Problemas de la educación sexista



Señor Director:
Mi nombre es Gabriela Calvo, tengo 13 años y curso octavo año en el colegio John Dewey. Yo soy mujer. ¿Sabía usted que cuando estudio física o química ninguno de los grandes científicos es mujer? ¿Y que cuando me toca estudiar historia ninguna de las grandes figuras retratadas es mujer? En historia, por ejemplo, las únicas veces que recuerdo haber oído de mujeres fue cuando pasamos historia romana, donde se nos enseñaba que las mujeres sólo podían salir a lo público si se trataba de fiestas religiosas, el resto del tiempo debían quedarse en casa limpiando o cuidando de sus hijos e hijas; o cuando pasamos el periodo de la independencia chilena, donde las mujeres eran nombradas sólo en cuanto eran esposas de alguna gran figura masculina. Pero probablemente muchas mujeres importantes sí existieron, sólo que las hicieron invisibles.
Hoy, en muchos colegios existen talleres deportivos sólo para hombres, porque se piensa que a las niñas no nos interesa. Por otra parte, muchos espacios recreativos son usados por niños jugando a la pelota, mientras que las niñas debemos quedarnos arrinconadas en espacios de menor tamaño y sin hombres que nos molesten. Algo parecido a lo que ocurre en el metro o en la micro, donde existen espacios ocupados a veces por hombres sentados con sus piernas abiertas, mientras que a las mujeres nos toca ir apretadas.
En clases a veces ocurre que se dan desafíos más interesantes y difíciles a los niños, porque se subentiende que las niñas no han de ser buenas en matemáticas o ciencias. No es que al momento de darlos se diga que esos desafíos son sólo para niños, sino que cuando toca contestar, se deja hablar a ellos primero. Algo que quizás los motiva a estudiar más.
¿Cómo podríamos resolver estas cuestiones? Creo que todo parte por la diferenciación de los géneros, por el sexismo y por la creación de estereotipos que perjudican a las personas. Esto se remedia no sólo cambiando el uso del lenguaje, sino que incluyendo a más mujeres en todo orden de cosas, sin hacerlas sentir menos. Pero creo que es mucho más importante aún hacer visibles a las mujeres en la historia y en las distintas asignaturas. Y dejar que nos hagamos visibles en los colegios y en las universidades, en el mundo del trabajo y en el espacio público.
Gabriela Calvo
8º B John Dewey College



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