translated from Spanish: En defensa del TPP11: una respuesta de Chile al proteccionismo

En las últimas dos semanas hemos visto señales claras de desaceleración del comercio mundial y las inversiones. Así, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y el Fondo Monetario Internacional, han corregido a la baja sus proyecciones de crecimiento para 2019 y 2020, pronosticando fuertes vientos en contra para el comercio global.
Todos los dardos apuntan a los crecientes niveles de incertidumbre en materia de políticas e inestabilidades derivadas del proteccionismo y crecientes tensiones comerciales entre las mayores potencias del mundo, entre ellas China, Estados Unidos, India y la Unión Europea.
Como país con vocación exportadora y promotor de un libre comercio justo y recíproco, no podemos permitir dejarnos arrastrar por las decisiones que toman las grandes potencias y que impactan directamente en el desempeño de nuestra economía. Por el contrario, debemos buscar caminos en función de nuestros propios intereses.

En este contexto, se inserta el Acuerdo Comprensivo y Progresista de Asociación Transpacífica (CP-TPP) o TPP11, donde 11 países de la que es hoy el área económicamente más dinámica del mundo, el Asia Pacífico, tenemos la oportunidad única de respaldar un sistema de comercio basado en reglas innovadoras. Ello, con el objetivo de desarrollar y potenciar el comercio de los países tanto en el tradicional intercambio de bienes como de la nueva economía basada en los servicios, el eCommerce, la protección del medioambiente, participación de nuestras empresas en las compras públicas de los demás países del bloque, así como la incorporación de las mujeres y las pymes al desarrollo exportador, las cadenas regionales de valor y  la armonización de procesos aduaneros para facilitar el comercio entre los países.
El éxito de las naciones radica hoy en su capacidad de innovar con nuevos productos y servicios, y en especial en la creación de un ecosistema e institucionalidad que fomenten el desarrollo de la economía digital y la creación de nuevos modelos de negocios. En definitiva, el capital digital será el motor de la economía mundial en las próximas décadas, y las relaciones económicas internacionales deben estar a la altura del desafío.
Consideramos entonces vital sumarnos a un mecanismo de integración conformado por 11 países de la región del Asia Pacífico, que en su conjunto generan un mercado ampliado de más de 500 millones de personas. Ello, al mismo tiempo de incentivar un comercio más inclusivo, siendo el primero de nuestros TLC que medirá dentro de tres años desde su entrada en vigor, su efectividad en relación con el desarrollo sustentable, mujeres y comercio, pueblos originarios, desarrollo económico regional, PYMEs, los derechos laborales, el medio ambiente y el cambio climático.
Este será un paso trascendental en nuestra política comercial, seremos parte de un tratado propio del siglo XXI, que refleja los cambios en la economía global, creando nuevas oportunidades para todos nuestros emprendedores y el aumento en el bienestar de toda nuestra población. No podemos dejar esas oportunidades en manos de nuestros competidores.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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