Señor Director:
A un año del estallido de la crisis política en Nicaragua el pasado 18 de abril con marchas contra la reforma social, la situación no ha mejorado. Más bien, los presos políticos llegan a más de 500, la fuga a Costa Rica es alrededor de 50.000 personas, el “presidente” no muestra voluntades de adelantar las elecciones, y la represión a cualquier tipo de movilización, reunión o manifestación de ideas está estrictamente sancionada. Sin contar, que hubo cierres masivos de medios de comunicación y de ONG´s defensoras de los DDHH. Sin embargo, en nuestros medios de comunicación lo único que leemos/vemos es sobre Venezuela. ¿Por qué? Me atrevería a decir que es en gran parte por el impacto económico y por los recursos naturales que proporciona Venezuela a sus países vecinos. Pero, la vulneración de Derechos Humanos existe, y en más de un país de nuestra región.
El pasado agosto de 2018, llegó a Chile “La Caravana Informativa de Nicaragua”, compuesta por tres nicaragüenses que recorrieron 5 países en busca de apoyo para aumentar la presión política al gobierno de Ortega. Tuve el honor de reunirme junto a otras dirigentes políticas con Ariana Mcguire, una de las integrantes. Me parecía acertado escuchar a los hijos del Sandinismo, no solo por haber sido un referente importante para la izquierda chilena, sino porque mi padre había luchado en la revolución Sandinista para que hoy tengamos un Nicaragua libre, lamentablemente era justamente lo que no estábamos viendo, y me parecía curioso la falta de información que se nos proporcionaba. Luego de horas de conversación, entendimos lo que realmente estaba sucediendo, Nicaragua estaba bajo una dictadura.
Sabíamos que el regreso de ellos no sería seguro, de hecho, Yader Parajón es secuestrado hace unos días al volver a su país y Ariana no pudo volver a su país en un tiempo, a pesar de aquello admiramos su valentía por buscar ayuda, y ante esto creímos necesario desde Revolución Democrática, visibilizar y condenar en Chile la situación. Esto pasaba aun cuando varios partidos “progresistas” no eran capaces de alzar la voz y condenar lo que estaba pasando, posiblemente por miedo a aceptar que un proyecto de izquierda se derrumbaba. A lo mejor, no era el proyecto que se caía, porque vimos que funcionaba, era que había caído en malas manos, y si bien aceptarlo es duro, luego de haber vivido nosotros una dictadura, y saber lo que significa, la democracia debe ser lo primordial a resguardar.
Hoy, a un año, los efectos de la conducción del sandinismo por manos perversas (familia Ortega-Murillo) son alarmantes, hay cientos de muertos y detenidos, y la economía del país va en picada, sin hablar del desempleo. Claramente, no están las condiciones para muchos de volver al país, es por esto que los partidos de Izquierda en Chile deben hacer presión política, sumando a todas las fuerzas progresistas de la región, para que por fin en Nicaragua se haga un llamado a elecciones, se liberen a los presos políticos, las personas tengan derecho a la manifestación libre de ideas y así, paulatinamente lleguen a la calma nuevamente.
Guerrilleros y guerrilleras lucharon por la democracia es ese país, sembraron historia que no podemos dejar que la familia Ortega – Murillo borre, las voces disidentes deben seguir saliendo a las calles y no quedarse calladas desde el lugar del mundo donde estén, todo suma, es la única forma de sacar adelante tan lindo país e historia que tienen. Estudiantes de Nicaragua deben unirse y fortalecerse, son el motor de lucha, y el dictador seguirá siendo dictador desde la vereda que sea, confíen en que los países vecinos y los estudiantes chilenos estaremos a la altura para ayudarlos.
Lican Martínez Rubio
Estudiante de Magíster en Economía y Políticas Públicas
