La trastienda del quiebre final entre Escalona y Aleuy



Dicen que ya nada es como antes en el PS y que los ánimos están tensos internamente, que quedaron definitivamente en el pasado los tiempos en que la Nueva Izquierda era una corriente robusta, cohesionada, con un liderazgo respetado e indiscutido de Camilo Escalona. Si hace unos años algunos históricos de ese sector socialista separaron aguas –como fue el caso de Osvaldo Andrade–, ahora fue el turno del último emblemático que quedaba: el ex subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.
El sábado 30 de marzo, el PS realizó su Comité Central y, después de esa cita, la Nueva Izquierda hizo una reunión propia para zanjar conflictos internos. El principal problema en tabla, explicaron en el partido, es el “acuerdo de gobernabilidad” que tiene Escalona con el timonel Álvaro Elizalde y que implica asegurar su reelección por otros dos años en las internas del 26 de mayo.
Para eso, Escalona –quien es vicepresidente del PS– ya comprometió su respaldo a Elizalde, decisión que fue fuertemente resistida en la Nueva Izquierda. El problema pasa por que en amplios sectores del socialismo hay una visión crítica de la gestión del actual presidente de la colectividad, un balance negativo que se sustenta en la falta de conducción política que afecta a la tienda y, sobre todo, por el desperfilamiento absoluto que ha tenido el partido bajo su mando.
En el PS afirmaron que, ese sábado 30, Aleuy expuso sus discrepancias con la decisión de Escalona, así como su rechazo absoluto a respaldar a Elizalde y que, al concluir la cita, se retiró con el quiebre consumado con su histórico aliado político.
Este quiebre final fue comentario obligado en la trastienda socialista y razón por la cual Escalona salió, el sábado 6 de abril en La Tercera, hablando sobre el problema con Aleuy. “Estuvo en nuestra reunión el sábado y se fue. Y se fue porque está en desacuerdo. Nosotros somos libres. Cada cual toma sus propias decisiones. A nadie se le coarta su libertad, a nadie se le tiene amarrado”, dijo el vicepresidente PS.
Escalona agregó en esa misma entrevista que su argumento básico es “que el sistema político está en peligro de disgregación, por lo tanto, el gran esfuerzo del PS tiene que ser la cohesión por sobre la dispersión. Esa es mi discrepancia con Aleuy, no entiende este problema, él cree que se pueden levantar mil alternativas. No se construye de esa manera. Se construye paso a paso, sumando, de a poco, un trabajo de hormiga. Aquí no hay iluminados”.
Sus palabras cayeron como piedra en el seno de la Nueva Izquierda, donde fueron entendidas como una maniobra para protegerse públicamente y no asumir la crítica situación interna en este “lote” clave del PS.
Es que un punto relevante –y que no mencionó Escalona en esa entrevista– es que la crítica de Aleuy no constituye una mirada aislada en el seno de la Nueva Izquierda, sino que ese rechazo a respaldar la reelección de Elizalde es compartida por parlamentarios, dirigentes y militantes que comulgan con esta corriente interna y que, ante la presión ejercida, no le quedó otra a Escalona que decretar libertad de acción para las elecciones internas del 26 de mayo.
Hace rato ya que la Nueva Izquierda está en problemas y que Escalona ha tenido dificultades para alinear a sus huestes. Lo sucedido en la elección de la presidencia de la Juventud Socialista, afirmaron en el partido, es el mejor ejemplo de ello.
Elizalde y Escalona decidieron blindar la reelección de Nicole Cardoch en la JS para asegurar el control sobre ese segmento de la militancia, pero el diputado Juan Santana –disconforme con la decisión cupular– decidió correr por fuera. A pesar de los esfuerzos desplegados internamente tanto por el timonel PS como por el mítico vicepresidente, el parlamentario se impuso, ganó y este fin de semana asumió la presidencia de la JS con el respaldo de varias figuras relevantes de la colectividad.
Fuentes consultadas en el PS afirmaron que Aleuy no se va a quedar de brazos cruzados, que ya hay gestiones para hacer cuajar una alternativa de consenso entre todos los parlamentarios, dirigentes y militantes críticos con la gestión de Elizalde, lo que vería la luz en las próximas semanas.



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