salarios y el empleo, cuando durante toda la dictadura el salario mínimo bajó, pero ahí empezaron a haber renegaciones. Se dijo: ‘ya hicimos la tarea, ahora volvamos a lo que está haciendo el mundo’, y el mundo marchaba hacia el neoliberalismo”. En esa línea continuó narrando que “Poco a poco todos fuimos abriendo nuestras cuentas de capitales, incluido Chile. Hubo cambios en el Banco Central y llegaron varios doctores que venían de Estados Unidos, donde se generó una disputa en su interior donde se impuso una orientación neoliberal. Se intervino menos en el tipo de cambio, no se monitoreó el mercado y se fue dejando que el dólar se abarate cuando llega más plata”.Y apunto que “Luego, nos quedamos 5 a 6 años en recesión y ese fue un tremendo retroceso hacia las visiones neoliberales sobre el funcionamiento de los mercados. Cuando estamos en recesión tenemos que hacer nosotros una reactivación con gasto público, no hay que bajar el impuesto sino subir el gasto público. Cuando bajas el impuesto el sector privado paga deudas y va poco a consumo, no se reactiva la economía, es la empresa y el gasto público el que reactiva”.Para ver la entrevista completa pueden visitar el siguiente link: http://www.uchile.cl/noticias/152499/entrevista-al-economista-ricardo-ffrench-davis



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